sábado, 29 de junio de 2013

¿Pasarán de 100 pero no de 1000?

No puedo precisar el momento en que el número de visitas a este sitio rebasó los 100,000. No sé si estoy emocionado u orgulloso de haber llegado a esta cifra dados los temas y contenidos que manejo aquí. Lo que sí sé es que estoy más que agradecido con todos los que, por una u otra razón, pasan, han pasado y pasarán por estás páginas. Pienso continuar hasta donde me sea posible y me sienta capaz de decir cosas que crea son coherentes y puedan contribuir, por lo menos, a tener una perspectiva diferente. Esto me permite y obliga a mantenerme alerta sobre los temas que me interesan y sobre la capacidad de escribir; todos deberíamos intentar dejar un par de líneas todos los días, así como leer un dos o tres páginas (aunque sean en Kindle) antes de dormir. Así que, muchas, muchas gracias, llegar a este número de clicks sobre esta página me ánima a seguir adelante. (A lo mejor es cursi este post y llegar a más de cien mil visitas es una cosa normal es este medio, no obstante para mí sí que ha sido y es importante y desde pequeño me enseñaron a ser agradecido.)

viernes, 28 de junio de 2013

El tercer elemento

Dicho de manera sintética, se requiere de tres elementos para que se de, para que se geste el hecho artístico: el productor, la obra y los espectadores, audiencia o público. Sabemos más o menos acerca de los productores -más hoy día que se han convertido en celebridades para los medios-, quizás un poco más sobre las obras, ya sea tanto en sentido material como formal y conceptual, pero sobre el tercer elemento o sobre la tercera variable de esta ecuación aún sabemos muy poco, aunque sólo un necio podría, en este momento, negar su valor e importancia. Es más, yo iría incluso más lejos y me atrevería a decir que sin público no hay hecho artístico. Y por más que es nos haya enseñado que el productor o artista ha de trabajar por una necesidad interna o un motivo superior, lo cierto es que trabaja, consciente o incosncientemente, para un público. El éxito o fracaso de un músico, un director de cine, de un escritor, depende, por supuesto, de la calidad de su obra, pero igualmente, de que ésta sea reconocida por el público; así entre más personas reconozcan el valor de esta o aquella pieza, mayor será el éxito de su autor. Hay que advertir, finalmente, que el público nunca es el mismo, ni es el de ayer, ni será el de mañana, de ahí que muy pocas obras logren romper esta barrera, de ahi también que buena parte del llamado arte contemporáneo se conforme con el aplauso presente,quizás presienta que será feímero, el aplauso y el valor que se le concede.

jueves, 27 de junio de 2013

Sobre la educación infantil

Al hablar sobre la formación o creación de nuevos públicos (en donde se da por un hecho que los públicos actuales no son suficientes y/o que los existentes tarde o temprano se han de acabar, por lo que es más que deseable indeclinable tener listo su relevo) he dicho que estos han de ser los niños, los jóvenes, no los adultos que ya estamos malformados. No voy hablar del valor de la niñez, ni de que ésta es el futuro, ni que de ella dependemos, es decir, de perogrulladas. Lo que sí diré es que si no atendemos con rapidez este sector, el día de mañana podría tener otro rostro la sociedad que conocemos (obvio que lo tendrá, hablo de uno que no quisiéramos ver). Sin ser pedagogo, me atrevo a decir que la educación estéticas o artística o de la sensibilidad o cómo quiera llamársele, que deberían recibir los niños, habría de ser musical y visual; musical porque creo que su apreciación, en un primer nivel, no exige mucho esfuerzo y/o entendimiento, y sus efectos son más que evidentes; visual, porque vivimos en un mundo de imágenes que conviene ir aprendiendo a descifrar, a leer, pues serán parte del lenguaje que los niños de hoy deberán dominar cuando se incorporen al mundo productivo.

