De la serie: Image of Imagination, 2006
En el texto que no apareció en prensa, pero que se puede consultar en este Blog, Historias de la fotografía (enero 12, 2010), planteé la imposibilidad de hablar de una historia de la fotografía, y en su lugar me referí a que por lo menos hay tres líneas o dimensiones, claramente marcadas y diferenciadas, sobre las que se pueden escribir sendas historias de este medio. Ahora debo agregar un nuevo nivel, o mejor dicho debo declarar que la división que hice fue modesta por no decir limitada, ya que a esas tres líneas de desarrollo habría que sumarle, por lo menos, una más, la de la historia de la fotografía tanto en China, Japón, India y todo el sudeste asiático, como en el oriente medio.
La necesidad de aclarar este punto me vino al enterarme de la reciente muerte (14 de enero) de Bahman Jalali (1944-2010), un fotógrafo iraní que dedicó buena parte de su vida a enseñar fotografía en su país; en Europa, sobretodo, fue más conocido por sus trabajos sobre la revolución iraní y la guerra con Irak. Además fundó y fue editor hasta su muerte del magazine Aksnameh, publicación bimensual dedicada a la fotografía iraní.
Mi interés, más que por este fotógrafo en especial —aunque sí me presta un valioso auxilio difícil de obtener de otra manera— es por esa otra historia de la fotografía, la que denominaré, de manera genérica, como oriental; incluso, más que la historia como sucesión temporal, me interesa conocer las diferentes concepciones que en esta vasta región tienen o tuvieron respecto a la fotografía, es decir, ¿en qué se diferencia la manera en que piensa un hindú, por ejemplo, respecto a la imagen fotográfica, a como lo hacemos nosotros, toda vez que procedemos de culturas visuales diferentes? Lo mismo podría preguntar por el Japón en donde la perspectiva o ilusión espacial nunca ha sido un problema o tema a tratar en sus artes visuales, o, como el caso que nos ocupa, donde la tradición religioso impone un veto sobre la creación de imágenes.
Este es el punto que más llamó mi atención cuando conocí el trabajo de Jalali. Sabemos que el Islam, como también el Judaísmo, tiene prohibida la producción de imágenes para no caer en la idolatría, ¿cómo explicar entonces, por lo menos en Irán, toda esta actividad fotográfica? Sin duda, lo más lógico sería que obtuviéramos de parte de algún musulmán la respuesta a esta y otras interrogantes; como no me es posible exponer una opinión experta en este tema, intentaré presentar la explicación que yo me doy y que forzosamente es limitada y probablemente errónea ya que es la que un occidental se hace sobre un objeto cultural no-occidental.
Al ver el trabaja de Bahman Jalali me encuentro con que trabajó dos grandes grupos de imágenes. En el primero de ellos están las que corresponden a la revolución de su país, a escenas de la vida cotidiana, retratos, y las que recogen los estragos de la guerra contra Irak. Al segundo grupo pertenecen, por ejemplo, las imágenes de la serie Image of Imagination (2003-2006) la última que presentó en público en vida. En ella las imágenes que imperan son las superpuestas, dos o tres negativos de fotografías antiguas, en una misma impresión, o aquellas en que fotografías, igualmente antiguas, han sido intervenidas con bandas de pintura color rojo. Me parece que ambos grupos tienen que ver con lo visible más que con la imagen en sí misma. Quiero decir, creo que para Jalali la fotografía hacia posible lo visible, no creaba imágenes, sólo volvía visible lo que no era posible ver a simple vista. El primer grupo de fotografías que he descrito, tomado en la supuesta objetividad que representa, es un mantener visibles los recuerdos, una memoria que no hay que dejar perder. El segundo grupo nos acerca a lo que su título indica, a ver, a conocer las imágenes de nuestra imaginación, lo que se logra haciéndolas visibles.
Independientemente de lo acertado o no de mi explicación, es obvio que necesitamos conocer la otra parte o partes de la historia si es que deseamos llegar a conocer no sólo lo que es la fotografía, sino tantos otros temas en los que hemos estado absurdamente divorciados de oriente.
Publicado originalmente por Milenio Diario
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