domingo, 31 de julio de 2011

Irracional V

Nuestra convivencia cotidiana con lo irracional, por desgracia ha dado lugar a su explotación con fines de control. Quiero decir, si los miedos y temores, que son parte de lo irracional, definen, determinan una parte de nuestra vida anímica, la tentación de manipularlos es grande ya que por su intermedio se controla a la persona. Eso es exactamente lo que han hecho todas las religiones y demás creencias, valerse de lo irracional, de los miedos y temores, exacerbarlos, y dominar, controlar a la persona, no sólo infundiéndole temor, sino mejor aún ofreciéndole el alivio, la cura contra quello que tanto teme. Un buen ejemplo de cómo no se necesita estar en el mundo contemporáneo para saber, reconocer y padecer lo irracional.

sábado, 30 de julio de 2011

Irracional IV


Lo irracional funciona como contraparte de lo racional, es decir, en todos y cada uno de nuestros actos ambos aspectos se encuentran presentes; la conducta de los hombres sería como una especie de sistema binario que se acciona según las circunstancias, los tiempos, los antecedentes y hasta los factores medioambientales.
Dentro de esta cara obscura de nuestro diario accionar, un lugar preponderante lo ocupan los miedos y temores, y en occidente, no sabría desde hace cuanto -quizás desde siempre- uno de los grandes temores que tenemos es la mujer y no sólo entre los hombre sino incluso en las mismas mujeres. Quizás pensemos que así como ellas representan el lado luminoso de la creación su lado obscuro es el poder de la destrucción, el de la no-creación; una idea que de pronto me suena a la morbido, la energía contrapuesta a la libido que, según el Dr. Freud, igual actúa sobre nosotros ; suena bastante irracional una y la otra cosa ¿no?

viernes, 29 de julio de 2011

Irracional III


Una imagen extraordinaria , una de esas que buscan hacerse pasar por irracionales pero que en realidad han sido meditadas y ejecutadas hasta el más mínimo detalle. Se trata, como se ve, de la famosa pareja de artistas ingleses Gilbert & George tomada como parte de los promocionales de su más reciente exposición o presentación pública después de una prolongada ausencia. Sin más información, si saber quiénes son y de qué se trata, la imagen califica, sin duda, de irracional y ese es su objetivo, más para lograrlo ha sido necesario poner en marcha una serie de acciones y decisiones total y absolutamente racionales, he ahí una de las paradojas del arte contemporáneo.
Ahora bien, a mi logra arrancarme una sonrisa y ¿hay algo más irracional que sonreirse frente a una imagen?

jueves, 28 de julio de 2011

Irracional II


Es probable que muchos de ustedes conocieran con anteriordad esta imagen. Circuló globalmente por correos electrónicos como parte de una cadena que prometía no sé qué cosas. Desde que me llegó por primera vez me fascinó por extrañas razones de las cuales no puedo dar cuenta ni total ni racionalmente. Hay un cierto encanto en la luz, la escenografía, la ambigüedad del espacio en que se desarrolla la escena, y en la pareja de, si no me equivoco, deidades hindús, cuya representación no deja de ser encantadoramente kitsch. Un excelente ejemplo, no me cabe duda, de la serie de esta semana.

