Pinacoteca de Nuevo León
El pasado día 14, la Pinacoteca de Nuevo León abrió al
público la muestra Momentos de inflexión.
Antes de continuar es conveniente hacer un par de apuntes para evitar
explicaciones innecesarias más adelante.
Enfrentarse a
muestras como esta entraña una enorme dificultad. De acuerdo a su intención va
inscrita en el deseo por señalar (por haberlo encontrado) en qué momento el
siglo XX –por lo menos en términos de producción simbólica- empezó a moverse o
a transformarse en el siguiente, en el XXI. Esfuerzos así siempre serán bien
recibidos y aplaudidos, pues arrojan luz sobre nuestra historia y aunque fuera
un solo rayo, es suficiente para atisbar sobre lo que pudo haber acontecido.
Si recorremos
la muestra pieza por pieza, nos toparemos con que una buena parte de ellas son
más que interesantes. Y aquí habría que abrir un nuevo paréntesis, pues las
obras pueden resultar interesantes ya sea por lo que muestran, lo que ilustran
(como las fotografías cuyo valor puede ser histórico), como por su constitución
como objetos plásticos o performativos (el caso de Juan José González). Así que
decir que son interesantes puede ser por una u otra razón, e incluso por su
coincidencia en un mismo objeto. Así que, por estos motivos, la exposición es
aceptable, vale la pena visitarse, asomarse a ella para ver qué es lo que
propone.
Si juntamos lo
anotado hasta aquí, se concluiría que ésta es una buena exposición, y sin
embargo, desde mi punto de vista, no lo es.
De manera
general, la exposición pretende ilustrar, a través de la obra de los
productores convocados, el momento de inflexión, es decir de cambio de rumbo
que la ciudad de Monterrey tuvo entre las décadas de los 80 y 90 del siglo
pasado. Por alguna razón que no queda del todo clara se asocia una de las
muchas transformaciones urbanas que en ese entonces se empiezan a dar (la
destrucción y posterior construcción de la Gran Plaza en el centro de la
ciudad), con la obra de estos productores (lo cual es más que obvio en el caso
de las fotografías de Roberto Ortiz Giacomán, y menos en el de Juan José
González, aunque es en las calles de la ciudad, el sitio en que ejecutó sus
obras).
Creo que así
como en torno a los años 50’s del siglo XX hubo un primer momento de inflexión
para las actividades culturales y artísticas de la ciudad bajo la tutela de la
entonces UNL (el taller de Artes Plásticas, Armas y Letras, la Escuela de
Teatro, etc.), hacia su final debió haber otro, mas no sabría ubicarlo con
precisión, pues las décadas que señala la muestra son tan ricas que es difícil
calcular hasta qué punto influyeron en las artes plásticas, por ejemplo, el
cierre de Fundidora o la creación de la Macroplaza, cuando tenemos en esos
momentos acontecimientos tan importantes como el auge de las galerías privadas,
la formación de colectivos como la Casa Ediciones, el importantísimo Concurso
de Arte Vitro, la formación de asociaciones profesionales, los antecedentes del
CONARTE, y la fundación del MARCO.
Juan Caballero. Sin título (detalle). s/f
Creo en la
importancia del trabajo de Juan José González; la obra de Juan caballero, ya
sea la de carácter abstracto o figurativo, ha sido apreciada y valorada por
propios y extraños en más de una ocasión; la fotografía de Aristeo Jiménez ha
ganado un lugar dentro del movimiento fotográfico nacional por su calidad, como
también destacan por su calidad técnica las imágenes de Roberto Ortiz Giacoman,
además de su pertinencia y oportunidad para registrar su medio. Pero ninguno de
ellos, ni todos juntos, son suficientes para ejemplificar un punto de inflexión
en la ciudad; quizás sean producto de lo que estaba sucediendo, pero como ellos
hay otros tantos dentro de un marco más amplio que abarca, incluso, las
relaciones entre Monterrey y ciudades como la de México, Oaxaca y Guadalajara.
Estamos de
acuerdo en que a fines del siglo XX, como todo en el país, esta ciudad empezó a
tomar rumbo hacia la siguiente centuria (conste que incluso digo tomar no
cambiar de rumbo); en lo que diferimos
es la identificación de aquello que provocó el fenómeno. Y qué bueno que así
sea, pues entre más voces se sumen a este diálogo más sencillo será en el
futuro encontrar esos puntos de inflexión (si los hay) que nos han traído hasta
la actualidad.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
Imágenes: CONARTE
Imágenes: CONARTE
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