martes, 28 de mayo de 2013

A futuro (I)

Tal y como se explica, para quienes están familiarizados con la literatura de ficción científica y/o sus derivados del cine y la televisión, no tiene ninguna sorpresa o contradicción el extraño título de la exhibición que se presenta en MARCO a partir del 24 de mayo: El mañana ya estuvo aqui.
 
        Se trata, posiblemente, de una de las mejores muestras que en los últimos años ha tenido el Museo, y a pesar de que mantengo con ella un par de observaciones que me llevan a cuestionar su resultado, no se puede negar que tras ella hay una sólida investigación y la elaboración de una nueva lectura sobre el trabajo de ciertos artistas que, como también se dice en las cédulas de la muestra, toman al pasado y su indagación como material o punto de partida para su obra.
 
        Habría que destacar, así mismo, la experiencia que ya va acumulando el MARCO en el montaje de esta clase de exposiciones y aunque en esta ocasión la museografía no lleva el crédito de su personal (se le da a la curadora de la exhibición, Julieta González), sí se puede decir que sin su concurso y ese conocimiento que ya poseen, la exhibición no estaría tan bien presentada.

         Simplificado al máximo El mañana ya estuvo aquí, presenta un conjunto de piezas  contemporáneas (la mayoría de  ellas instalaciones con video) que de  una u otra manera abordan temas  que durante la segunda mitad del siglo  XX tuvieron más que nada  relevancia socio-política, temas que,  además, llegaron a ser abordados  por algunos artistas del momento  (la guerra fría, la amenaza nuclear,  la carrera espacial, la planificación  urbana, etc.)

          Hasta ahí todo bien, son  éstos trabajos interesantes que nos    permiten ver cómo se pueden  interpretar o re-elaborar las  preocupaciones de nuestros padres  o abuelos. No obstante, la  exhibición no se detiene ahí sino  que, tal y como lo justifican, a fin de  contextualizar las obras actuales, a    su lado han dispuesto trabajos del  pasado, Tamayo, Dubuffet, Agam,  Sakai, Moore, Goeritz, etc., piezas, en las que, según esto, también van implícitos aquellos temas. Si así  como está la muestra trato de leerla teniendo presente su propósito, no  entiendo que tiene que hacer la  obra del siglo XX en ella pues en  realidad no aporta nada, es decir no  funciona como variable  contextualizadora de las más contemporáneas.

         Al margen de si es o no requisito que en toda exposición que organice el Museo Tamayo (de donde viene esta) se tengan que incluir piezas de su propia colección, creo que estamos ante dos muestras que al intentar unirlas, hicieron una sola mayormente confusa, o, si se prefiere, menos accesible para el público general.

         Una de estas muestras sería la que comentamos en un principio, obras contemporáneas con temas tratados en el pasado o con preocupaciones que fueron elaboradas por artistas del pasado, y otra muy diferente la que mostrara cuáles fueron las concepciones que los productores del siglo XX tuvieron del futuro, entonces, ahí sí, tendría sentido presentar a Tamayo y sus visiones del cosmos, los proyectos urbanos de Le Corbusier, las investigaciones con computadora de Felguérez, o el cinetismo de los sudamericanos, Soto, Cruz Diez, Le Parc, etc.; y en esta otra versión, quizás como epílogo, sí incluir lo que productores de este momento ven respecto a lo que abordaron aquellos.

         Entiendo bien que se trata de dos exposiciones diferentes, pero más que eso, que se trata de dos visiones de cómo organizar una exhibición ya sea de este tipo o la más sencilla de ellas: Se trabaja a partir de las piezas que se van sumando y haciendo aparecer la idea que guía su selección, o se trabaja teniendo como arranque un discurso, una serie de conceptos ya elaborados e investigados que ahora han de ser ilustrados por esta o aquella pieza. Una no es mejor que la otra, todo depende de qué lado de la carreta quieres poner a los bueyes, atrás para que empujen o delante para que jalen, en medio ni para atrás ni para adelante.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario


jueves, 23 de mayo de 2013

De Leibovitz



Tal y como se anunció aquí mismo, el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades de este año falló en favor de la fotógrafa Annie Leivovitz. Sin duda se trata de una productora de talento y con recursos que parecen no tener fin, pero me alegra que el Príncipe de Asturias se otorgue más como un reconocimiento a una trayectoria que a obras en particular, porque en ese sentido no estaría tan seguro de que Leivovitz mereciera este reconocimiento. Creo que como fotógrafa tiene una capacidad y un ojo que sin duda destacan  de entre muchos de sus colegas, pero también de que es demasiado complaciente con su trabajo, por no decir que raya en lo cursi sin proponerselo (tipo David LaChapelle). Difícilmente encontraremos a quien no guste de los retratos y recreaciones que ha hecho Leivovitz a lo largo de su carrera, y si obtiene tal aceptación es precisamente no porque aporte algo con sus imágenes sino porque refuerza el estereotipo que la mayoría de nosotros tenemos sobre algunos de esos temas, por ejemplo la Blanca Nieves que aquí presentamos. Entre esa imagen y el retrato de la reina Isabel del 2007, prefiero el segundo sin duda, aunque quizás la verdadera Leivovitz fue aquella alocada chica que como buena groupie se incorporó a los fotógrafos de la legendaria revista Rolling Stone, logrando los mejores y más crudos retratos de los principales miembros de ese ambiente. Ser el fotógrafo(a) que más cobra en el mundo no la convierte, en auntomático, en la mejor.

(Imágenes: De SnowWhite: http://leperepelletier.blogspot.com;
de la reina Isabel: www.nytimes.com)

miércoles, 22 de mayo de 2013

Reflexión sobre el Noreste (I)

Saskia Juárez. LLuvia lejana. 2008
 
Puedo entender que temas como la identidad cultural del noreste (o cualquier otro semejante) haya ido desvaneciéndose conforme la realidad de la sociedad global u occidentalizada se ha impuesto como la única posible, o la principal de ellas, a la que es deseable -y hasta necesario- incorporarse so pena de abrir aún más la brecha que separa a los países occidentalizados de los que no lo son (antes del primer y tercer mundo, centrales y periféricos, desarrollados y en vías de desarrollo, dominantes y emergentes, etc., etc.) Lo que me resulta más complicado explicar es cómo el tema dejó de interesar a los productores, cuando aún en el último cuarto del siglo XX hubo una serie de exposiciones que buscaban explorar si no el tema directamente (la identidad cultural) sí aspectos que tenían que ver con la relación del productor, su medio nativo, el medio global, y su obra; pienso, por ejemplo, en Mito y Magia del MARCO, Le Magiciens de la terre del Pompidou, o Primitivism in 20th. Century Art del MOMA. Esta clase de relación fue la que alimentaba o alimenta obras como la de Saskia Juárez (al margen del gusto o aprecio que nos pueda despertar), la arquitectura de Tadao Ando, la fotografía de Robert Frank o Lee Friedlander. ¿Habrá dejado de importarnos entender qué le debemos a nuestro(s) medio(s), en qué tanto son y/o han sido coparticipes, responsables, de nuestro quehacer? ¿Será hoy día más imprtante la homogeneidad, la unidad, la identidad global, que el sabernos individuales y producto de historias particulares?

martes, 21 de mayo de 2013

Del Noreste


Me parece que nada mejor merecido que el homenaje que se le pueda brindar a un productor y más en vida, que es cuando realmente puede sentir el respeto, el reconocimiento y el cobijo que una comunidad, su comunidad, le brinda a través de este acto. Así es que el pasado 15 de mayo fue inaugurada la muestra intitulada Paisaje en la piel, con la que la Pinacoteca de Nuevo León reconoce y celebra la longeva trayectoria de la maestra Saskia Juárez.