miércoles, 26 de junio de 2013

El público

En el artículo que publiqué el día de ayer hablo acerca de la formación del público, ahora me pregunto ¿es posible formar al público? Si veo en mi experiencia personal, a mi me formaron para ser público. Buena parte de esa formación la obtuve en mi casa parterna, otro tanto de la escuela y en grado menor de los amigos. Luego entonces creo que sí se puede formar públicos siempre y cuando sea para el futuro, y ahí es donde está la clave de lo demás, que esta formación es como una apuesta, un deseo acerca de lo que pueda pasar en el futuro. No se puede formar o crear públicos entre los adultos, más bien, no son los públicos que hay que procurar, aunque más de uno pueda convertirse en aficionado feroz. La fomación del público tiene que ver más bien con la educación, no es que vaya haber cursos para convertirte en público, sino que haya una serie de actividades, que te permitan irte aficionando, irte haciendo público porque gustas de tal o cual espectáculo.

martes, 25 de junio de 2013

Esto sí será el futuro



 
 

Así como hemos sido de los primeros en criticar y señalar lo que pensamos son yerros del CONARTE, políticas ambiguas, mal aplicadas, incompletas o simple y llanamente mala conducción de las actividades y eventos que los ocupan, ahora debemos felicitar y aplaudir al organismo por la próxima apertura del espacio denominado Niños CONARTE, ubicado en la antigua nave Ruedas dentro del Parque Fundidora.

         Es una lástima que se anunciara tan buena noticia y días después el CONARTE hiciera cambios en su presidencia, sobre todo cuando aún no está claro cómo es que se piensa articular este espacio con el futuro museo del niño que se construye no muy lejos de ahí, o con las actividades, también destinadas a niños, que se llevan a cabo en los demás espacios del CONARTE, incluido el Centro de las Artes (I y II) del que forma parte. Parece obvio que con el cambio de Presidencia, se tomen otras decisiones para la conducción de este espacio toda vez que aún no entra en funciones, ni física ni operacionalmente. Como sea, el que se haya decidido disponer de este espacio y dedicarlo a los niños es, fuera de toda duda, un acierto y muestra de la consciencia que tenía la anterior Presidencia respecto a que  la actividad cultural no son sólo los eventos y la atención a los mal    llamados gremios, sino que  igualmente importante o quizás   más, es el cuidado a la   infraestructura con que se cuenta  (lo que también ocupó la atención   de la administración saliente) y la    formación de nuevos públicos o sea,   entre otros aspectos, el cuidado y atención de los pequeños.

         Niños CONARTE se abrirá al público el próximo martes 2 de julio. Se trata de un espacio especialmente condicionado (y decorado) para llevar a cabo diferentes actividades que acerquen a los niños al mundo de la creación y apreciación de las diferentes manifestaciones artísticas. Además, se espera que el espacio funcione como centro de capacitación para las tres áreas que el CONARTE tiene destinadas a la formación de los infantes, la de sensibilización a las artes, el fomento a la lectura (para lo cual se contará con una amplia biblioteca), y, la de educación artística.

         Creo que nunca se insistirá demasiado en la importancia que tiene la promoción y difusión de las actividades simbólicas en esta como en cualquier otra comunidad. Pero por ahora dejemos a un lado todo lo  que se refiere a la sensibilización, el reforzamiento del tejido social, la consolidación de una identidad, etc. y concentremos las líneas que faltan en hablar de la importancia que tiene la formación de públicos, en especial de cara al futuro que quisiéramos tuvieran nuestros hijos.

         Si deseamos que los eventos que tanto cuestan lleguen en realidad a la mayor parte de la población, entonces debemos preocuparnos por sembrar entre los más jóvenes la afición a tales eventos y actividades, es decir a la música, la danza, el teatro, el cine, las artes visuales, etc. La formación de públicos debe estar enfocada en esencia a ese sector de la población pues a los demás, a los adultos, ya es difícil y complicado que nos saquen del fut-bol, la cheve y la carne asada (que ninguna de estas actividades está reñida con las llamadas culturales), en cambio a los niños sí que los podemos ir educando, dándoles la opción de vivir en una sociedad que fomenta las actividades y prácticas artísticas.

         Y es esta una tarea en la que hay que participar todos,  las escuelas tomando en serio sus materias de educación artística o estética, los maestros capacitándose en estas áreas, los padres fomentando en los hijos el interés por la lectura, la música, las artes plásticas, y si uno como padre no tiene estos gustos, por lo menos no impedir que los chicos crezcan con estas inquietudes. Si así lo hiciéramos de verdad, muy pronto, en el lapso de una generación, empezaríamos a ver los cambios en todas las áreas de la sociedad, de la política a lo asistencial.

