martes, 31 de diciembre de 2013

Noche vieja


Esta noche nos reuniremos para festejar la última del año y dar la bienvenida al nuevo día y con él al 2014. Salvo muy muy pocos, la mayoría de nosotros recordará lo difícil que fue este año y lo poco halagüeño que se ve este otro, y aun así, la gran mayoría, estaremos prontos a empezar con el mismo esfuerzo de siempre y con la esperanza de ser mejores, de hacer mejor nuestras labores, cumplir mejor con nuestras obligaciones, de dar lo mejor de cada uno, pues únicamente así, entre todos, se puede construir un futuro con mejores perspectivas.

         Cómo no decir que el año termina mal si desgraciadamente aún no salimos de la impresión causada por el trágico deceso de Eliseo Garza S (QPD) con lo que la ciudad perdió a uno de sus más capaces promotores en el campo de la cultura. Ausencias de este tamaño más presupuestos raquíticos no auguran un buen año para el CONARTE o, mejor dicho, un tan buen año como ellos mismos quisieran. Mientras no estemos convencidos de la importancia que tiene invertir en este campo, todos los años seguiremos padeciendo y reclamando lo mismo.

         Por cierto, y ya que hablamos del CONARTE, muy pocos externaron su opinión por el cambio de oficinas que tuvo. Dejar el antiguo palacio federal por un espantoso piso de la llamada torre  administrativa (por más buena vista  que tengan) parece no haber sido  muy buena jugada pues se pierde la  personalidad ganada como instancia  dedicada a la cultura y aunque sea  una dependencia del gobierno eso  no quiere decir que se le trate ni se  le vea igual que al Catastro o a la  Oficialía de Partes.

         El tema recurrente a lo largo del año fue lo ya dicho sobre los esfuerzos que se deben hacer para convencer acerca de las ventajas y beneficios que tiene el invertir en las manifestaciones culturales y su difusión, pero igualmente fue tema frecuente de estas líneas llamar la atención sobre la necesidad de formar público, uno y otro aspecto van inevitablemente unidos: si hay públicos consumidores de las actividades culturales, cualesquiera que sean estas, entonces habrá inversión; o, en otras palabras, nadie invierte su dinero en prácticas que no tienen aficionados o que a nadie interesan pues sería tanto como tirarlo por el caño.

         Como el año pasado, sigo pensando que estas son las tareas a las que debiéramos prestar más atención, pues en ellas se finca la posibilidad no sólo de destacar culturalmente (talento lo hay) sino de prestar un servicio social invaluable al ser parte, estas actividades, del urgente restauro del tejido social tan lastimado por la violencia cotidiana.

         Respecto a las exposiciones que se montaron este año, quizás las más relevantes y que mayor público atrajeron fueron las de los Museos de Historia Mexicana y del Noreste. En tanto que el MARCO continúo consolidándose con una combinación de exposiciones nacionales o internacionales y otras de producción local que en ningún momento quedaron a la zaga de las otras, teniendo así una programación si no abundante sí atractiva. El centro de las artes permaneció con una labor bastante discreta, en tanto que la Pinacoteca cumplió, como siempre, con sus funciones y finalidad.

         De la fotografía sólo puedo decir que lamento que no se exhibieran aquí muestras como la de Paul Strand, las dos sobre mujeres fotógrafas mexicanas que circularon ampliamente por el país, o las de los fotógrafos locales que se han presentado lo mismo en la capital que en Tijuana. Por otro lado, el resultado del último Salón de la Fotografía puso en evidencia la necesidad de renovar sus procesos, mas no estoy del todo seguro que las decisiones que se tomaron al respecto sean las mejores o que en verdad incidan en mejorar este que debiera ser uno de los eventos centrales de la Fototeca. Igualmente queda pendiente cuál será la relación que se sostenga con el Centro de la Imagen ahora que ha cambiado de dirección e intenta, entre otros muchos proyectos, revivir Fotoseptiembre.

         Termina pues este año, deja tras de sí tareas que más que incumplidas deben tener continuidad, y otras que debemos ver como retos, como parte del quehacer y los votos que año con año renovamos.

Feliz noche vieja para todos.
 
 
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.wordpress.com

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