lunes, 21 de enero de 2013

De accidentes y fallos VI

 
Descuido común entre los aficionados a la fotografía es que aparezca en la composición la sombra del fotógrafo. No obstante, aprovechándose intencionalmente del error suele considerarse como la firma, la prueba irrefutable de que el autor de la imagen que observamos estuvo ahí, o incluso puede entenderse como una variante dentro del género de los autorretratos. Un buen ejemplo de lo que decímos es este Nuevo Orleans del norteamericano Lee Friedlander de 1994. El cuidado puesto en la composición y el lugar que ocupa su sombra en ella, delantan claramente que no se trata de un descuido o error.
 

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