Hace una semana cerraba estas mismas
líneas, diciendo que la exposición de Robert Doisneau en el Palacio de las Bellas
Artes en la Ciudad de México me había dejado la invaluable lección de que es
necesario ampliar y profundizar la reflexionar ante cualquier imagen, cuánto
más en aquellas que se convierten en las favoritas de un determinado público;
decía que hay que hacerlo en y con ellas en particular, porque ese éxito, ese
gusto mayoritario, no es, por supuesto, gratuito.
Hoy
me enfrento a una situación que bien podría calificar de antítesis de lo
apuntado hace ocho días. No me encuentro ahora ante imágenes que,
independientemente de su temática, tengan una difusión mediática que las
convierta en el gusto de todos, sino más bien a simples imágenes que aspiran
quizás no a una circulación generalizada, pero si a ser tomadas por fotografías,
y al cambiar de imagen a fotografía quiero decir que circulen como piezas de
“arte”.
Hace
un par de semanas, la galería de la Alianza Francesa, local Valle, inauguró la
muestra Vida urbana, organizada por
la Asociación de la Plástica de Garza García, A.C., 12 imágenes, en color y
B&N, conforman la exhibición. En términos generales suelo ser muy
respetuoso de las actividades que lleva
a cabo esta y otras asociaciones del mismo tipo. Las aspiraciones de sus
miembros, como las de cualquier otro, son enteramente legítimas, y todos los
trabajos y demás actividades que llevan a cabo son muestra patente de la honradez
y profesionalismo con que pretenden actuar y mostrarse en público. De hecho, el
esfuerzo que han llevado a cabo en la exposición a la que me refiero, por
mantener un mismo formato, una misma temática, por presentar, en síntesis, una
muestra homogénea con un texto bien preparado, habla, precisamente, de la
seriedad de sus intenciones.
Ahora
bien, por todo lo anterior y aunque nunca pensé llegar a hacerlo, sí quisiera
regañar a las expositoras por el trabajo que presentan. Así como los que
estamos de este lado hemos de obligarnos a prepararnos mejor y ser más claros
en las ideas y principios de deseemos comunicar, así, creo, quienes exponen
deberían detenerse un momento y pensar mejor qué es lo que quieren mostrar al
público y para qué. Si esto es cierto en cualquier forma de expresión lo es
mucho más en el caso de la fotografía, nada más ni nada menos, porque estamos
tan saturados de imágenes que exhibir más de éstas lo único a lo que contribuyen
es a contaminar e hinchar más una ya muy deteriorada iconosfera.
Hay
una gran diferencia entre fijar imágenes y hacer fotografías, en este sentido
la exposición de Doisneau es más que ejemplar, pues no basta salir a las calles
de cualquier ciudad e ir apretando el obturador ante lo que me sale al paso,
sino de querer atrapar, representar, comunicar, aquello que yo entiendo,
percibo, siento, de esta o aquella zona de la ciudad, de estos o aquellos
personajes, de tal o cual situación. La ciudad, sus calles, personajes y
acontecimientos no son temas fotográficos por sí mismos, es el fotógrafo, su
sensibilidad, su ojo, la que los convierte en motivos que, unos más otros
menos, se van convirtiendo en tópicos o representativos. Desgraciadamente en
esta exposición hay únicamente 12 imágenes que nada me dicen de lo que
simplemente muestran,
Y
si no se vale ser irreflexivo en la temática, menos aún en la cuestión técnica.
Se bien que suele recomendarse no prestar mayor atención a los aspectos
técnicos y máxime si no eres fotógrafo sino un “productor de más amplios
intereses” que se vale de este medio sólo para realizar una parte de su obra
pero que mañana podría mudar a la pintura por ejemplo. Pues bien, a quienes han
prestado oídos a tales consejos o indicaciones, déjenme decirles que les han
visto la cara. Jugar con el “ruido” técnico, con los defectos de la imagen, es
cuestión más seria de lo que parece; el creer que todo se vale es más bien
hacerse tonto y pensar que todos los demás también lo son. Ya que vas a
presentar tu trabajo, preocúpate no por si está bonito el marco, sino porque esté,
si quiera, bien impresa la imagen.
Espero
no sea mal entiendo mi “regaño”, mi intención no es ofender, sino por el
contrario tratar de contribuir. La galería de la Alianza Francesa, quienes
participan en esta asociación y la asociación misma, merecen algo mejor.
Publicado originalmente por Milenio Diario.
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
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