jueves, 31 de enero de 2013

Alternativa(o) II

 
 
Presentamos aquí uno de los famosos Happenings de Alan Kaprow, Yard, de 1961. No sorprende escuchar a mucha gente decir que lo que vemos no es arte, que nada tiene que ver con el arte, o que carece de "chiste" pues cualquiera lo puede hacer. No sorprende porque igual número de gente sigue sin entender el cubismo sintético de Picasso o el Expresionismo de un Kirchner. Y conste que no digo que para comprender los Happenings de Kaprow o los Performances de Abramovic haya que entrarle primero a Picasso y compañía, hablo de que al parecer el tiempo transcurrido entre el momento de creación de todas esas obras y el actual no ha servido para asimilar las nuevas formas y medios que emplea la producción simbólica moderna y contemporánea, es por ello que no nos queda más que decir que son "Alternativos".
 

miércoles, 30 de enero de 2013

Alternativa(o) I

 
 
Uno de los trabajos presentados por la Abramovic en su retrospectiva del MOMA de Nueva York hace ya tres años, su Autorretrato con esqueleto. Desde un punto de vista enteramente formal cuesta trabajo entender por qué su obras sigue causando tanto problema, de la misma manera que es fácil entender porque después de 40 años de explorar, probar y practicar con el mismo medio, ya se este cansado de ser considerado simplemente como alternativo(a). Para ver un poco más sobre estos trabajos la semana la dedicaremos a imágenes que nos traigan el registro de lo que productores como Marina Abramovic se empeñan en crear desde la "alternancia".
 

martes, 29 de enero de 2013

Palabras y aplicaciones

  
 
Todos comprendemos, e incluso algunos aceptamos, que la realidad se crea conforme vamos teniendo palabras, nombres, denominaciones para las ideas, los objetos, situaciones, personas u otros seres vivos con los que entramos en contacto; tan rica y variada será nuestra realidad como lo sea la cantidad de palabras, el vocabulario que empleemos para referirnos a lo que la conforma.

         Toda palabra tiene dos momentos, el de su creación y el de sus sucesivas aplicaciones, puesto que no se trata de un fenómeno sincrónico, se va abriendo una distancia, cada vez mayor, entre el significado original de la palabra (su momento de creación) y su última aplicación, situación normal que no acarrea ningún problema, pero que en ocasiones pone en evidencia que deja de haber correspondencia entre uno y otro momento: la palabra deja de describir o dar significado porque aquello a lo que se refiere ya es otro; no obstante, por evidente que sea, es muy complicado dejar atrás palabras, nombres, conceptos, para ir en busca de aquellos que den lugar a nuevas realidades, por lo que lo común es arrastrar las mismas palabras por tiempo indefinido.

         Un precioso ejemplo de esta situación nos lo ofrece la serbia  Marina Abramovic. En breve se  estrenará en España la película  Marina Abramavic. The Artist is  Present  del director Mathew Akers,  cinta que presenta a la artista mientras preparaba, en el 2010, su exposición retrospectiva en el  MOMA de Nueva York. Del trailer del  documental, extraemos la siguiente declaración que es tan insólita como maravillosa: “Tengo 63 años. No  quiero seguir siendo alternativa”.  Tal cual, son muchas las lecturas e interpretaciones que se le pueden dar,  incluso se podría escribir una tesis con base en ella. Mas de entre este pozo de significados e implicaciones, rescatemos al menos uno que venga al caso con lo que  estamos tratando.

         Según Abramovic, desde hace por lo menos 40 años es  considerada una artista alternativa,  ya que el medio que emplea para    crear, para expresarse, es tan  “nuevo”, tan inédito, que aún no tiene cabida entre las manifestaciones artísticas "normales". ¿Cómo es posible que después de este tiempo en el que se han multiplicado los trabajos de Performance y otros medios, no tengamos otra manera de referirnos a ellos que no sea la de “alternativos” (no digamos en español en dónde ni siquiera contamos con un término que lo traduzca adecuadamente)?

         Quizás hace 40 años, cuando se presentaba por primera vez la Abramovic, o Allan Kaprow desarrollaba sus primeros Happenings, podrían denominarse productores alternativos, o decir que sus obras eran alternativas, pero hoy día, referirse a estos trabajos de tal manera resulta una equivocación o un absurdo.

         Me parece claro y justo el reclamo de Marina Abramovic, a sus 63 años resulta ridículo tomarla por productora alternativa o seguir llamando a su obra de tal manera, cuando en realidad debería estar considerada, como de hecho lo está, entre las productoras más importantes del siglo XX, sin ningún otro tipo de adjetivo.

         ¿Pero si Abramovic y muchos otros como ella, dejan de ser alternativos, a qué le llamaremos de esta manera?