         En la formación de públicos, la atención a los niños es lo más importante y aunque quizás en este momento no percibamos su potencial, tengamos claro que en el futuro mediato son ellos los responsables de que haya continuidad o se atrofie el desarrollo cultural de esta ciudad.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario

martes, 18 de junio de 2013

Lo mismo abajo que arriba y más abajo

Ilustración de la consciencia y su relación
con el cosmos, según el alquimista
Robert Fludd (s. XVII)
 


Interesante la imagen que presenta en este momento el museo MARCO de esta ciudad. A través de sus salas de la planta alta podemos viajar del pasado al futuro, y ahora por la sala 5 del piso de abajo, se puede transitar del macro-cosmos al micro pasando por el meso-cosmos, y no, no es que este lugar se haya convertido en museo de ciencia o tecnología, sino que como bien se explica al arte nunca ha estado ajeno a la ciencia, y el contemporáneo no tiene por qué ser la excepción, tal y como se demuestra a través de las exposiciones citadas, El Mañana ya estuvo aquí, de la que nos ocupado en otra ocasión y ahora esta, Mesocosmos, abierta al público a partir del 14 del presente.
         La idea de este meso-cosmos no es nueva, incluso es previa a cualquier otra concepción pues implica la autoconciencia de la escala humana y lo que la rodea; a partir de este entendimiento se ha ido construyendo el conocimiento y la imagen de lo muy grande, el macro-cosmos, que implica nuestro lugar en el universo, y de lo muy pequeño, el micro-universo, que nos ha llevado a la comprensión de la materia que, a su vez, está conectada con el macro-cosmos. En otras palabras, el meso-cosmos es el espacio intermedio entre nuestras ideas y saberes de lo macro y de lo micro, es el lugar desde el cual el hombre se comprende a sí mismo en relación a lo que lo rodea por dentro y por fuera de su propio cuerpo. Y en todo este proceso, desde el darnos cuenta del sitio que ocupamos en la creación hasta el conocimiento y formulación de las leyes de la mecánica universal y/o de la física cuántica, el arte ha prestado a la ciencia y sus antecesores, las herramientas necesarias para poder materializar sus ideas así como para difundirlas, para darlas a conocer.
         Mas también hay otra u otras formas en que el arte se relaciona con el conocimiento científico o pre-científico, una de ellas es por medio de su aplicación práctica, pero la que en este momento me interesa mencionar es aquella, en la que sin desearlo o buscarlo conscientemente, este conocimiento se manifiesta en la obra de los artistas. No es ningún secreto decir, por ejemplo, que buena parte del arte abstracto, de su desarrollo, se debe a los conocimientos que se estaban generando en ese mismo momento acerca del átomo y la teoría de la relatividad. Así, los 5 productores que participan en esta muestra, están influidos no por la idea particular del meso-cosmos, sino por la difusión científica que muestra, lo mismo, los secretos del universo que los encerrados en las partículas subatómicas, información que se manifiesta de una u otra manera en las formas que adquiere su trabajo o bien su presentación. No quiero decir que, por ejemplificar, las fotografías de Dorfsman tengan algo que ver con las de tejidos y células, sino que al decidir qué tomar, dónde editar, cómo presentar, se ve influido por lo que todos, como hombres y mujeres de esta época, sabemos de esos temas.
         Aníbal Catalán, Alex Dorfsman, Francisco Larios, Mauricio Limón y Thomas Glassford, son los cinco productores convocados para mostrar cómo desde el meso-cosmos imaginamos a los otros dos. Lo que no es muy claro para mi es hasta qué punto la obra expuesta es simplemente una ilustración de estos conceptos o realmente son una representación del macro y micro-cosmos. Mucho hubiera ayudado a resolver esta cuestión el que en lugar de citas a Carl Sagan, Goethe o Stephen Hawking, tuviéramos acceso a lo que Galssford o Limón, por mencionar dos nombres, piensan sobre las estrellas y los remotos soles que alumbran otras tierras.
         Mesocosmos, es, por otra parte, una exhibición que pudiera considerarse modesta en cuanto al número de productores y obras que presenta (24 piezas únicamente) pero esta parvedad la compensa con un muy buen montaje, limpio, sobrio, y una correcta y puntual selección de obras que permitirá que sea quién sea el público que se acerque a verla, entienda, sin lugar a dudas, qué es lo que le plantea la exposición, cómo lo hace y a través de qué, es decir, todo lo que uno puede y debe exigirle a una muestra como esta o cualquier otra.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario
(Ilustración: http://es.wikipedia.org)



martes, 11 de junio de 2013

Photo Fashion

 

