El famoso daguerrotipo del Boulevard du Temple que Louis Daguerre obtuviera en 1838, nos sirve de ejemplo de cómo es que los errores o accidentes que han aparecido en el desarrollo de la fotografía, el ruido inserto en la imagen, dirían otros, han dado lugar a que se les explote positivamente o sea que de su presencia se vean más los beneficios que los resultados negativos. En todo caso a partir de este día y a lo largo de la semana, estaremos presentando estas imágenes que en sí mismas poseen algo poco ortodoxo y que sin embargo son, hoy día, epítome de la fotografía.
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