martes, 17 de septiembre de 2013

Luces sobre México

 


         Para no dejar atrás las fiestas patrias, el tema que abordaré enseguida tiene que ver con la fotografía en nuestro país, pero también con el valor de su conservación, el papel de la historia, la comprensión del presente y de su futuro.

         Luces sobre México, es el título de un extraordinario libro editado en el 2006 por la editorial RM, el CONACULTA y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. La edición estuvo a cargo de Rosa Casanova y Adriana Konzevik, y lleva un preámbulo de Olivier Debroise. El libro tiene por subtítulo el de Catálogo selectivo de la Fototeca Nacional del INAH. En efecto, el libro presenta una selección de imágenes provenientes de por lo menos 40 fondos de los que está compuesta la Fototeca Nacional empezando por el que se considera el fundacional, el archiconocido Archivo Casasola; en total se reunieron 360 imágenes que a juicio de los editores dan cuenta de sus intenciones, o mejor dicho, de la riqueza que contiene la Fototeca Nacional. Se anexa al libro un CD Rom, con un despliegue de imágenes más amplio (1,200) que permiten ver el valor e importancia que tienen estas imágenes para el conocimiento de nuestra historia, pero más importante que eso es el valor que  tiene  el que se hayan  conservado y  se lleven a cabo  esfuerzos no sólo por mantenerlas  y/o consolidarlas,  sino que se haga   pensando en la permanente  ampliación de los fondos de la  Fototeca, es decir, que se entienda   que esta es una labor    imprescindible que ha de llevarse a    cabo de aquí en adelante.

         Cada una de las imágenes que se presentan tanto en el libro como en el CD Rom, llevan un texto connotativo de lo que se sabe y se  han investigado sobre su contenido, así que sin proponérselo el libro se convierte en un texto grafico de la vida en México por lo menos de los últimos 120 años. Por sus páginas vemos desfilar soldaderas, días de campo en Chapultepec, detenidos en la cárcel de Belén lo mismo que en la lúgubre Lecumberri, mítines políticos de todos los tiempos y tendencias, intelectuales  y productores, pero también gente de la farándula, artistas de cine, grupos étnicos y monumentos nacionales ya sean prehispánicos o virreinales, cartas de visita o retratos de estudio provenientes de todo el país.

         Tratemos de imaginar la Revolución mexicana sin los retratos de Díaz, Madero, Villa, Zapata, Carranza, sin la siniestra de Victoriano Huerta y sus ministros, sin las de la Decena Trágica, la entrada de Madero a la capital, etc. Han sido estas y muchas otras fotografías las que nos han ayudado a comprender el ambiente, las costumbres, los usos, el trato, el vestuario, etc., que forman parte de esa historia que se re-escribe todos los días que es la historia de México, como la de cualquier otro lugar. Sin ellas, es seguro, la historia de este periodo, como la de muchos otros, sonaría hueca, no pasaría de ser nombres y sucesos de interés sólo para los especialistas.

         Si la preservación y conservación de las imágenes es una tarea que no puede abandonar la historia, pensemos ahora en qué servicio pude prestar este monumental acopio a la fotografía en sí misma. Es más, reflexionemos un momento en para qué nos puede servir, desde el punto de vista de la fotografía, que exista aquí en Monterrey una Fototeca que también pretende conservar fotografías “viejitas”.

         Soy de la creencia que el pintor se nutre viendo pintura y el poeta leyendo poesía, así pues me es inconcebible un fotógrafo que no vea, se alimente, de otras fotografías; antes de devorar las imágenes del ámbito internacional debiste haber abrevado en las que reflejan o han sido producto de tu misma tierra, de tu misma gente, de tu mismo ambiente. Por si fuera poco, tal y como lo advierten Casanova y Konzevic en su Prólogo, en estos archivos, lo mismo en la Fototeca Nacional que en la de Nuevo León, queda aún mucho por investigar, no sólo por lo que está por ser descubierto, sino por las múltiples lecturas que cada época da a su propia historia.

         Así pues, ya que festejamos un aniversario más de nuestra presencia como país, celebremos también que contamos con estos recursos para alimentar nuestro imaginario nacional, para saber qué ha sido y qué es México.
 
Publicado orginalmente en Milenio Diario

 



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