 

Las líneas que siguen tratan de dos fenómenos de la Modernidad, la fotografía y la moda, toda vez que comentaré la exposición Fashion Week Photo Diary de Theresa Balderas, inaugurada en la galería de la Alianza Francesa el pasado 23 de mayo.

         Claro que la moda o el diseño de atuendos y vestimentas, de telas u otros materiales para proteger al cuerpo, para esconder o resaltar ciertas partes o simplemente para cubrirlo, se remonta en el tiempo mucho más allá que la Modernidad. Si el origen del vestido como tal es casi tan antiguo como el hombre, con la moda no sucede igual y aunque tampoco se pueda asociar causalmente a la Modernidad, si comparte con ella muchos rasgos que permiten ubicarla ahí con facilidad. Pensemos simplemente en los fenómenos del espectáculo masivo y los hábitos de compra de la sociedad occidental, ambas variables requieren de una vigorosa industria (la del textil) para poder sostenerse y evolucionar, y en la cúspide de esa industria se encuentra precisamente La Moda, así con mayúsculas para distinguirla de lo que es de uso masivo, de hecho, para ponerla en las antípodas del uso masivo puesto que su esencia es que sea exclusiva.

         Desde que Walter Benjamin dijo que la fotografía era el invento más moderno que había, nadie duda de su importancia y trascendencia en y para este lapso, el de la Modernidad. Si lo queremos ver así, gracias a la fotografía podemos rastrear los cambios habidos en la moda, no sólo del XIX al XX sino a lo largo de todo el siglo pasado hasta llegar a nuestros días. Pero la fotografía no sólo puede ser empleada de esta manera al relacionarla con la moda, sino que por encima de tan pedestre función se haya la de ser prácticamente el vehículo ideal para presentar y difundir La Moda. Pienso en fotógrafos como Horst P. Horst, Cecil Beaton, Alfred Eisenstaedt, Irving Penn, y cientos más hasta llegar a Theresa Balderas, y eso que no soy, ni remotamente, aficionado a esta clase de fotografía, lo que sucede es que hoy día es impensable la una sin la otra. A la difusión de lo que es el diseño en sí hay que sumarle en la actualidad el desvelamiento de lo que llaman pomposamente el back stage, lo que hay por detrás de esta industria desde sus ángulos más glamorosos (pasarelas, recepciones, vida de modelos y diseñadores, etc.) hasta las condiciones inhumanas en las que viven y trabajan los obreros textiles. Pocos mundos como este en el que se sienta tan a gusto el simulacro, de ahí la demanda que tiene este tipo de materia.

         La exposición de la Alianza Francesa presenta 10 fotografías en B&N, de 70x110 cms. impresas en papel de algodón, en tirajes de 10 y fechadas en el 2012. Se trata de un resumen que Balderas ha hecho del trabajo realizado el año pasado durante el evento llamado Mercedes-Benz Fashion Week, que se lleva a cabo en las ciudades de París y Nueva York. Estas fotografías son, digamos, el trabajo personal, no comercial, de la fotógrafa a través del cual comunica su visión personal a cerca de los detalles que no vemos en revistas, periódicos o medios especializados. De hecho yo dividiría la muestra en tres grandes momentos, el anterior a la realización de los eventos, ejemplificado por Chic Rue de Rivoli o Girls; el momento del evento, París Paps o Brandon Black, y finalmente, el después, que lo representaría con Public Runaway.

         Sin lugar a dudas la calidad del trabajo de Theresa Balderas pone al descubierto el quehacer de un fotógrafo profesional y estoy seguro que en su medio será famosa, pero la imagen con la que me quedo porque me deja ver la sensibilidad que tiene, no para retratar modelos y accesorios, sino para con la fotografía es la intitulada Impefect, los zapatos de moda quedan grandes.

