jueves, 23 de mayo de 2013

De Leibovitz



Tal y como se anunció aquí mismo, el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades de este año falló en favor de la fotógrafa Annie Leivovitz. Sin duda se trata de una productora de talento y con recursos que parecen no tener fin, pero me alegra que el Príncipe de Asturias se otorgue más como un reconocimiento a una trayectoria que a obras en particular, porque en ese sentido no estaría tan seguro de que Leivovitz mereciera este reconocimiento. Creo que como fotógrafa tiene una capacidad y un ojo que sin duda destacan  de entre muchos de sus colegas, pero también de que es demasiado complaciente con su trabajo, por no decir que raya en lo cursi sin proponerselo (tipo David LaChapelle). Difícilmente encontraremos a quien no guste de los retratos y recreaciones que ha hecho Leivovitz a lo largo de su carrera, y si obtiene tal aceptación es precisamente no porque aporte algo con sus imágenes sino porque refuerza el estereotipo que la mayoría de nosotros tenemos sobre algunos de esos temas, por ejemplo la Blanca Nieves que aquí presentamos. Entre esa imagen y el retrato de la reina Isabel del 2007, prefiero el segundo sin duda, aunque quizás la verdadera Leivovitz fue aquella alocada chica que como buena groupie se incorporó a los fotógrafos de la legendaria revista Rolling Stone, logrando los mejores y más crudos retratos de los principales miembros de ese ambiente. Ser el fotógrafo(a) que más cobra en el mundo no la convierte, en auntomático, en la mejor.

(Imágenes: De SnowWhite: http://leperepelletier.blogspot.com;
de la reina Isabel: www.nytimes.com)

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