         Si el término no ha sido capaz de actualizarse o si aquello por lo que se acuñó evolucionó de tal manera que ya no puede seguir siendo identificado por él (como hemos visto sucedió con Abramovic), creo que lo mejor sería olvidarlo y buscar una nueva denominación para las obras que se están produciendo en este momento con nuevos medios. Dejemos pues lo alternativo para lo que lo fue en su momento y a lo que está sucediendo ahora llamémosle de otra manera, que palabras no han de faltar, pero no sigamos cometiendo el error de por querer ser muy contemporáneos, muy nuevos, recurrimos a términos que por atractivos que parezcan, ya han agotado los objetos, las situaciones, e incluso las ideas a las que originalmente estuvieron asociados.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario

lunes, 28 de enero de 2013

Fotos de no-fotógrafos (6)

 
Llegamos al término de esta serie y concluimos con el trabajo de un productor fuera de serie, el norteamericano Cy Twombly. Su aproximación a la fotografía, así como la de su colega y compañero de aventuras, Robert Rauschenberg, es un tanto incierta, quizás motivada por su interés en las corrientes conceptualistas o incluso más allá, en el orientalismo y misticismo. Lo cierto es que en uno y otro caso su trabajo en fotografía es tan bueno e incluso podría ser mejor, que su obra pictórica o escultórica. Esta imagen de Towmbly, Tulipán, 1985,  cierra pues estos posts dedicados a este nuevo género que llamamos fotos de no-fotógrafos, dejando más dudas que certezas, lo cual, a su vez, prueba el estado incierto en que se encuentra la fotografía contemporánea.
 

domingo, 27 de enero de 2013

Fotos de no-fotografos (5)

 
Habría que encontrar una denominación adecuada para fotógrafos como Dennis Hopper quienes se pueden ocupar profesionalmente de otras muchas actividades (como se sabe en el caso de Hopper fue actor de cine), pero logran formar un corpus de imágenes consistente, congruente, sólido, mucho más allá que lo que pudiera arrojar una simple afición continuada, ¿se trata entonces de fotógrafos-fotógrafos, o de aficionados talentosos? y ¿qué diferencia hay entre estos y un Winogrand o un García Alix? 
 

sábado, 26 de enero de 2013

Fotos de no-fotógrafos (4)

 
 
Este es otro caso en donde un productor que no es fotógrafo se vale de la fotografía, en este caso, para registrar su obra, misma que en cualquier momento pude desaparecer (como de hecho ha sucedido). Lo que observamos aquí es una fotografía del norteamericano Robert Smithson, Mirror Displacement..., 1969, que registra una intervención que llevó a cabo en la península de Yucatán; sin la fotografía, sólo tendríamos la descripción del proyecto y, si acaso, las páginas de algún diario de viaje del propio Smithson o cualquier otra persona que hubiera atestiguado la acción. Esto es, requerimos, requirió Smithson, de la imagen para registrar, difundir y promover su obra, de ahí que haya recurrido a la fotografía. Acciones de esta naturaleza fueron las que hicieron que poco a poco, de parte de los productores plásticos, se pusiera más atención a la fotografía para transitar entre su uso como mero registro hasta emplearla como auténtico medio de expresión.
 

viernes, 25 de enero de 2013

Fotos de no-fotógrafos (3)

 
El caso de David Hockney podríamos decir es típico en el tema que nos ocupa. Se trata de un gran pintor que descubrió  a través de la fotografía una línea de trabajo que desarrolló plenamente sin tener jamás la pretensión de convertirse en fotógrafo. Sus mosaicos con  Polaroid, como esta Silla de 1985,que algunos han querido ver como una especie de neo-cubismo, son la prueba evidente de cómo es que la fotografía en manos de quién sea, es decir de profesionales o aficionados, puede dar resultados extraordinario siempre y cuando se comprenda el medio y se tenga algo qué decir.
 

jueves, 24 de enero de 2013

Fotos de no-fotógrafos (2)

 
Esto de las fotografías de quienes no son fotógrafos pero si se valen del medio para crear una parte de su obra, se complica al extremo cuando topamos con casos como el de Juan Rulfo. Aquí una Plantación de Magueyes, s/f , que sin duda lo acredita como un más que solvente fotógrafo. El caso es que de no haber sido Juan Rulfo el gran escritor mexicano, ¿sería Juan Rulfo el gran fotógrafo, a la altura de un Alvarez Bravo?
 

miércoles, 23 de enero de 2013

Fotos de no-fotógrafos (1)

 
Vamos iniciar esta miniserie dedicada a las imágenes fotográficas obtenidas por no-fotógrafos, esto es, por quienes no se dedican a producir por entero su obra a través de este medio, sino que recurren a él de vez en vez para materializar alguna creación en particular. Y ya que ayer hablamos de la súper venta de una fotografía de Gabriel Orozco, hoy presentamos esta otra, Pelota en agua de 1994. Insisto, hay mucho que decir sobre estas imágenes y el interés de Orozco por producirlas, pero antes una pregunta ¿si la fotografía por sí misma no está en el centro de sus preocupaciones creativas, porque hacer de esta que aquí vemos una reducida edición de sólo 5 ejemplares?
 

martes, 22 de enero de 2013

Subastas y precios

 

El pasado día 17, la casa de subastas Sotheby’s, en Nueva York vendió una fotografía de Gabriel Orozco al precio récord de $278,500.00 dólares. Se trata de un díptico de 47.6 x 34.3 cms., intitulado Mis manos son mi corazón, fechado en 1991, y forma parte de una serie mayor con el mismo tema. Según sus galeros en México, ningún otro fotógrafo vivo en nuestro país había alcanzado tal cifra por su trabajo, aunque también habría que aclarar que a pesar de la cuantiosa cantidad pagada, aún se encuentra muy lejos de los precios verdaderamente récord, recordemos los 2.9 millones pagados por el Estanque. Luz de Luna, 1904, de Steichen, o los mucho más abultados 4.3 millones de dólares que alcanzó en el 2011 la fotografía Rhein II de Andreas Gursky.