miércoles, 27 de julio de 2011

Irracional I


Cualquier espectador atento a la producción artística contemporánea podrá certificar que una buena parte de ella está dominada por la irracionalidad. Y no es casual, este principio de siglo no deja de sorprendernos precisamente por la notoriedad, por la centralidad que han adquirido los actos, las conductas, los acontecimientos más irracionales de los que podamos dar noticia. Pero aún para recrear, para representar esta irracionalidad que nos rodea se requiere de un cierto grado de astucia, ingenio, picardía, imaginación. La producción artística, en su función de dar sentido a nuestro diario acontecer, no puede ser parte de esa irracionalidad que campea por el siglo XXI, si ha de hacernos conscientes de esta situación, si hemos de poder reflexionar sobre ella, si hemos de debatir sobre sus poderes y consecuencias, la producción simbólica debe ser mucho más que simplemente irracional.
Las imágenes de esta semana, han venido siendo coleccionadas de muchas y todas partes sin ningún motivo en especial, sin otro argumento que el haber dado con ellas y resultar, de alguna manera y por algún obscuro motivo, atractivas, son por tanto un cuanto tanto irracionales. Pido una disculpa desde ahora porque no podré dar el crédito que corresponde al origen y/o autores de las mismas por las razones que ya he dado: desconozco, sinceramente, de dónde han sido tomadas, de dónde proceden. Si alguien conoce su origen y/o ubicación y quiere compartirlo con los demás, bienvenido sea.


martes, 26 de julio de 2011

Sí, fatal


A menos de un mes de haberse inaugurado (julio 6,) el aspecto que presenta la exposición colectiva Fan Fatal en el Centro Cultural Plaza Fátima, es, en efecto, fatal. Nada me gustaría más que el estado de desolación y abandono en que se encuentra fuera parte de la propuesta de quien la haya organizado, así por lo menos tendríamos algo de qué conversar (sobre la decadencia de occidente por ejemplo). Pero mucho me temo que el estado calamitoso en que se encuentra se debe a los mismos productores que han retirado ya las piezas con que participaron (es la única explicación que encuentro a los vacíos que hay entre las obras, y las cédulas que no pertenecen a nadie), y al desinterés del propio Centro no sólo por permitirlo sino también por mantener abierta una exhibición que ya está muerta.
Quisiera olvidarme de lo dicho y tratar de hacer algunas otras observaciones sobre lo que aún se encuentra en exhibición. El ingenioso título de la muestra (que cualquiera lee como Femme Fatale, Mujer Fatal) se apropia del título de una canción del grupo Los de Abajo, remasterizada por Alaska y Dinarama quienes la han vuelto popular. En otras palabras, el título anunciaba o daba a entender que se trataba de una colectiva, si no alternativa, sí con un ánimo más de ¿vanguardia? Desgraciadamente eso nunca lo sabremos, o por lo menos yo que no alcance a ver la muestra completa y si tomo por ejemplo lo que queda montado, pues muy, muy lejos está de ser siquiera algo serio.
Llama más la atención cuando se revisa la nómina de los 24 productores que fueron invitados, entre otros, Francisco Larios, Pilar de la Fuente, Alejandra Quintanilla, Benjamín Sierra, Adrián Procel, Jésica López, todos ellos con un nombre y una trayectoria que les da presencia y representatividad, luego entonces ¿qué hacen en muestras como esta?
Estoy convencido de que lo único permanente es el cambio, si así es en la vida cuanto más en el terreno de la producción artística o cómo se le quiera entender. Renovar estas prácticas no sólo supone hacerlo en los medios tradicionales o incorporando nuevos, sino también modificando lo que es la exhibición misma, de ahí la importancia que ha tomado la curaduría. Pero para hacerlo debemos ser mucho más exigentes, lo mismo con los productores que con los curadores; creo que ya no es posible organizar exposiciones sin objetivo alguno, hacer malas copias de lo que se acaba de ver en las galerías del extranjero, o engañar diciendo que se trata de una muestra cuando sólo se tiene un puñado de malas obras que no se sostienen en ningún otro lugar.
Y ya que menciono la competencia a la que se ven sometidos nuestros productores y sus curadores, ¿alguien me podría decir porqué aquí todos los textos son en inglés? Cualquiera que entra al recinto y se encuentra con nombres latinos y a su lado frases en inglés creería que se encuentra en una sala de exposiciones en El Paso, o Brownsville, Texas. Entiendo el rollo de la globalización y que el Face Book obliga al uso del inglés como lengua universal cuando uno se conecta con conocidos al derredor del mundo, pero ¿habrán reflexionado estos productores en qué otras consecuencias traen consigo esta clase de acciones? ¿Alguno habrá escuchado del colonialismo cultural y lo que representa? ¿Sabrán de la inmensa riqueza de nuestro idioma sobre muchos otros, en particular del inglés? Si algo puede rescatarlos como productores frente a la competencia global, es precisamente el trabajo en una identidad independiente, propia, histórica, etc.
Como siempre, hay aves que no manchan su plumaje aunque vuelen por el pantano, tal sería el caso de la pieza de Francisco Larios, los dibujos de Ricardo Castro García, o las fotografías (¿) de Mayra Silva. Por cierto, ¿por qué se insiste en poner videos, o instalaciones con base a aparatos digitales, simplemente eléctricos, o de pilas cuando estos dejan de funcionar al día siguiente de la inauguración?
Publicado originalmente en Milenio Diario.


lunes, 25 de julio de 2011

sábado, 23 de julio de 2011

viernes, 22 de julio de 2011

Museos que califican con 10 (III)

Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León.
Museo de arte contemporáneo internacional Rufino Tamayo.
Cd. de México, 1981

jueves, 21 de julio de 2011

miércoles, 20 de julio de 2011

Museos que califican con 10 (I)

Pedro Ramírez Vázquez. Museo Nacional de Antropología e Historia. Cd. de México. 1964


(Imagen: www.edy.com.mx)

Si bien es cierto que un edificio, una construcción, no hacen un museo, también es verdad que si el recinto es, por decirlo en términos contemporáneos, de autor, este se convierte en un atractivo que se suma a los que la institución museística pueda ofrecer, de aquí que ciudades, gobiernos y particulares, inviertan cantidades cada vez más importantes en la construcción, renovación o restauro de museos con los que se pueda fomentar el turismo cultural. Así pues, esta semana estaremos viendo imágenes de algunos de estos museos, lo cuales, como es obvio, no están exentos de crítica pero aun así, vale la pena conocerlos. Qué ustedes los disfruten.

martes, 19 de julio de 2011

Malo no...Pésimo!!


Por fin tuve oportunidad de conocer al más reciente de los museos en México, el Soumaya, cuya nueva sede fue inaugurada el 1 de marzo pasado.
Por desgracia desde la llegada al lugar las decepciones se van sumando. El edificio que se promocionó tanto y que tuvo una inversión de más de 800 millones de dólares, resulta ridículamente chaparro rodeado por edificios que le sacan 5 o más plantas de altura, por lo que está condenado a ser sólo una construcción caprichosa que difícilmente sobresaldrá en ese entorno. Además, las condiciones para su acceso desde la calle, que aún no están concluidas, hacen de la entrada un muladar que arruina la visita al museo.
Si el edificio en su exterior resulta un absurdo, su interior da la impresión de ser una inmensa bodega en la que se han acomodado, sin ton ni son, diversos objetos más o menos identificados. Da pena la poca  calidad de los acabados —cuando los hay—, el desperdicio  de espacio, lo torpe de las rampas, la falta de sentido en los recorridos, y lo más grave, la pura y simple acumulación de más de 6000 piezas que aquí se exhiben; cualquier nombre se le puede dar a este mostrar obras y objetos, menos el de museografía porque esta es inexistente. El arquitecto  de la obra, yerno del dueño para acabarla de amolar, un tal Fernando Romero, parece que jamás ha puesto pie en un museo, porque aquí quiso construir cualquier cosa menos un recinto de esta naturaleza.
A pesar de su arquitectura, de la mala calidad en su construcción y de la ausencia de trabajo museístico, no creo que sea lo más dañino ya que lo material siempre tendrá remedio, lo que hay que cuestionar es cómo un buen proyecto —construir un museo para albergar una colección que poco a poco se iba legitimando— puede caer en tan malas manos. El problema es que este Museo Soumaya no se da en el vacío o aparece de pronto, forma parte de la Fundación Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, por lo que no se trata de la puntada de algún provinciano excéntrico que al no saber qué hacer con su dinero decide construir el casino del pueblo tipo Partenón. Uno no puede menos que preguntarse si no hubiera sido posible contratar a Frank Ghery o Norman Foster para construir el museo, o si se quiere a los nacionales Teodoro González de León, Ricardo Legorreta, Enrique Norten, que tienen amplia y probada experiencia en el diseño de museos. Y si no hubiera sido posible contratar a los museógrafos de Nueva York, París, Londres, Berlín, o hasta de Las Vegas, ¿entonces para qué demonios sirve ser el hombre más rico del mundo?
No puedo creer que el Sr, Slim o sus descendientes no conozcan, no hayan estado, aunque fuera por compromiso, en alguno de los grandes museos del mundo o de México, y no se den cuenta de la enorme diferencia que hay entre éstos y lo que les han dado como museo y que no es más que un remedo que los hace quedar mal aquí y en cualquier otro lugar.
Basta con darse una vuelta por los museos de la Ciudad de México, el de Antropología, el MUNAL, el MUAC, el Franz Meyer, hasta al Carrillo Gil, para darse cuenta de la gran tradición museística que hay en la capital del país. No sólo contamos con arquitectos de sobrado renombre sino también con reconocidos directivos, curadores, educadores, diseñadores, montadores, que bien pudieron haber hecho de este proyecto un verdadero orgullo para todos, empezando por la familia Slim. Lo peor de todo es que difícilmente la Fundación Carlos Slim, él mismo o sus herederos, estarán dispuestos a poner en marcha otro museo, uno de verdad, o sea, se “quemó” el proyecto que podría haber dado vida a un museo o centro cultural ejemplar (al estilo de los de la fundación Getty).
Prefiero pensar que un buen proyecto cayó en manos inexpertas, que creer que a este hombre todo el dinero del mundo no le ha enseñado a apreciar y fomentar la cultura y las artes, que finalmente para eso y nada más, debería servir el dinero.
Publicado originalmente por Milenio Diario

miércoles, 13 de julio de 2011

¿Fotos nuevas? 1

Su Sheng. Lili Wei. 2008

¿Qué hacen los fotógrafos del siglo XXI? ¿Cómo ven el mundo? ¿Qué tanto respetan la tradición y qué tanto la desarrollan o rechazan? Estas son algunas de las preguntas que se hacen los organizadores de la segunda edición del proyecto Re-Generation, imagino que como premisas básica de lo que esperaban encontrar entre los más de 700 portafolios que recibieron de las diferentes escuelas de fotografía que fueron invitadas a participar. Puesto que he dicho que yo no encuentro nada nuevo en esta muestra (por lo menos en la que se ha montado en el Centro de las Artes I del Parque Fundidora), que me parece que estos fotógrafos trabajan dentro de las normas, de los cánones establecidos (lo cual no tiene nada de malo), esta semana estaré presentando imágenes provenientes del proyecto y que no forzosamente están presentes en esta exposición (en la muestra que visité no están todas las obras que se seleccionaron, es decir, se trata de una selección de una muestra mayor). Espero que, a través de estas imágenes, estén tanto de acuerdo con mi apreciación, como con la necesidad de discutir con mayor profundidad, el sentido o la dirección a la que nos pueden encaminar estas preguntas.

martes, 12 de julio de 2011

¿Nueva fotografía?


Lo que sigue aborda dos aspectos de la exposición, Re-Generation 2: Los fotógrafos de mañana, que se exhibe en la Fototeca o Centro de las Artes I del Parque Fundidora. La muestra, inaugurada el pasado 16 de junio, es el resultado de una iniciativa emprendida por el museo de la fotografía L’Elysée de Lausana, Suiza, con el apoyo de la organización Pro-Helvética y la colaboración de la fundación Aperture de Nueva York. Me detengo a mencionar estos datos para hacer notar que un proyecto de esta naturaleza sólo puede llevarse a cabo con la participación de diversas instituciones, pero también para hacer ver que la selección de los socios es la garantía del éxito que deseas obtener. Más de 700 portafolios fueron recibidos de 120 escuelas en las que se enseña, a nivel universitario, la práctica de la fotografía. De ahí se obtuvo esta muestra de 80 fotógrafos provenientes de 30 países (la mayoría son europeos, o mejor aún, pertenecientes a países centrales entre los que se cuelan los orientales, China, Japón, Corea).
Mi primer cometario pues,  es sobre el evento en sí mismo, ya que deja ver, por una parte, el interés que despierta la fotografía como para emprender empresas de este alcance (esta es la segunda versión de un evento similar llevado a cabo en el 2005), por lo que podemos decir hay un apetito internacional por ver fotografías. Y, de la mano de este interés o provocado por él mismo, la incorporación de la fotografía, de su enseñanza, a un gran número de carreras universitarias, especialmente las relacionadas con las artes visuales y la comunicación. Ambos aspectos, nos anuncian que la cultura contemporánea seguirá siendo preponderantemente visual. Un reto más para los países que no estamos en estas convocatorias, pues de no sumarnos a esta tendencia, a nuestros tradicionales rezagos habría que sumarles uno nuevo, el analfabetismo visual.
Mi segundo comentario tiene que ver con las preguntas que aparecen en la introducción a la muestra: ¿Qué hacen los fotógrafos del siglo XXI?, ¿Cómo ven el mundo?, ¿Qué tanto respetan la tradición y qué tanto la desarrollan o la rechazan? Antes de contestar aclaro que la muestra es impecable, no tiene desperdicio, y aunque se pueda decir que hay temas manidos, las diferencias son más bien de gusto o preferencias, ya que por lo demás, todas las piezas son correctas.
A pesar de lo anterior, no encuentro nada en esta exhibición que me haga pensar en los fotógrafos del siglo XXI salvo la edad en que se dan a conocer. Es decir, no distingo una manera diferente de mirar al mundo, ni de representarlo, por lo que no tiene sentido plantearse estas preguntas, puesto que todos trabajan dentro de la tradición. Los recursos digitales que aparecen como hongos tampoco aportan esa nueva manera de contemplar al mundo. Me parece que, unos más otros menos, todos continúan preocupados por los mismos temas que la fotografía provocó desde su aparición, la identidad, la relación ficción-realidad, la oposición documental-creación, espontaneidad-construcción, etc. Lo que quiere decir que aún no hemos resuelto las muchas preguntas que vienen de la mano con la práctica de este medio y de su circulación masiva.
Hubo sí, dos piezas que llamaron mi atención en este sentido, la primera de ellas es la Cortina (2009) de la alemana Daniela Friebel, una impresión a tamaño natural pegada directamente sobre el panel, lo que causa la confusión entre lo real y su representación, y las piezas (2006) de la sueca El Yafi, que tratan sobre la relación entre imagen y texto y su capacidad de representación como medios de comunicación.
Fuera lo que fuera, creo que esta es una muestra que debería mantenerse más allá de agosto para que un mayor número de estudiantes universitarios tenga oportunidad de verla, pues tarde o temprano estos jóvenes fotógrafos serán contra los que tendrán que competir los nuestros por los trabajos del mañana.
 Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com


miércoles, 6 de julio de 2011

Por 20 años A

Tse Tsung Leong. Seine I. 2006


Esta semana la dedicaremos a subir imágenes que nos recuerden las exposiciones que en el MARCO se ha sucedido por espacio de 20 años, dando prioridad, por supuesto, a las muestras que de fotografía han montado a lo largo de este tiempo.  Llevar la fotografía hasta un recinto museístico sigue siendo motivo de controversia pues los criterios de selección y valoración son mucho más lábiles y confusos, por no decir desconocidos, que los que se aplican en otros campos. Así por ejemplo en estos 20 años hemos visto en MARCO exposiciones tan relevantes como la muestra de la Colección Álvarez Bravo y tan malas como la dedicada al trabajo en México de Spencer Tunick. Las imágenes que suba guardan solamente el orden con que las voy recordando, igualmente su aparición no tiene nada que ver ni con preferencias, ni con valoraciones. Que ustedes las disfruten.

martes, 5 de julio de 2011

MARCO 20 años


Como se sabe el 28 de junio, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, MARCO, cumplió 20 años y aunque la institución ha sufrido cambios importantes respecto al proyecto original, el resultado no podría ser mejor: 178 exposiciones, una buena parte de ellas de primera línea, y más de tres millones de visitantes, son cifras que, dadas las circunstancias, no cualquiera puede presumir.
Si mal no recuerdo, cuando se empezó a planear la creación del museo, en medio de la euforia por el famoso TLC, se hablaba de él como un umbral a través del cual fluiría lo mejor del arte contemporáneo de México y América Latina, hacia los museos, galerías y coleccionistas norteamericanos y del resto del mundo. En ese momento el panorama local, nacional e incluso mundial era por completo diferente al de hoy día. El arte que se producía en nuestro país y  algunos otros de América del sur se encontraba a la alza; las instituciones culturales privadas se encontraban a gusto con el nuevo modelo de cultura que se proponía desde el sector público con la creación del CONACULTA. Localmente, empezaba a destacar Julio Galán y a llamar la  atención nacional otros nuevos  productores; el extinto Museo de  Monterrey se hacía cargo de la demanda por el arte internacional, y había un mercado de arte, si bien incipiente y más silvestre que el actual, era constante y permanente.
 Es claro que en 20 años la situación es otra por completo y si se creyera que los propósitos iniciales podrían continuar siendo válidos, la verdad es que las tendencias geoculturales también se han visto modificadas, teniendo nuestra producción artística que competir ahora (por lo menos en lo que hace a las artes visuales) con una plétora de nacionalidades emergentes que colman los apetitos estéticos y  comerciales del circuito internacional. A estos cambios son, entre otros, a los que ha tenido que adaptarse el MARCO. Su vocación latinoamericanista y  exclusivamente contemporánea ha tenido que evolucionar a una visión global e incluir en sus muestras a lo más recomendable del arte moderno. Pero quizás el giro más interesante y que sin duda le puede redituar más en términos de públicos, relevancia y liderazgo cultural, lo ha sido el incluir en su programa de exposiciones a la arquitectura, un tema difícil para el gran público pero que gracias a los nuevos recursos museográficos puede convertirse en exhibiciones espectaculares. En este mismo sentido se encuentra su inclinación por el video. Pero sobretodo, el haberse ido sobre manifestaciones populares que, de entrada, no parecerían propias de un museo, o mejor dicho, que hace 20 años no se habrían tomado en cuenta. Hablo de las exposiciones de Pixar, de la BMW y de Dominique Lemieux. Haber dado este importante paso, que por fortuna le redituó de inmediato buenos resultados, confirmó las decisiones tomadas a la vez que reforzó la necesidad de seguir por este camino.
No obstante, el principal reto al que se enfrenta el MARCO  es asegurar su permanencia. La ciudad, hoy más que nunca, necesita de esta clase de instituciones, por lo que invertir en ella representa una ganancia que quizás no se mida en pesos y centavos pero sí en bienestar y tranquilidad social. Patrocinar a la institución o alguna de sus múltiples actividades, no sólo garantizan un prestigio difícil de obtener a través de otros medios, sino que aumenta el capital simbólico de quien lo hace, lo que a su vez se convierte en moneda de cambio en otro tipo de transacciones.
Sin duda nos esperan nuevos cambios, el mundo seguirá evolucionando hacia rumbos aún desconocidos y la producción cultural y artística tendrá idéntica suerte. Los siguientes 20 años del MARCO nos pondrán a la puerta de la primera mitad del siglo, que más satisfactorio para esta ciudad que verse en ese momento, triunfante y pujante gracias a haber sostenido una apuesta que inició el siglo anterior, por la cultura.
Publicado originalmente por Milenio Diario