Hay obras en las que se conjugan influencias, referencias, coincidencias, gustos y hasta motivaciones, y el resultado, a pesar de todo, sigue siendo una visión intensamente personal. En el trabajo que aquí vemos, Visionis Montanea. Topo Chico. 2009 de Roberto Ortiz Giacomán, su genealogía se remonta, por supuesto, a Ansel Adams, pero también hay rastros de Hugo y Arno Brehme, Armando Salas Portugal y Eugenio Espino Barros, entre otros tantos, asimilados a través de una verdadera pasión por la naturaleza. Las imágenes que surgen de esta combinación nos dejan ver la belleza y monumentalidad de nuestro medio circundante, pero también son una advertencia, un llamado de atención a lo que estamos haciendo con lo que heredamos, al tiempo que se convierten en un atisbo, una visión apocalíptica que nos advierte que, tarde o temprano, habrá que pagar la cuenta.
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