         Una exposición que me atrevo a decir que no debe dejar de verse, tanto por lo que dice Jorge García Murillo, curador de la muestra, de que se trata de un “Clásico” entre nuestros productores, como por otras lecciones que se pueden aprender del conjunto que aquí se presenta. Pero antes de lanzarse a la Pinacoteca o de rechazar la invitación, vale la pena reparar en las siguientes consideraciones. La primera de ellas tiene que ver con otra de las muchas acepciones que puede tener el término “clásico” entendido no sólo por lo modélico, sino también como algo que no se aparta o difiere de las reglas establecidas y aceptadas, en este caso las que provienen del “canon” con que operó la pintura que llamamos, precisamente, clásica.

         Una más se refiere al doble papel de Juárez como productora y maestra. Teniendo una trayectoria  de 32 años como docente de la Facultad de Artes Visuales de la UANL, sería de esperar que hubiera, en especial entre productores  contemporáneos, muchos más paisajistas de los que hay; el que no resulte de esta manera, certifica lo buena maestra que fue, pues enseñó a pintar, no a ser paisajistas, tentación en la que caen muchos maestros y alumnos también.

         Una última consideración entre otras, sería el citar el ambiente o parte del ambiente en que creció, ya de regreso a Nuevo León, la pintura de Saskia Juárez. Me refiero a que el apego de su obra al paisaje del noreste, a las montañas, poblados y rancherías que aparecen aquí y allá por la geografía del estado, va íntimamente ligado al despertar de una identidad que nos llevó a hablar de una cultura particular del noreste, una cultura definida desde  lo agreste del paisaje hasta la austeridad de la vida cotidiana, la inclinación por el trabajo y el respeto al esfuerzo, una cultura manifiesta en cierto tipo de arquitectura, y determinadas pinturas o formas de pintar, la de Juárez junto con la de Rodolfo Ríos (con quien guardó una estrecha amistad) a la cabeza. No sería exagerado decir que por las pinturas de Saskia Juárez y sus compañeros de andanzas, aprendimos a valorar y apreciar no sólo el paisaje que nos  rodea sino todo lo que se desprende a partir de ahí.

         Sin estas consideraciones es  inútil visitar la muestra pues puede resultar repetitiva y falta de emoción, sin ánimo de innovar (este último punto lo explica perfectamente García Murillo). No hace mucho pregunté a una nobel productora que también pinta paisajes, a qué se debían las formas que daba a sus montañas, nubes, vegetación, etc., la respuesta fue que así lo hace por pintarlos diferentes, a “su estilo”. La obra de Juárez no es producto de un capricho o del deseo por crear un estilo, es el resultado de emplear la pintura para comunicar una determinada interpretación de aquello que se le presenta a la vista, de aquello que ha de ser trabajado, re-presentado por la pintura. La diferencia entre una y otra respuesta, lo que las distancia, es un claro ejemplo de lo que fue la producción pictórica en su vertiente naturalista y lo que hoy día se espera de ella.

         Hay que visitar la exposición de Saskia Juárez pero con el afán de entenderla y apreciarla de acuerdo a sus circunstancia, en su contexto formal e histórico; esperar de ella valores inéditos, sorpresas formales o innovaciones técnicas, equivale a tampoco entender que esta —reconocer institucionalmente la trayectoria de los productores— es también una de las funciones que debe cumplir la Pinacoteca de Nuevo León, es decir, atender al amplio y variado horizonte en el que se manifiestan hoy día las artes visuales del estado.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario
 

miércoles, 15 de mayo de 2013

Golpe de timón

A partir de ahora y por un tiempo indeterminado la aparición de comentarios relativos a los temas que animan esta página se hará semanalmente. Eventualmente se podrán subir, entre semana, noticias o temas que pensemos puedan ser de interés para aquellos que siguen lo que aquí se publica. Muchas gracias.

martes, 14 de mayo de 2013

Snapshot

George Eastman (1854-1932)
 
 Hace un par de semanas me prestaron una novela que obtuvo en el 2012 Mención Honorífica en el Premio Letras Nuevas que organiza la mega editorial Grupo Planeta. Se trata de Snapshot de Gerardo Gutiérrez Cham, editada en México por Joaquín Mortiz. Por el título se podrán dar una idea de por qué me sugirieron leerla, se trata, en efecto, de una novela que tiene como personaje central a la fotografía o mejor dicho, una parte de la historia de la fotografía, cuando ésta apenas empezaba a alcanzar la popularidad de la que goza hoy día.

         Un par de detalles sobre el argumento que desarrolla Gutiérrez Cham. La historia gira en torno a dos personajes, uno de los cuales es George Eastman en el momento en que empieza a lograr su éxito comercial a través de la película de nitrato y sobre todo gracias a la introducción en el mercado de los primeros modelos de la cámara Kodak. El otro es un pintor de poca monta obsesionado por lograr el retrato perfecto de su amante, y que, por azares del destino, siente a la fotografía, no como su competidora, sino como aquel invento que vendrá a destruir al verdadero arte, a la pintura.

         Hasta aquí lo relativo a la novela, sobre sus méritos ya se habrán pronunciado los críticos de literatura que es a quienes corresponde juzgarla.

         Lo que me llamó la atención del texto son los argumentos empleados para referirse, en boca del pintor y otros personajes de la época, a la fotografía y sus posibles efectos sobre la pintura, ello a pesar de que en la novela hay dos tiempos superpuestos, aquel en que se dio a conocer que ya era posible fijar de manera permanente imágenes obtenidas a través de la cámara obscura, 1839, y la presencia de Eastman en el mundo fotográfico cuyos inicios podemos señalar, cuando muy temprano, en 1889, con la fundación de la Eastman Dry Plate Company, es decir 50 años después. En ese lapso, a nivel de la historia de la fotografía, sucedieron muchísimas cosas, lo que me hace suponer que para entonces los primeros comentarios y lamentos que despertaron el Daguerrotipo y los Calotipos de Talbot, si bien aún no desaparecían por completo (de hecho no han desaparecido del todo), sí se habrían atenuado o, por lo menos, ya habrían perdido entre el público en general, el impacto que pudieran haber tenido en su momento.

         Independientemente de este traslape de tiempos que al fin y al cabo para eso existe la licencia poética, lo interesante de estos argumentos es, por ejemplo, que al hablar de la fotografía lo hacen negándole su capacidad artística, por una parte, por otra, denunciando su perfecta analogía con la realidad, y, finalmente, condenando su versatilidad y tiempo de ejecución y obtención de resultados. Quiero pensar que, en un momento dado, todos ellos no sólo sonaron lógicos y justos, sino suficientes como para solicitar una intervención (de quién sabe quién) que pusiera orden a esta nueva profusión de imágenes sin ton ni son desde el momento en que cualquiera las podía obtener.

         ¿No suena esto demasiado contemporáneo?, ¿No nos vemos ahí retratados cuando hablamos de las nuevas imágenes digitales? Como hace 175 años la reacción puede ser, efectivamente lógica, pues como entonces carecemos de un marco de referencia ya establecido y consensuado contra el cual podamos entender y calificar la nueva producción; además no hay nada más amenazante que la presencia, no solicitada, de un nuevo producto que rápidamente gana popularidad sin poder explicar a qué se debe. En este sentido creo que deberemos hacer un esfuerzo más serio, prolongado y profundo al momento de tener que enfrentarnos con estas nuevas imágenes si es que no queremos caer y repetir los mismos errores o falta de visión que tuvieron quienes condenaron a la fotografía en sus inicios.

         Novela, ensayo, biografía, no importa lo que uno lea; si es bueno o malo ya lo juzgará cada quien, lo importante es no dejar de hacerlo, pues en ella, en la lectura, están contenidas las preguntas y las respuestas a todas nuestras inquietudes.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario

 

lunes, 13 de mayo de 2013

Mayo conmemorativo 6

La forma tradicional del festejo de la Santa Cruz por medio de los trabajadores de la construcción. El 3 de mayo, la mayoría de las construcciones en proceso en todo México se ven adornadas por y coronadas con cruces engalanadas con flores, papel maché, letreros y artículos de la propia construcción. Una buena imagen para finalizar esta primera decena de días de mayo.
 
