A la vista del fin de un año terrible podemos, en retrospectiva, reconocer en algunas galerías de la ciudad intentos por articular nuevas estrategias tanto para paliar la crisis, para ofrecer alternativas a la exhibición misma de objetos, o para acoger trabajos que rompen o se salen de lo convencional. Un ejemplo de esto fue la realización de la llamada Zona Maco que tuvo como sede un hotel de la localidad. Otro de ellos es el espacio abierto por Jesús Drexel —además de su galería— que lleva como subtítulo el de Proyectos, y que está destinado, precisamente, a la presentación de proyectos que por sus características merecen un tratamiento museográfico diferente.
Si es verdad que la apertura de espacios como estos se debe a la necesidad de afrontar la crisis, también es cierto que cada vez hay más productores que requieren de criterios más amplios y heterodoxos para la presentación de su obra, tanto en lo que se refiere al aspecto temático (mayor variedad de contenidos, incluidos los políticos) como al formal (nuevas formas de creación, instalación, video, intervenciones, etc.), por lo que si el mercado del arte (galerías) y los espacios promocionales (museos, centros culturales) desean mantenerse actualizados en su oferta, deben o deberán mantenerse tanto al día de lo que en este sentido está ocurriendo como en llevar a cabo las adecuaciones necesarias para presentar lo mejor posible a estos otros productores.
A los esfuerzos que he mencionado y otros que se están gestando en la ciudad, se suma ahora un nuevo proyecto de La Máquina, Arte Contemporáneo, dado a conocer recientemente bajo el nombre de The New Wall Gallery. Este espacio está hoy día presentando una exposición de Patricia Carrington intitulada Infans, una especie de recreación del mundo infantil.
He tenido oportunidad de ver el trabajo de Patricia Carrington en otras ocasiones, siempre en colectivas y principalmente en el Centro de las Artes en la zona correspondiente a la Fototeca. Sus piezas me habían llamado la atención por tener un cierto aire etéreo, imágenes que se ven y se pierden o transforman de inmediato como por efecto de la radiación solar, de la neblina o del viento, por lo que al saber de esta individual esperaba toparme con una muestra de fotografía, con obras semejantes a las ya conocidas.
Hasta hace unos 15 años, el oficio con que te presentabas te definía de por vida y la condena eterna caía sobre ti no sólo si cambiabas sino, peor, si te atrevías a presentarte en público con otro tipo de obra. Por fortuna esto ha cambiado y hoy el productor tiene total libertad para echar mano del recurso y medio que más le plazca o mejor se adapte a su idea. Esta característica se acentúa en el caso de la fotografía, es decir, el uso de la fotografía ya no descansa exclusivamente en los fotógrafos sino que es un medio al que cualquier productor en cualquier momento puede recurrir, por tanto, lo que tenemos actualmente son artistas que usan la fotografía, ya no más simples y llanos fotógrafos.
Yo desconocía que este fuera el caso de la Carrington, pero en esta exposición presenta no sólo fotografías, sino un par de instalaciones, un dibujo mural infantil y un video que va integrado a una de las instalaciones. Me parece sensacional que las galerías se abran para recibir este tipo de iniciativas, actitud que se encuentra, como he dicho, dentro de las nuevas estrategias que se van implementando. Me parece, igualmente encomiable que los productores estén ensayando otras aproximaciones a la creación de objetos simbólicos. Sin embargo hay un riesgo en todo esto. En el caso de esta exhibición, la idea de incursionar con medios diversos llevó a Carrington a descuidar sus fotografías, las cuales, en su mayoría, dejan mucho que desear, y las instalaciones y el video, son tan poco relevantes dentro de la exhibición que se podría haber prescindido de ellos sin afectar en nada a la fotografía y a la intención del tema.
A pesar de lo magro del resultado, no cabe duda que toda búsqueda que lleve implícita la innovación, contribuye a mejorar el panorama para los demás, qué pena que para lograrlo algunos se tengan que sacrificar.
Publicado originalmente por Milenio Diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario