martes, 23 de septiembre de 2014

Relativo a la familia


Hay exposiciones que dan la impresión de resistirse a ser comentadas, que van deslizándose por las orillas, saltando de esquina a esquina hasta que logran pasar desapercibidas por más que uno esté esperando el momento adecuado para echarles mano.
        Tal es la sensación que me queda de la muestra Parental, inaugurada en el espacio de la Alianza Francesa, Valle, hace ya más de un mes, en el lejano 21 de agosto. Que si la Bienal FEMSA reclamaba una conclusión, que si la lluvia nos mantenía a distancia, que si otras muestras parecían más importantes e interesantes, por una u otra razón, no había podido visitar la galería, mucho menos comentar lo presentado.
        Tanto interés por hablar de esta muestra, aun antes de conocerla, se debía, en primer lugar, a que se trata de un grupo de fotógrafos locales reunidos en el llamado Colectivo Tr3ce; el tema también tenía que ver con mi interés, o mejor dicho que se presentara una muestra colectiva bajo un mismo tema, me pareció interesante; y, en seguida, que el colectivo había sometido su trabajo al ojo crítico de Juan José Herrera, convirtiéndose así en el curador de la exposición (desconozco si Juan José es o no miembro del colectivo; puedo suponer que lo sea pues sólo hay trabajos de 12 integrantes, por lo que, lo lógico, sería que el miembro número trece fuera él). En síntesis, una exposición de fotógrafos locales curada por un fotógrafo igualmente local, en uno de los mejores espacios que hay en la ciudad para la exhibición de fotografía, ¿cómo no tener la tentación de hincarle el diente a tanta “localidad”?
        Trabajar en grupo, pareja, con los cuates, asociaciones, colectivos o como quiera llamársele tiene sus ventajas pero también sus riesgos, uno de ellos es que todos acaben pareciéndose tanto formalmente como en cuanto al tratamiento de los temas, máxime cuando hay uno sólo de estos. Creo que podemos ver tal efecto o consecuencia en esta exhibición. Otro podría ser la connivencia de los compañeros, es decir, que el grupo te arrope simplemente por ser miembro de él, y no por los resultados que entregues. Ventajas, son muchas las que se pueden obtener, el aprender a compartir y trabajar en grupo, y si el nivel de exigencia va elevándose conforme se consolida el grupo, y la crítica y la autocrítica es sincera y bien intencionada, se vuelve una costumbre, se hace hábito, el someter al escrutinio de otros trabajos de calidad. Este es uno de los beneficios que se obtienen de esa actividad tan rara que se llama “tallerear” (rara no porque sea extraña sino porque casi nunca se realiza con la disciplina, rigor y duración que demanda).


En cualquier caso, ventajas o desventajas, tiene que llegar un momento en el que, como todo en la vida, te tengas que despedir de los pares para seguir por tu propia cuenta. Si la  agrupación es sana y en realidad te ayudó volverás una y otra vez, salirte de ella, no quiere decir romper con los lazos que los unen, exactamente tal y como sucede en una familia.
Ahora bien, quiero suponer que Herrera ha sido lo suficientemente exigente como para reducir la participación en la muestra a una imagen por miembro. En tal sentido qué bueno que así haya sido pues es evidente que se trata, en la mayoría de los casos, de una práctica aun en desarrollo, tanto si consideramos estas fotografías formalmente, como por su contenido (hay que hacer la aclaración que entre los 12 expositores hay uno que presenta un vídeo, Yussel Estrada, trabajado con los temas de las otros once miembros).
He dicho hace un momento que me parece hubo cierta “contaminación” en el tratamiento del tema. Y es que salvo el trabajo de Nora Gómez, que por cierto es un autorretrato y ella el contacto del grupo, todas las demás imágenes nos ofrecen un acercamiento, ni siquiera nostálgico al mundo de la familia, sino más bien triste, en el que priva la soledad, la  enfermedad o el abandono. Flaco favor le hacen a la familia, ninguna de ellas, al parecer, termina su ciclo felizmente, satisfecha y venturosa.
Como podrá deducirse, Parental, no es la gran exposición, los miembros del colectivo que la presenta, no son, ni con mucho, los mejores fotógrafos de la ciudad, pero da gusto saber y constatar que hay quienes desde otras trincheras, sin pretensiones grandilocuentes, y con mayor humildad, se están preparando para lograrlo.

Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver tambén: www.artes2010.wordpress.com


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