Como ninguna otra de las
manifestaciones artísticas y mucho más de las visuales, la arquitectura tiene
el poder de modificar –y casi siempre de manera permanente- su entorno. No se
trata simplemente de la alteración que causa en
el paisaje natural o en el de la ciudad, sino de la afectación que llega
a tener sobre cientos, miles de personas, al alterar sus formas, sus espacios
de trabajo, de vida y convivencia, al modificar sus recorridos, el tiempo
invertido en cada una de las actividades que desempeñan o en su transportación,
al separar el mundo rural del urbano. La pregunta, por tanto, no es ¿qué tan
consientes estamos de ese poder?, sino ¿qué tan conscientes están nuestros
arquitectos del poder que la sociedad ha puesto en sus manos?
Algún día debería escribirse algo
así como el prontuario o manual del visitante a galerías y/o museos de arte. En
él habría que decirle al usuario en qué debe fijarse: qué son las cédulas y cómo
han de estar redactadas, qué son los textos de sala y para qué sirven, cómo
debe estar colgada una obra bidimensional y cómo colocada una escultura o
instalación, qué debes hacer con los vídeos u obras sonoras, consideraciones
sobre la iluminación, el recorrido, las bases y mamparas, etc., etc., son
tantos los estímulos que están presentes e influyen directamente sobre la
apreciación de lo exhibido que bien valdría tener un check list como el que propongo, incluidos, por supuesto, los
criterios de selección, los objetivos de la muestra, su pertinencia,
representatividad, recorridos e interpretaciones sugeridas y cuanta más
información se le pudiera dar al espectador mucho mejor, para que así, efectivamente,
el juicio que emitiera estuviera fundamentado en los mismos criterios que se
emplearon en su producción.
Sea el caso de la exposición 21 Jóvenes arquitectos mexicanos. Relevo
generacional que se inauguró en el Centro Cultural Plaza Fátima el pasado
13 de marzo. Organizada por la Facultad de Arquitectura de la UNAM, nos
presenta una colección de trabajos llevados a cabo por estos 21 nombres o los
despachos que representan. Bien a bien no es muy claro porqué están presentes
aquí, de ellos 10 son del Distrito Federal, dos más regiomontanos, o sea, que
para el resto del país sólo quedan 9 arquitectos que vale la pena presentar (¿?).
¿Por qué se seleccionaron estos y no otros proyectos? Tampoco hay razón
aparente, lo mismo que sobre la lógica que hace que aparezcan mega proyectos
como el Senado de la República, la estación del metrobus en el área cultural de
la UNAM, o la terminal B del Aeropuerto Internacional de Monterrey, al lado de
casas unifamiliares o un avistadero de aves.
Estas líneas podrían tener en
lugar del título que las encabeza el de El
poder de la fotografía, pues conocemos más lo construido gracias a las
imágenes que por las maquetas (si mides 1.20 mts. no tienes problema para
admirarlas, si no es así sólo te llevas una buena impresión de las cubiertas).
Lo difícil, lo complicado de una exposición de arquitectura es qué presentar.
La fotografía, aunque ayuda, en realidad convierte al arte de los espacios existenciales
en una cuestión de apariencias.
Inevitable la comparación con la
exposición de Mario Pani en el MARCO y quizás uno de los aspectos más
contrastantes sea que mientras Pani, con todas las críticas que lleva encima,
se ocupó y preocupó por la vivienda popular, entre estos 21 jóvenes no hay un
sólo ejemplo que se acerque o tenga siquiera una reflexión al respecto. Sin
duda están conscientes del tema y problema, tanto como de lo sustentable, sólo
que no está de moda o dentro de los criterios de selección.
La arquitectura no es únicamente
una cuestión técnica, es también un hecho histórico, sociológico, semiológico y
antropológico, tanto como artístico, turístico y tecnológico. Reunir todos
estos aspectos en una exposición no es tarea sencilla y ni siquiera en las
otras artes, con más experiencia en el tema de las exposiciones, se logra
cabalmente. Son pues, ahora, los propios arquitectos los que tienen la palabra
para acercar su trabajo al gran público.
Publicado originalmente en Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
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