         Independientemente de cuáles podrían ser las causas de que en esta ocasión se pagara esta cifra por la obra de Orozco, en donde influye desde quién era el anterior propietario hasta  el que se trate de una subasta pública, la nota nos ofrece un buen ejemplo de lo que es la fotografía contemporánea y lo que  se aprecia en ella en este momento.

         En  uno de esos quiebres que tuvo la producción simbólica a lo largo del siglo XX, cuando las artes plásticas estaban a punto de desmaterializarse y desaparecer para siempre, la fotografía no sólo logró salvarlas al documentar su existencia y testimoniar sus nuevas prácticas, sino que también, por ahí mismo, se coló al mundo del arte. Lo que en 140 años de existencia no había conseguido, su asociación con Perfomances, Happenings, Land Art, y todo género de conceptualismos, lo hizo posible en menos de una década. Pero como todo triunfo implica una perdida, en este caso se quitó la fotografía de manos de los fotógrafos, a partir de entonces productores de origen diverso se ocuparían de hacer las fotos, pues la fotografía se convertiría en otro  medio de expresión (no es que no lo fuera, sino que hasta ahora se le reconocía).

         Este es el caso de Gabriel Orozco, quien no es fotógrafo sino un productor que se vale del medio para crear obras que se materializan en fotografía, lo mismo que sucede en pintura o cualquiera de los múltiples medios que emplea para crear sus obras. Lo que vemos en sus fotografías son realidades que sólo existen ahí y sólo las conocemos, las vemos, las apreciamos, por medio de ellas.

         Aunque hay mucho más que decir de la fotografía de Orozco, me interesa mejor hacer otros señalamientos. Sus fotografías, como el resto de su obra, parten de una serie de reflexiones, cuestionamientos y prácticas que lo han llevado hasta la producción de lo que hoy día le conocemos; el que sea reconocido y apreciado por ello, que alcance los precios que hemos mencionado, de ninguna manera significa que sus imágenes se tomen como ejemplo o que se crea que deben ser imágenes semejantes a las que él ha empleado las que representen la producción contemporánea.

         El problema aquí, como con otras obras de arte contemporáneo, es creer que por fotografiar una pelota de fútbol desinflada y llena de agua de lluvia, una mesa desvencijada en la playa o latas de alimento para gato sobre sandias, estás haciendo fotografía muy nueva, muy contemporánea. La pura apariencia de la imagen y el facilismo que implica la producción de aquello que se fotografiará,  nos induce a esta clase de errores, cuando en realidad lo que importa son las ideas que hay atrás de esas imágenes. El caso de Gabriel Orozco es único e irrepetible, eso es lo primero que deben aprender quienes pretenden ser fotógrafos o productores hoy día, después a darse cuenta que sin idea no hay imagen que valga por más contemporánea que nos parezca,  por más que copie lo que se subasta en otros lugares.

No hace mucho le preguntaban a un nobel productor por qué había escogido el video sobre otros medios, a lo que contestó porque era más fácil que escribir, así de contemporáneos son nuestros productores.

Publicado originalmente por Milenio Diario

lunes, 21 de enero de 2013

De accidentes y fallos VI

 
Descuido común entre los aficionados a la fotografía es que aparezca en la composición la sombra del fotógrafo. No obstante, aprovechándose intencionalmente del error suele considerarse como la firma, la prueba irrefutable de que el autor de la imagen que observamos estuvo ahí, o incluso puede entenderse como una variante dentro del género de los autorretratos. Un buen ejemplo de lo que decímos es este Nuevo Orleans del norteamericano Lee Friedlander de 1994. El cuidado puesto en la composición y el lugar que ocupa su sombra en ella, delantan claramente que no se trata de un descuido o error.
 

domingo, 20 de enero de 2013

De accidentes y fallos V

 
Aquí, un ejemplo exacto de lo que hemos venido discutiendo, una de las imágenes producidas por Gerardo Suter en el 2011 de la serie Penúltima región, que hace referencia a los terremotos de 1985 en la ciudad de México. La impresión doble de los mismos motivos o de aquellos que fisicamente se encuentran cercanos, crea la impresión visual del movimiento telúrico que sacudió y destruyó una buena parte de la capital; en ningún momento se puede entender esta doble impresión como si se tratara de un error o accidente, por el contrario, conocedor del efecto de este proceder, Suter lo emplea para dar una imagen más exacta (?) de lo sucedido aquella mañana.
 