(Imagen: Fotografía AP www.elmanana.com.mx)

domingo, 12 de mayo de 2013

Mayo conmemorativo 5

La misma dignidad que reconocemos en el Cargador de Ladrillos (1928) de August Sander, es la que podemos identificar en la de nuestros trabajadores de la construcción que festejan su día el 3 de mayo, día de la Santa Cruz.
 
(Imagen: www.tate.org.uk)

sábado, 11 de mayo de 2013

Mayo conmemorativo 4


Al igual que a Eugene Smith en Pitssburgh, los obreros de las fundidoras han llamado la atención de nuestros fotógrafos, basta citar a Guillermo Kahlo (de quien vemos aquí una imagen) y Eugenio Espino Barros, y sus trabajos en la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, para darnos cuenta de las innumerables facetas que un motivo como este ofrece a los fotógrafos que se acercan a él. El tema también es pertinente para recordar el día del trabajo y sus protagonistas, pues entre los oficios más pesado y de alto riesgo se encontraba, sin duda, el de las acererías, tal y como debe encontrarse aún en muchos de los países periféricos.
(Imagen: Fototeca de Nueva León)

viernes, 10 de mayo de 2013

Mayo conmemorativo 3

Entre las celebraciones que hemos dicho se concentran los primeros días de mayo, sin quitarle mérito a ninguna, creo que la más importante es la dedicada al trabajo, y aunque en muchos países se le conmemora haciendo una pausa laboral, no se puede negar, que aún así, el trabajo, como actividad en la que se espera participe buena parte de la población, bien vale la pena que se celebre. Un ejemplo de cómo es que la fotografía ha estado unida a este tema es el que presentamos aquí por medio de una de las fotografías más conocidas del estadounidense Eugene Smith, tomada de su ensayo sobre la ciudad de Pittsburgh(1955-1957), los obreros de las fundiciones, sus barrios, familias y diversión. Un trabajo que por donde se le quiera ver es el paradigma del bien hacer, o para no desentonar, de lo que es trabajar apasionadamente por un fin.
 

jueves, 9 de mayo de 2013

Mayo conmemorativo 2

El 3 de mayo, entre otras celebraciones, está destinado a la conmemoración de la libertad de expresión, que como bien sabemos es un derecho y una garantía que no siempre se respeta o mejor dicho que en muchas ocasiones se busca cuando no reprimir, sí sancionar de diversas maneras. Y aunque esta pareciera ser una situación privilegiada de los llamados países periféricos, habría que recordar que hace apenas un siglo, esta lucha se daba y se sigue dando en los países imperiales, como lo vemos por ejemplo en esta fotografía de 1903 en donde se protesta contra el gobiernos inglés a pesar de las prohibiciones que existían para llevarlas a cabo.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Mayo conmemorativo 1

Seguimos, y seguiremos esta semana, con el tema de los días conmemorativos del mes de mayo. Aquí tenemos una fotografía de Charles Dominique O. Lahalle, ca. 1861-1865, que representa un piquete de la legión extranjera belga al servicio del ejercito francés justo en el momento de la intervención de este país a México; así que es muy probable que soldados de este tipo o muy parecidos hayan sido los que lucharon y salieron derrotados de la batalla del 5 de mayo.

martes, 7 de mayo de 2013

Los diez de mayo


Como ningún otro mes, mayo concentra en sus primeros diez días más festividades civiles y religiosas que cualquier otro, incluidos los llamados patrios. Da la impresión de haber estado esperando mejor clima para concentrar en este par de semanas lo que se hubiera podido repartir, si no a lo largo del año, sí de los primeros 5 meses. A esta reunión de fechas conmemorativas la acompaña una rica y profusa iconografía fotográfica con la que se pueden ir ilustrando cada uno de tales capítulos.