         No puedo cerrar estas líneas sin hacer mención a la museografía de la Alianza Francesa, creo que con esta muestra queda patente la flexibilidad del espacio y equipamiento, así como el buen gusto que han cultivado para la exhibición de fotografía. Más exposiciones como esta suman a favor de la cultura fotográfica de la ciudad.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario
 


martes, 4 de junio de 2013

A futuro (II)

Dada la variedad e importancia que tiene la muestra El mañana ya estuvo aquí, que actualmente presenta el museo MARCO de esta ciudad, hubo que dividir en dos entregas mis observaciones y comentarios sobre la misma.
         Debo insistir en que esta es una exhibición que presenta varias facetas o modos de abordarla, ninguna la agota o excluye a las demás; una, por ejemplo, es estudiando el objetivo que la anima y, por tanto, la investigación documental que lleva implícita y que, en última instancia, es la responsable de la selección posterior del material que se expone, es decir, desde el punto de vista de la curaduría. Destaco este aspecto porque creo sería positivo que aquellos jóvenes que están interesados en cómo, por qué y para qué se monta una exhibición, la contemplaran bajo este parámetro, para que así fueran distinguiendo lo que es un trabajo real de curaduría de otras muchas  exposiciones que se hacen pasar por haber sido “curadas” cuando en realidad no son más que el resultado de la acumulación de obras. Así pues estamos hablando de una exposición realmente curada de la que se puede aprender mucho aun si sólo se le quiere contemplar de esta manera.
         Mas la semana anterior también apunté que guardo algunas diferencias con este trabajo, en  particular me parece que la manera  en que se presenta (no la  exposición en sí, sino como lo han hecho mediáticamente) puede resultar confusa para el público en general que esperaría ver otra cosa que no exactamente lo que se presenta en  ella.
         En lo personal me hubiera  gustado ver este tema, el del  futuro, tratado de una manera más  extendida. El futuro es prácticamente el leitmotiv de toda la Modernidad y por supuesto de la civilización Occidental. El futuro se encuentra lo mismo en nuestras religiones que en nuestra concepción de la historia, o de la dinámica social. Por eso no es sorprendente que de vez en vez, o mejor dicho, cada vez que la idea entra en crisis, se duda de ella, o pareciera que llegamos al término de los tiempos, los productores culturales contemporáneos se encarguen no sólo de reflexionar sobre cómo sería el mundo del mañana, sino que lo materialicen como si fuera una realidad. Como tampoco debería extrañarnos, años después, que ninguna de estas visiones se haya concretado y que el mundo del mañana adelantado por Boullée, Fritz Lang o Antonio Sant’Elia, resultara ser uno muy distinto al esperado, pero ¿podría ser de otra manera?
         Una exposición pues en la que se mostraran esas múltiples visiones que se han tenido del futuro, es la que me hubiera gustado ver (sin hacer mención a las muchas representaciones que sobre lo mismo se han generado desde el ámbito de las manifestaciones populares), o en una versión más estrecha, cómo el siglo XX se imaginó el futuro, e incluso, cómo durante su segunda mitad se abordó el tema; material creo que hay de sobra pues hubo muestras empeñadas con él, empezando por la famosa This is Tomorrow de 1956 y concluyendo, probablemente con Interactions: The New Image realizada en 1993.
 Con lo que tampoco estoy de  acuerdo es con que los trabajos presentados se centren (no todos por supuesto) en un supuesto fracaso de las especulaciones que en su momento se hicieron sobre el devenir. Si bien no tenemos aún viajes al pasado, o tele-transportación, robots de servicio en casa, ni velocidad WARP, es decir que en estos puntos falló la visión futurista, lo que tenemos actualmente, incluidas esas que ahora sabemos fueron fantasías, es igualmente resultado del mismo deseo, el de encontrar el camino hacia un futuro distinto al presente en que se vivía. En otras palabras, creo que no se vale hacer una revisión del pasado para decir que del futuro no sabían nada o que la manera en que se imaginaron cómo sería, tampoco les resultó, y no se vale,  por más interesante que resulte,  porque hasta ahora en eso absolutamente todos hemos fallado, en saber cómo será el futuro que nos aguarda.

Publicado originalmente por Milenio Diario