(Imagen: www.fusion14.com)

viernes, 18 de enero de 2013

De accidentes y fallos IV

 
Si el tema es cómo fotografías que muestran fallos, errores o descuidos, logran no sólo convertirse en imágenes famosas, sino incorporar tales accidentes o falta de pericia al vocabulario de la propia fotografía, convertirlos en una cualidad más de cierto tipo de imágenes, no puede dejar de mencionarse a Robert Capa y sus muy célebres tomas del desembarco a Normandia durante la Segunda Guerra Mundial en 1944. De ninguna otra manera más que a través de estas fotos accidentadas, movidas, descuidadas, podríamos tener una cierta idea de lo que fue no ese día sino de lo que significa para cualquier soldado o infante de marina, enfrentarse a una situación semejante en donde lo único seguro es que ahí puede morir de un momento a otro.
 
(Imagen: xatafoto.com)

De accidentes y fallos III

 
 
Curioso y memorable personaje debió ser Henri Lartigue no sólo por su longevidad (vivió más de 90 años) y por tanto por la cantidad de sucesos vividos y personas conocidas, sino porque se trata de un fotógrafo excepcional que nunca tuvo la intención real de serlo, su aspiración más bien fue la pintura. Si de errores y fallos hemos de hablar no cabe duda que muchas de sus imágenes cumplen, y con creces, este renglón, y no obstante, son esos accidentes o descuidos, los que hacen que sus fotografías logren transmitir exactamente lo que vemos en ellas. Sea el caso de este Grand Prix de Ameberes de 1929. No cuesta mucho imaginar el ambiente en que se celebraban estos eventos, entre el ruido, el polvo y el calor o el frío aquello debía ser el infierno, eso sí, un infierno para aristócratas y ricos burgueses, pero infierno al fin y al cabo. ¿No es eso lo que nos transmite esta imagen movida y a la cual se le ha colado por el lado izquiero y el borde inferior el polvo de la carrera? Si lo podemos imaginar es poque lo estamos viendo.
 

jueves, 17 de enero de 2013

De accidentes y fallos II

Nuestro siguiente ejemplo de cómo es que los fallos se convierten en aspectos positivos es el muy conocido caso de los retratos de Julia Margaret Cameron, como sería este Estudio de Julia Stephen de 1864. Los largos tiempos de exposición que insistía en manejar, más la cercanía con la que trabajaba, provocó que buen parte de su obra aparezca ligeramente movida y/o sin el foco adecuado. En primera instancia ambos aspectos debieron llevarla a rechazar y quizás hasta destruir las placas que mostraban claramente que ahí había un error. No obstante, algo debió ver en ellos que hizo no sólo que los conservará sino que persistiera en su manera de proceder e hiciera de sus imágenes una de las galerías más interesantes de la segunda mitad del siglo XIX. Pero cuidado, los éxitos y reconocimientos que ha alcanzado la obra de la Cameron no significa, de ninguna manera, que toda fotografía, todo retrato, que presente esta clase de fallo, sea igual de portentosa que las de la inglesa.
 

miércoles, 16 de enero de 2013

De accidentes y fallos I

 
El famoso daguerrotipo del Boulevard du Temple que Louis Daguerre obtuviera en 1838, nos sirve de ejemplo de cómo es que los errores o accidentes que han aparecido en el desarrollo de la fotografía, el ruido inserto en la imagen, dirían otros, han dado lugar a que se les explote positivamente o sea que de su presencia se vean más los beneficios que los resultados negativos. En todo caso a partir de este día y a lo largo de la semana, estaremos presentando estas imágenes que en sí mismas poseen algo poco ortodoxo y que sin embargo son, hoy día, epítome de la fotografía.
 

martes, 15 de enero de 2013

Amateurismo, accidentes y otros rollos

Gabriela Camerotti. Retrato. s/f
 

       Una de las características que llama la atención respecto a lo que se presentan como Fotografía Contemporánea es su falta de distinción con la fotografía amateur, o sea, aquella que se ejecuta, primero, sin tomar en cuenta aspectos de orden técnico y/o formal; y, segundo, que se lleva a cabo sin otro fin que el puro esparcimiento de quien la toma y de quien(es) la observe(n), de ahí que siempre sean de carácter más bien íntimo, personal.

         A diferencia de la pintura, el grabado o el dibujo, tomar fotografías es infinitamente más sencillo. Convertirse en un pintor solvente puede tomar toda una vida, en cambio, al cabo de unas cuantas horas (y quizás mucho menos), habiéndose familiarizado con el aparato que se tenga entre manos, hacer una y luego cientos de fotografías no lleva más tiempo. Sintomáticamente, la distancia que separa el aprendizaje y práctica de la pintura y la fotografía es la misma que distingue  al mundo clásico del Moderno. Por su parte, el desarrollo del aspecto mecánico, técnico, de la fotografía ha seguido por dos caminos, uno haciendo instrumentos cada vez más precisos y finos; el otro, en sentido contrario, buscando hacer realidad el lema de la Kodak, esto es, que el   usuario únicamente apriete el botón  y no se preocupe por nada más. Es  claro, por tanto, que en nuestra  época, la de la imagen digital, tal  sueño se ha cumplido y con él, el  predominio, el triunfo del  amateurismo.

         Visto del otro lado,  recordemos que, desde sus inicios,  la fotografía fue una cuestión, un  asunto apropiado para los  amateurs, tan amateur fue Henry  Fox Talbot como Daguerre, Le Gray,  o Niepce. No olvidemos tampoco  que es este aspecto el que  complementa la democratización de  la imagen.

         Pareciera pues, que la  fotografía ha sido hecha para los amateurs, quienes, además, por otra parte, son quienes han sabido sacar provecho de aquello que en principio parecía un accidente, un yerro en el proceso de tomar una fotografía. Imágenes movidas, fuera de foco, sin composición, a contraluz, etc., son resultados que poco a poco se fueron incorporando al lenguaje de la fotografía, dejando de ser accidentes para convertirse en aciertos o recursos que facilitan la comprensión de una imagen. Como será fácil entender, este curioso proceder, lejos de desalentar a los amateurs, es prácticamente una patente de corso para continuar con su implacable uso de la cámara.

         Fuera del uso privado, doméstico de la fotografía amateur, ésta se vuelve atractiva por su espontaneidad, candidez, frescura, y, entre lo más importante, por su falta de compromiso con modelos estéticos, éticos o políticos preconcebidos (lo mismo que atrae en las pinturas llamadas Naifs). Así, lo que en principio es simple falta de atención o consideración con respecto a la técnica o la forma (ya hemos dicho que se toman sólo por diversión), se convierte si no en una virtud, sí en un rasgo apreciable, lo mismo que con los accidentes que ya hemos mencionado.

         Que la fotografía contemporánea se identifique con la práctica de la fotografía amateur se debe a varios o todos los puntos que hemos mencionado aquí. Pero advirtamos que no es lo mismo este tipo de fotografía, la amateur, que la que se ha apropiado de algunos de sus rasgos para hacer de ellos un estilo, una forma identificable de proceder, de enfrentar la producción de imágenes. Quizás se trate de una reacción en contra de las ultrasofisticadas imágenes digitales de la industria del entretenimiento; o puede ser una tendencia del mercado, un producto fácilmente remplazable; o, ya para terminar, también es posible que se trate de falta de creatividad, flojera o incapacidad para pensar en temas, motivos más elaborados, o para tomar en cuenta la historia del propio medio. Creo que la verdadera fotografía contemporánea es, precisamente, la que no se asemeja en nada a lo que aquí hemos expuesto.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario

lunes, 14 de enero de 2013

Sueños

 
En 1949 Lola Alvarez Bravo daba a conocer esta nueva versión de El sueño de los pobres, poco y mucho tiene que ver con las teorías psicoanalíticas del Dr. Freud o el Surrealismo de Breton, y sin embargo ambas herramientas nos ayudan a entender mejor lo que la fotógrafa trataba no de plasmar sino de decir a través de esta imagen. Los sueños, por su parte, siempre han sido buen material para las artes, grandes obras y grandes autores se han valido de su esquiva naturaleza y ambiguo contenido para aumentar nuestra curiosidad por esa otra vida que llevamos por las noches al apagar las luces y cerrar los ojos. ¿Qué pasaría si los sueños se cumplieran o al menos algunos de ellos; se imaginan que sucedería si con lo que está soñando este niño se hiciera realidad? Por algo hay un régimen para la vida diurna y otro para la nocturna y, por suerto, no se traslapan... para no seguir soñando.
 

domingo, 13 de enero de 2013

Para hablar y hablar y hablar...

 
Este es, posiblemente, uno de los retratos más conocidos y celebrados que se hayan hecho, el Igor Stravinsky (1946) de Arnold Newman. No fue esta la primer vez que Newman incluía un objeto en sus retratos conviertiédolo en protagonistas tan importantes como el propio retratado, lo hemos visto en el caso de Picasso, Aaron Copland o Jean Arp, por mencionar algunos. Pero no es esta característica la que queremos destacar hoy, y que por sí misma bastaría para ejemplificar lo que distingue un gran retrato de simplemente el registro de una fisonomía. Más bien nos anima el hecho de cómo es que una sola imagen y las asociaciones que despierta y que dependen de cada observador, es capaz de sucitar una y mil platicas a su alrededor; así podríamos hablar de Stravinsky, de la música de piano, del papel de este instrumento en la composición, de la fotografía en general, de Newman, de los retratos, etc., y así podríamos hablar y hablar y hablar...
 

sábado, 12 de enero de 2013

De lo robado lo encontrado

 
Ayer mismo leía el editorial de Rosa Olivares, la inteligente directora de la revista Exit, una de las pocas ediciones dedicadas al arte contemporáneo que aún quedan después de la bancarrota española. Abordaba el tema de las obras de arte robadas y se sorprendía por la paciencia que en ocasiones muestran ladrones, coleccionistas y agentes de la ley antes de restituir las obras a sus dueños originales. Según recuerdo, el tráfico ilegal de obras de arte, en particular de arte antiguo, después de las drogas y las armas, es el mercado que deja más ganancias, no sorprende, por tanto, que se sigan robando obras, lo mismo de museos, que de colecciones privadas e incluso galerías. En la imagen aparece una pintura de Amadeo Modigliana substraída del Museo de Arte Moderno de París en el 2010, La mujer del abanico (1919), que obviamente no ha sido encontrada. No olvidemos que en esta clase de asuntos no sólo está involucrado lo económico sino que se pudo haber recurrido al robo por el placer estético que te brinda la contemplación de ciertas piezas, es decir, por el puro gusto de verla cuantas veces quieras a la hora que se te antoje.
 

