Creo que como debe ser en otras áreas, el cambio de gobierno estatal fue sin duda el acontecimiento más importante de este ya flaco año. Y fue flaco porque, precisamente, en esa condición dejó las arcas la administración anterior; pero no sólo heredó dificultades y estrecheces financiaras sino que culminó su bizarra relación con la producción artística inaugurando la colección más ridícula y espantosa de desechos escultóricos, pomposamente llamada la ruta del acero y el cemento.
Mucho se espera de cuál pueda ser la política cultural que el nuevo gobernador le encargue poner en marcha a la ahora directora del CONARTE, el organismo que supuestamente es el responsable de esta área. Por lo pronto, los primeros pasos dados son poco alentadores, recortes presupuestales, nombramientos que han sorprendido a propios y extraños, ideas y malos consejos, anticuados y populistas, sobre cuál debe ser la función del apoyo estatal a la producción artística, son los botones de muestra de lo que probablemente nos espera.
En cuanto a las exposiciones, según lo entiendo, hubo cuatro que resultaron no sólo exitosas sino que pueden considerarse como un hito en la historia de esta actividad en la ciudad. Mencionó en primer lugar la dedicada a Pixar, que llevó a las salas del MARCO la cifra récord de más de cien mil personas, seguida de la del escultor británico Anthony Gormley, sin duda, la exhibición más importante en la ciudad en los últimos años.
A la par del valor de estas dos exposiciones, estuvo la intitulada No tóxico, realizada en la Nave Generadores o Centro de las Artes III en el Parque Fundidora. Como se recordará esta muestra estuvo dedicada a la promoción y difusión de las técnicas de estampado que no son agresivas ni a la salud de quienes practican esta rama de las artes plásticas, ni al medio ambiente. Con la participación de 258 trabajos de más de 24 países, fue la exposición internacional más importante que el CONARTE promocionó en los seis años de la administración pasada.
También en las instalaciones del Centro de las Artes, se celebró la IX Bienal, Monterrey FEMSA. Interesada en su renovación permanente, no sólo logró convocar al mayor número de participantes en su historia, sino que incluyó a productores invitados; en esta la primera ocasión que abren esta sección, se presentaron cinco productores de nuestro país y cinco más del Brasil. Acciones como esta son para la Bienal nuevas posibilidades de evolución y otras formas de apoyo a la producción visual en el país.
Por lo que hace a la fotografía, creo que lo más relevante sucedió al llegar el fin de año. Los libros dedicados a Aristeo Jiménez y a una de las series trabajada por Juan Rodrigo Llaguno (El parque), son muestra no sólo de la calidad que hay entre quienes se dedican seriamente a este medio, sino también de algo en lo que hemos insistido en este espacio, la extraordinaria edición de esta clase de libros que se hace en y desde nuestra ciudad.
Finalmente, como un mal que cunde por todo el país, los festejos y actividades con los que se celebrarán el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, brillan por su ausencia o por lo minio que han resultado de cara a la importancia y trascendencia que tienen ambos acontecimientos en nuestra historia remota, mediata, presente y futura. Esperemos que ya que las aguas del cambio de gobierno se asienten finalmente, algo realmente relevante se logre hacer en este sentido.
Espero sea obvio que en un espacio como este es imposible dar pormenores de muchas otras actividades que tuvieron lugar en la ciudad, lo que aquí se ha mencionado es únicamente una muestra, como puede haber muchas otras —y ojalá así sea—; en el fondo, de lo que se trata, ya lo dijimos, es de no olvidar y trabajar para que el mañana sea un tanto mejor. Felicidades.
Publicado originalmente por Milenio Diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario