martes, 29 de abril de 2014

Estenopo

Ruth Rodriguez. Pez IV. 2012

Estenopo traducido del griego significa abertura u orificio estrecho. En el campo de la fotografía, como se sabe, es el elemento principal que da nombre a una clase particular de imágenes, aquellas que se obtienen mediante una cámara llamada, precisamente, estenopeica. Además del estenopo (agujerito que se abre para permitir el paso de la luz), estos aparatos –cámaras- se caracterizan por la ausencia de una lente, su factura doméstica y generalmente de bajo costo, la obtención de fotos de una en una, y que lo mismo se puede trabajar con película que con papel. La diferencia entre una cámara estenopeica y una obscura consiste en que la primera conserva, hace permanentes, las imágenes que se proyectan en su interior.
         El pasado domingo 27, como todos los últimos domingos del mes de abril desde el 2001, estuvo dedicado al Día Internacional de la Fotografía Estenopeica. Entre nosotros, algunos, en uno u otro momento, han producido fotografías estenopeicas, de hecho este domingo hubo un taller en el MARCO ofrecido por quien quizás sea la más asidua productora de estas imágenes en Monterrey, Ruth Rodríguez; destaca ella no sólo por su insistencia en la difusión y promoción de este método, sino también porque en su obra encontramos ese delicado equilibrio entre ciertas formas, obscuras, indefinidas, marginales, de fuertes contrastes de luz y sombra, y una técnica igualmente inacabada, prácticamente impredecible, irregular e improvisada. El resultado son potentes imágenes que permiten atisbar por entre otras facetas de la realidad.
         Mi interés por este tipo de fotografía, así como las que se obtienen por medio de lentes y chasis de juguete, las cámaras Holga, o las LOMO, es la introducción involuntaria de yerros o defectos (distorsiones, alteraciones del color, sobreposición de motivos, etc.) en las imágenes tomadas. Por un lado así se demuestra lo falible de las máquinas, pero por otro, que el mundo puede ser por entero diferente a como creemos, con tan sólo introducir una pequeña variante en el sistema. Por naturaleza tendemos a pensar que todos vemos lo mismo, y sólo muy de vez en vez nos detenemos a preguntar, por ejemplo, cómo ve un miope, una persona con estrabismo o un daltónico (una cosa es que sepamos qué ocurre con la miopía y otra que sepamos cómo ven), por no hablar de los débiles visuales o incluso de cómo “ven” los ciegos.
         Entre los millones de imágenes que nos circundan, muchas de ellas intencionalmente distorsionadas, las estenopeica y cauda que les acompañan, introducen una especie de incertidumbre primigenia en el mirar, una ambigüedad ante la objetividad del documento, y la dificultad de elegir entre la seducción de lo extraño y su rechazo por desconocido (debo aclarar que no todas las fotografías etenopeicas introducen errores en las imágenes y menos aún que todos sean ostensibles).
         El problema con estas y muchas otras imágenes, con la fotografía en sí, es hasta qué punto son, siguen siendo, el sistema de reproducción más adecuado para informarnos sobre la vida contemporánea y todo lo que ello implica. Cuando en los años veinte Karl Blossfeldt (1865-1932) maravillaba a su público con la elegancia de las formas vegetales que fotografiaba, esas imágenes eran las adecuadas para mostrar un mundo vegetal que en ese momento era poco conocido y apreciado. Las misma imágenes son hoy día totalmente inadecuadas para los mismos fines, a ningún nuevo observador le puede emocionar ver pistilos o semillas, cuando ya ha visto el tejido vegetal y sus células bajo el microscopio electrónico.
         ¿No será que las imágenes estenopeicas y sus compañeras, la fotografía pues, conservan su atractivo como lo haría un fósil; que en eso radique el interés que  continúan despertando en nosotros, como cualquier otra antigüedad?
         A las muchas limitaciones con que cuenta la fotografía y con más razón la estenopeica, quizás habría que sumarle ahora la de haberse convertido en un sistema de reproducción posiblemente superado por la misma tecnología que habría ayudado a crear.

Publicado originalmente en Milenio Diario.
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
Imagen: http://sintitulonifecha.blogspot.mx

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