viernes, 11 de enero de 2013

Más del otro lado del charco

Si hemos de hablar de la Diáspora española a nuestro país, no puedo dejar de mencionar a Don Alfredo Gracia Vicente (1910-1996), otro de esos benefactores con que nos regaló la estupidez de una guerra civil. Don Alfredo no fue empresario, científico o renombrado filsósofo, fuen simplemente maestro de escuela primaria, pero en su andar por nuestro país, hizo mucho más que educar a párbulos, introdujo a toda una sociedad, a una ciudad entera, al amor y aprecio por las artes, y en muchos, pero muchos, dejó sembrada la pasión por el saber verdaderamente humanista. Si hemos de hablar de estos benefactores venidos de más allá de nuesras fronteras pero más mexicanos que el chile por el gran amor y agradecimiento que sintieron sinceramente por el país que los acogió cuando todos les dieron la espalda, hablemos de Dn. Alfredo, el más regiomontano de todos los catalanes que han pisado estas tierras.
 
(Imagen: La fotografía de Dn. Alfredo si no me equivoco debe ser de Roberto Ortiz Giacomán)

jueves, 10 de enero de 2013

Más beneficios

 
Si Westheim hizo valiosas aportaciones a los estudios de arte mexicano, no menos se puede decir del maestro Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011), refugiado en nuestro país, al igual que el alemán, llegó huyendo de la Guerra Civil que asoló a su primer patria, y nos mandó, involuntariamente, a lo mejor de su gente: trabajadores, artistas e intelectuales, como el caso del Dr. Sánchéz Vázquez. Marxista de la cepa más pura, pero también de la más crítica, supo iluminar desde su cátedra en la UNAM a más de una generación, que comprendió que asumir una postura ideológica, política, es una cuestión de vida, de forma de vida. Su labor como escritor, como difusor, queda plenamente confirmada con su célebre Las ideas estéticas de Marx, ¿cuántos no nos acercamos por vez primera a su pensamiento a través de este revelador texto? Si de beneficios hablábamos en el post anterior y de beneficios venidos de fuera en particular, no cabe duda que así como hacemos mención del arte mexicano de Westheim, también habría que hablar de la filosofía mexicana de Sánchez Vázquez, es tanto lo que se les debe.
 

miércoles, 9 de enero de 2013

Un collage

 
Un extraordinario collage de Georg Grosz de 1947 en el que retrata de Paul Westheim (1886-1963). Aunque Grosz por sí mismo merece más de un comentario, el que nos interesa por ahora es Westheim, un alemán que como muchos, huyendo de las atrocidades de sus compatriotas convertidos al nazismo, llega a nuestro país, y desde aquí realiza una serie de estudios sobre la historia del arte mexicano igual de pioneros que polémicos, en especial los relativos a la asociación de lo nuestro con la muerte. Trabajos como los de Westheim nos recuerdan lo mucho que nos hemos beneficiado gracias a las aportaciones que nos han sido dadas desde el extranjero, por eso no deja de llamar la atención cuando hay quienes envueltos en bandera tricolor abjuran de todo lo que no huela a nopal y frijoles.
 

martes, 8 de enero de 2013

Influencia POP

 
Jasper Johns. Diana con modelos de yeso. 1955
 

Al mediar el siglo XX era común encontrase con clasificaciones que distinguían entre Alta y Baja Cultura, en una se encontraban las Bellas Artes en tanto que a la otra pertenecía el Arte Popular. En la práctica esta distinción es inexistente pues desde siempre ha existido una íntima relación entre ambas manifestaciones.

         Poco después de la Segunda Guerra Mundial, desde la academia se advirtió no sólo de la presencia —que ya había sido advertida desde antes— sino del carácter dominante que empezaba a adquirir un tercer campo, el de la Cultura Masiva o Cultura de Masas que debía su existencia e influencia al uso de los recursos que le ofrecía la comunicación masiva (radio, cine, fotografía, televisión); la difusión de objetos, prácticas, conductas, etc., a través de estos medios fue lo que aseguró que este tercer campo se fuera adueñando de la producción cultural.

         La influencia, no del Arte Popular, sino de la Cultura Masiva hoy día es más que evidente; formas y motivos provenientes de los medios de comunicación se asumen como parte del sistema de las representaciones simbólicas de la Alta Cultura, no sólo por razones  cuantitativas (lo cual interesa a los mercados), sino porque muchas de ellas se asocian a “lo joven” (son las nuevas mayorías) y lo joven a la  novedad, lo  transitorio, lo informal,  lo irracional.

         A  pesar que la historia, la teoría y la crítica de arte, han dejado de emplear clasificaciones como la descrita, la mayoría de los involucrados en este campo (museos, galerías, coleccionistas, conocedores, etc.) siguen manteniendo un pequeño coto reservado a las Bellas Artes, más como reducto para la especulación estético-financiera, que por creer en una determinada práctica. Así pues, se puede afirmar que el mismo sistema dominante, el de los medios de comunicación masiva, mantiene con vida, por así convenir a sus intereses, a esa parcela que insisten en llamar Bellas Artes. Los motivos para hacerlo son simples, es una manera de hacer llegar a otros mercados, a otros consumidores, lo que ya se ha implantado en la Cultura Masiva.