         Por ejemplo, el primero de mayo, como se sabe Día Internacional del Trabajo, pudiera ser representado, independientemente de su origen nacional, por el Obrero en huelga asesinado (1934) de Manuel Álvarez Bravo, o si se prefiere algo que no sea tan brutal, ahí están las hermosas imágenes de Sebastián Salgado sobre las inhumanas condiciones de trabajo de los obreros en las minas de oro de Sierra Pelada, Brasil (1986). E incluso si se llegara a pensar en imágenes de corte histórico se podría recurrir a los sucios suburbios de Jacob Riis (1870´s-80’s), o a los heroicos constructores del Empire State Bulding (1930) de Lewis Hine. Y la lista podría seguir pues el tema del trabajo, los trabajadores y las condiciones en que se llevan a cabo las actividades  laborales han sido y son uno de los motivos recurrentes en imágenes  documentales de todo género.

          La siguiente fecha en conmemorarse es el día 3, el día Internacional de la Libertad de Expresión, y, en México, el día de la Santa Cruz dedicado a los trabajadores de la construcción.  Sobre la libertad de expresión se  podría echar mano de alguna de las muchas fotografías que se tomaron durante los mítines del reverendo Martín Luther King, o cualquier otra que involucre demandas sociales, políticas o económicas. Sobre el día destinado a reconocer y festejar el esfuerzo realizado por los trabajadores de la construcción, se encuentran, por supuesto, las ya citadas de Hine, pero también las de Andreas Feininger, o más recientes pero igual de impresionantes las de tantos otros fotógrafos que nos asoman a la transformación de las ciudades Chinas y la intensa construcción lo mismo de edificios de súper lujo que de interminables y monótonas viviendas multifamiliares.

         El cinco de mayo, es el día en que los mexicanos conmemoramos la heroica batalla de Puebla (1862), que podría ser ilustrada si no con imágenes tomadas durante la refriega sí con las muchas con que contamos de la época y sus principales actores, incluidos, por supuesto, Juárez, el propio general Zaragoza (existe por lo menos un retrato de él) y otros mandos civiles y militares. Incluso hay una imagen  que si no me equivoco es de Francois Aubert, de uno de los batallones de indios Zacapuaxtlas que pelearon en contra de la intervención francesa. Así que por complicado que pudiera parecer, aún de este día hay material fotográfico del cual echar mano.

         Por último llegamos al día más cursi y comercial no del mes sino del año, el destinado a recordar a las madres. Si los días anteriores hemos visto cómo se podrían ilustrar mediante fotografías históricas o contemporáneas, qué decir de éste, desde las postales de los postreros años del siglo XIX (el 10 de mayo, como fecha oficial, se estableció en 1922) hasta las que aún hoy día se hacen circular cada que se acerca esta fecha. A pesar que en este caso el material existente rebasa cualquier expectativa tiene el inconveniente de que la calidad no va asociada, como de costumbre, a la cantidad.

         Cuatro momentos, temas o excusas para hablar de la fotografía o para acompañarlos con ellas. Salvo fechas históricas específicas que se sucedieron antes de haberse extendido la práctica de fijar imágenes, todas las demás siempre podrán ser ilustradas por ellas tal y como aquí lo hemos hecho. Conforme siga avanzado el tiempo y los hombres continuemos con la costumbre de celebrar fechas en las que se dan acontecimientos importantes (para el individuo o la sociedad) las fotografías seguirán ofreciéndonos la imagen con que siempre los podremos recordar.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario
(Imagen: www.deellas.com)

viernes, 3 de mayo de 2013

Foto tres

Roman Vishniac.
Interior de la terminal de tren Anhalter Bahnhof, cerca de la plaza Postdam en Berlín.
Tardíos 20's o tempranos 30's.
 
(Imagen: www.ico.org)

miércoles, 1 de mayo de 2013

Foto uno

Marian Drew. Naturaleza muerta con tela verde. 2006
 
Por su puesto que cada quien sabrá a qué le llama fotografía o qué clase de objeto es al que considera lo es. Nada más lejos de nuestras intenciones que imponer un criterio, una norma o un gusto, nuestras observaciones están más bien orientadas al debate, al análisis, al estudio y conclusión personal, cual quiera que sea esta. Durante los siguientes días simplemente estaremos subiendo imágenes fotográficas que nos parece se escapan del mero registro o re-producción de imágenes.
 
(Imagen: www.mopa.org)