Ya que aún no entramos en plena actividad y apenas se están
terminando de cocinar los proyectos con que las distintas instituciones
culturales de la ciudad (galerías incluidas) empezarán este nuevo año, me voy a
permitir retomar parte del texto con que concluí el 2013.
Me parece que
la administración de las actividades o prácticas culturales y por tanto de los
espacios en que se dan estas, depende, por una parte, sí de los presupuestos
con que se cuente, pero, por otra, de tener siempre presente a esa cosa amorfa,
impredecible y anónima que por ponerle un nombre le decimos público. Entiendo
por administración no sólo el uso correcto y transparente de los recursos
económicos, humanos y materiales con que se cuente, sino que, precisamente, a
través de ese uso se logren minimizar los riesgos de fracaso y se potencialicen
las posibilidades de éxito. He aquí un primer tema a discusión: en el terreno
de las prácticas artísticas, su promoción y difusión, ¿cuándo se considera que se
fracasó o que se alcanzó el éxito?, ¿por el número de asistencia? Si este fuera
el único criterio jamás alcanzaremos el éxito de un clásico Tigres-Rayados.
Así pues, hace
falta no sólo la discusión de los parámetros que nos permitirían la evaluación
de estas actividades, sino también la investigación que nos lleve a contemplar con
más objetividad sus resultados, tendencias, preferencias, etc.
Cuando pido
hacer consciencia sobre la importancia que tiene invertir en la cultura no me
refiero únicamente a que se abra la cartera ilimitadamente para ver qué se
puede hacer con esos recursos, sino precisamente, que haya una administración
mucho más racional de ellos, no que haya más necesariamente, sino que se tengan
los suficientes como para echar a andar aquellos proyectos que tengan esas
cualidades, es decir disminuyan las posibilidades de fracaso y aumenten las de
éxito.
A partir de la
creación del CONACULTA (1988) el estado mexicano decidió abandonar su antigua
política paternalista de gran mecenas de las artes para dar paso a la
participación de la iniciativa privada. La mayoría de las entidades federativas
decidió seguir un esquema similar con lo que el presupuesto destinado a esta
área empezó a verse, a nivel federal y estatal, sujeto a los vaivenes políticos
y económicos federales y de los estados. Probablemente la hubo, pero no
recuerdo una discusión centrada exclusivamente en este punto, así que segundo
tema a dialogar ¿cuál debe ser el papel del estado (a nivel nacional y local) y
de los particulares en el soporte a las prácticas artísticas y su difusión?
Pensemos bien
esto pues un país como el nuestro, con una riqueza de pasado como la que tiene,
con un presente pujante y prometedor, requiere de una sabía política que sepa dónde, cuándo y cuánto se requiere
para potencializar su capital, es decir, las prácticas artísticas y su difusión
(lo que implica, conservación, restauración, investigación, promoción,
educación, etc.) Es aquí donde se vuelve esencial el tema del público. Más
atrás doy por supuesto que difícilmente a través de estas actividades se podría
alcanzar una audiencia similar a la de un encuentro de fútbol, por lo que si no
es forzosamente cantidad lo que se busca (que no deja de ser importante cuando se
paga por una entrada) ¿qué es lo que se quiere lograr? Este que es un tercer
tema a discutir, debería tomar en cuenta que no es posible hablar DEL público,
puesto que este no existe, en su lugar debemos acostumbrarnos a hablar de y a considerar
distintos públicos, pues no es lo mismo quien visita la zona de San Juan
Teotihuacan, que el que va al nuevo museo de la Colección Jumex, o a presenciar
un concierto de los Tigres del Norte, y aunque en un momento pueden coincidir
en una sola persona, lo común es que ese público del que hablamos, esté
segmentado; el ideal, claro está, es que todos gustáramos de la oferta que
existe y que podría existir.
El tema no se
agota aquí y su enriquecimiento y mejor comprensión depende del concurso
respetuoso de muchas más voces y posturas, esperemos que este año que inicia se
avance en este sentido.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.wordpress.com
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