         Por ejemplo, cuando vemos expuesta una fotografía en la que se ha cortado la cabeza del personaje principal o se encuentra fuera de foco (que pueden ser interesantes y atractivas bajo otras circunstancias), no es que se trate tanto de una tendencia conceptual o estética, como de hacer pasar el uso “popular”, mediático (internet), de este proceder, al campo de las “bellas artes”, como muestra del desenfado, de lo poco que importa lo formal y técnico a los nuevos productores, a los jóvenes (que son la mayoría de los usuarios de estos medios), que si se muestran así es porque están en constante cambio, sin tiempo para la reflexión, tal y como lo es el mundo que los rodea (y que se constata a través de los medios de comunicación masiva, aka, redes sociales).
 
        Tomadas de una en una, estas características no pasan de ser, en el mejor de los casos, casualidades que si se repiten (como de hecho sucede) pierden su frescura y novedad, pero ya en conjunto se van convirtiendo en estética, es decir en una manera de ver, entender, apreciar, juzgar, ciertas formas y sus usos, al igual que la interpretación a determinados motivos. El problema, como lo veo, es que una estética así no puede fundarse sobre lo transitorio, el cambio permanente o lo irracional, precisamente, porque no dura, no da tiempo para probar sus bondades y conocer sus límites.

Creo que no podemos hacer del mundo una copia, un reflejo de lo que sucede en los medios, éstos son los que deben reflejar al mundo y el mundo es más basto, complejo y atractivo que una mala fotografía tomada una noche de borrachera y puesta en el Face Book.

         El PopArt nos llevó al mundo de los objetos de consumo masivo, de uso popular, hoy día sucede al revés, el uso común de los medios de comunicación de Masas parece querer llevarnos a un mundo de objetos simbólicos inexistente.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario.

 

 
 

lunes, 7 de enero de 2013

Para empezar VI

 
De poco sirve seguir imaginando amenazas apocalípticas, cuando nosotros mismos hemos hecho todo lo necesario para acabar con nuestro planeta. La contaminación de aire, agua y tierra, más el avance de la desertificación, el calentamiento global, las fugas de energía atómica, la tala inmoderada de bosques, y el crecimiento sin límite de la población, son amenazas reales, inmediatas, sobre las que nos deberíamos poner a trabajar en lugar de seguir esperando que ovnis, zombies, fantasmas, robots o la rebelión en la granja pongan fin a nuestra especie.
 
(Imagen: www.avisora.com)

domingo, 6 de enero de 2013

Para empezar V

 
Si tampoco son los Robots los que han de llevarnos a un lejano o cercano fin de la humanidad, quizás sea, entonces, una rebelión de animales la que finalmente logre nuestra extinción. Recuerdo que no hace mucho se transmitía un programa de televisión que llevaba por título La Tierra después de los humanos, en la que, como lo dice su título, no queda ningún humano y el planeta vuelve a ser ocupado por sus habitantes naturales, los animales. El panorama, sinceramente, era aterrador pues la obra que hemos realizado y que creemos puede ser eterna, desaparecía en menos de lo que canta un gallo para quedar bajo pezuñas, garras, aletas o plumas, es decir pasaba a quedar inadvertida.
 
(Imagen: wwe.taringa.net)

sábado, 5 de enero de 2013

Para empezar IV

 
Si los fantasmas no parecen lo suficientemente amenazadores como para creer que son parte del apocalipsis, ¿qué tal una rebelión de los Robots? Aunque su origen se puede remontar en el tiempo, la imagen y concepto que generalmente tenemos de ellos nos viene del siglo XIX y desde entonces ha ejercido sobre el hombre un suerte de sentimientos encontrados que van de la total fascinación al horror desmedido. Llamese Frankestein, I Robot, Terminator, Robocop, Alex, como los replicantes de Blade Runner, o Astroboy, andoides o puro metal y cables, los Robots son un sueño de la humanidad que pudiera convertirse en su próxima pesadilla.
 

viernes, 4 de enero de 2013

Para empezar III

 
Si la humanidad puede estar amenazada por desenfrenadas hordas de zombies, ¿qué decir de una invasión desde el más allá, un asalto a nuestro mundo por los cientos de almas que lloran su pena en forma de fantasmas? Aquí una de las fotografías del que quizás haya sido el más famoso de los fotógrafos de apariciones, el norteamericano William Mumler: Fanny Conant con el espíritu de su hermano Charles H. Crowell, 1870-1875. Si la fotografía nos enseña a ver lo que de otra manera o no estamos capacitados o escapa a nuestra atención, ¿por qué no habría de mostrarnos también a esos etéreos seres que nos acompañan aún después de muertos? La envidia, como en tantos otros casos, hizo que el floreciente negocio de Mumler tuviera que cerrar y éste terminara muriendo en la más absoluta pobreza, dejando a sus seguidores sin saber a ciencia cierta si el mundo fantasmal acabará por envolvernos como venganza y castigo a nuestra incredulidad.
 
