martes, 17 de diciembre de 2013

El espejo



Tenía gran interés por ver la exposición Realidades alternativas de Luz María Vales, inaugurada el pasado 3 de diciembre, en el Museo Metropolitano, no sólo por ser ella una activa y exitosa miembro de la comunidad de fotógrafos de la ciudad, sino además porque, según se anunciaba, su trabajo presenta, en sus términos, una realidad alternativa al emplear como soporte, y quizás más que soporte como materia, al (los) espejo(s), lo que convierte al trabajo, o así lo suponía, en un riquísimo campo conceptual en el que se puede trabajar desde la similitudes entre el espejo y el espejo de plata como se llamó también a la fotografía, hasta cuestiones referentes a la memoria y el inconsciente (según creo recordar Lacan emplea el espejo para explicar la construcción de la identidad).

         El siguiente fin de semana después de la inauguración, ustedes lo recordarán el día 8 concretamente, fue el nefasto desfile de navidad que cerró las vialidades del centro de la ciudad prácticamente todo el día, así que ni cómo acercarse. El domingo pasado, al llegar al mentando museo, me encuentro con que al subir a la planta alta, en la sala principal, hay otra exposición, y el pasillo, a su vez, está ocupado por otras piezas; por fortuna encuentro que en las salas del lado izquierdo, se encuentra la deseada muestra, y es que se trata de una exhibición más bien íntima formada apenas por una veintena de piezas.
 

Me parece que como pocos, el espejo es de esos objetos de remoto e incierto origen que desde la noche de los tiempos no ha cesado de alimentar la imaginación de los hombres: de la Medusa y Edipo, por mencionar sólo dos personajes relacionados con los espejos, hasta los convexos y/o cóncavos que divierten en las ferias, pasado, por supuesto, por la Venus de Velázquez, los espejos de los surrealistas, los de Eugenio Granell o Joseph Cornell. En cuanto a la fotografía existe la curiosa atracción de fotografiar imágenes reflejadas, en particular, en los aparadores; igual figuran, los espejos, en la llamada fotografía pictorialista, me viene a la mente un hermoso desnudo de Steichen. Otros fotógrafos que se valen de los espejos serían Brassai, Michaels, Kertesz, Alvarez Bravo. Ahora que menciono a Alvarez Bravo recuerdo unos enigmáticos retratos, de él y otros fotógrafos, de Frida Kahlo asomándose al interior de los espejos. Recuerdo también, como no, a uno de los más célebres espejos, el de Alicia de Lewis Carroll, y el de la Bella Durmiente ilustrada por los estudios Disney.

         Esta última imagen, precisamente, es la que me queda al ver estos trabajos de Luz María Vales incluso los más logrados, por  ejemplo Sin título (2013), en el que del fondo del espejo parece surgir un rostro espectral que no se alcanza a manifestar  completamente, de él sólo  percibimos jirones. Uno de los principales problemas que tiene el trabajar con espejos como soporte, materia, o lo que se quiera, es que el espectador no puede ver simultáneamente la imagen impresa y la imagen reflejada; en el momento en que fija su atención en alguna de las dos la otra se vuelve una mancha, una aberración, un obstáculo.


 
 

         Los espejos de Vales, no sólo están trabajados para poner en marcha el juego de reflejos a que dan lugar, sino también para que funcionen como objetos: grandes y elaborados marcos completan la obra, no se trata únicamente de la superficie reflejante, sino también de lo que la circunda, su presencia es tal que no puede ser evitada u obviada, por lo que deja(n) de ser imagen(es) para convertirse en objetos, luego entonces la pregunta obligada es ¿qué es lo que presenta la exposición —materialmente hablando—, fotografías (cualquiera que sea su destino) u objetos que en su elaboración incluyen lo que fueron primeramente imágenes fotográficas? Creo que contar con una respuesta clara al respecto, en mucho auxiliaría a la evolución de estos trabajos.

         En este sentido más valdría, creo, olvidarse de la fotografía —estos trabajos no pueden verse como tales— y elaborar desde el territorio de la imagen nuevos acercamientos a estas obras. Quizás así se podría obtener una crítica más justa o cercana a las intenciones de Vales, que dejarla morir sola como si se tratara de fotografías.
 
Publicado originalmente por Milenio Diario.
 

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