(Imagen tomada del libro
The Strange Case of William Mumler Spirit Photographer.
University of Minnesota Press, 2008)

jueves, 3 de enero de 2013

Para empezar II

 
No deja de llamar la atención el que dentro de las amenazas de extinción que enfrenta la humanidad se encuentre la del apocalipsis zombie; la idea es alucinante ya que se trataría de un fin de la especie de muy distinta naturaleza que cualquier otra. Inspirados en la película de los 60's La noche de los muertos vivientes, tras esta fantasía se esconde lo que en tantas otras de este género, la necesidad de una explicación que permita entender la violencia en la sociedad contemporánea. Desgraciadamente ésta, la violencia, no los zombies, en cualquiera de sus versiones, sí es una amenaza no apocalíptica quizás, pero lo suficientemente real como para demandar una urgente solución.
 
(Imagen: www.belelu.com)

miércoles, 2 de enero de 2013

Para empezar I


No se acabó el mundo pero por lo menos durante el año que acaba de terminar todos estuvimos al pendiente de la hoy célebre cuenta larga del calendario maya. Propongo que este año lo dediquemos también al fin del mundo pero provocado por una invasión alienigena que odia a la raza humana y se ha propuesto acabar con ella de una vez y para siempre. Así, durante esta semana las entradas que estaré publicando tendrán que ver o con la amenaza OVNI o cualquier otra que ponga en jaque a nuestro planeta y raza; ojalá fuera eso suficiente entretenimiento como para hacernos olvidar los odios y las luchas entre nosotros mismos.

martes, 1 de enero de 2013

No se acabó el mundo

 

Contra los augurios y cientos de horas que los canales de televisión dedicaron a las supuestas profecías mayas acerca del fin del mundo, llegamos al 2013 y aquí seguimos. No, no se acabó el mundo y cada quien habrá aprendido algo de este suceso que como quiera movió al mundo.
Ya que no se acabó es buen momento para repasar aquellas cosas que sí podríamos hacer para convertirlo en un sitio ¿mejor?, además aprovechemos que es el primer día del año, que nadie nos lee ahora, para dibujar los buenos propósitos  que pueden alimentar el resto de los 364 días que tenemos por delante.
     Recordemos una nota antes de plantear lo que creo se necesita hacer para modificar, el entorno correspondiente a las actividades culturales de la ciudad. La designación de Rafael Tovar y de Teresa a la presidencia del CONACULTA, que quizás sea un revivir de los muertos, pero en este caso hay la experiencia, la autoridad y reconocimiento suficientes como para asegurar algo más que en las presidencias anteriores. El riesgo es que se vuelva puro ornato, fasto, con un perfil mediático, que no asegura, por ejemplo, la creación ni el ejercicio de   una política cultural a nivel  nacional.
     Cada vez parece más  lejano el que se pueda volver a implementar una política federal de este tipo, no sólo por la red de intereses que habría que desbaratar, sino por la variedad de manifestaciones que cada estado, municipio, y zona del país ha generado, genera y generará como materia viva que es, por lo que hacer un plan global parecería más bien una  insensatez. Por tanto, quizás lo mejor sería apoyar los esfuerzos locales, los que tienen contacto directo con los públicos y los  productores, para entender y actuar en el cómo y con qué se les pueden reforzar.
     Al margen de lo anterior, la tarea más importante que tenemos por delante y que sí podría convertirse en un tema nacional es el convencimiento sobre los beneficios que tiene la inversión en el campo de la cultura. Creo que una gran mayoría apoya este tipo de inversión y a pesar de ello, año tras año vemos como los presupuestos federales, estatales, municipales, reducen sus cuotas en este renglón, dejando a las instituciones sólo con lo imprescindible para su mantenimiento y el pago de sus nóminas que no siempre están justificadas.
     Parece que los únicos en verdad convencidos del  beneficio que trae consigo un sector cultural fuerte, incluyente, productivo, son quienes trabajan en él. Mucho se ha dicho sobre el deterioro del tejido social, o de la violencia que asola al país, por sólo mencionar dos tema que son nodales para su desarrollo, sin mencionar al turismo, la imagen en el exterior, el comercio, los incentivos fiscales que pueden beneficiar a las empresas privadas, el desempleo, etc., y seguimos sin convencer que uno de los caminos a seguir para alcanzar estas metas es, precisamente, invirtiendo en las actividades culturales.
     Así las cosas, creo que el reto más grande de este año que inicia así como del futuro mediato, debe ser el convencer a la sociedad en conjunto de apoyar las inversiones que desde los distintos niveles de gobierno y de la iniciativa privada se puedan llevar a cabo en este terreno hasta convertirlas en una práctica común de la que todos salimos beneficiados. De no hacerlo, de no lograr este convencimiento, no sólo se pueden agravar los problemas ya mencionados, sino que iremos abandonando espacios que ocupará la producción más ramplona (y hablo de todas las manifestaciones), menos comprometida, más ornamental, más comercial, más supuestamente exclusiva, dirigida a grupos minoritarios totalmente desvinculados a su comunidad, su historia, sus raíces.
     Convencer a la sociedad de que vale la pena invertir en la cultura es el gran reto, pero este no se podrá llevar a cabo si antes no estamos seguros de que mayor inversión significa más trabajo y más trabajo es atención al público, ahí es donde termina y principia todo este proceso.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario