Las líneas que siguen son un regreso a la exposición de
Carlos Ballester en el Centro de las Artes. Dos motivos me llevan hacerlo, uno,
explicar con mayor detenimiento lo que veo en su trabajo, y, dos, a partir de
ahí, extender la misma argumentación a la fotografía; es decir, me parece que
las obras que presenta Ballester en esta exhibición son equiparables a la
fotografía en cuanto a cómo pueden ser entendidas, estas piezas y la fotografía
en general.
La semana
pasada ligué las obras que se presentan en esta muestra a la narración oral
pre-histórica; cada una de ellas encierra una historia diferente que se renueva
no sólo con cada nuevo observador o público sino con cada vez que echemos mano
de ellos —los trabajos— para recordar y narrar su contenido. En tal sentido las
piezas producidas por Ballester serían una especie de recursos mnemotécnicos
que auxilian a recordar, a armar, la historia que en ese momento será contada.
Cada una de
las “cajas” de Ballester, por ejemplo, encierra un conjunto particular de
objetos que al quedar articulados dentro de ellas crean su propio universo.
Leer estos universos, saber moverse dentro de ellos, conocer el código de qué
va primero y qué después y cuál es la razón de su ubicación dentro de la caja (arriba, abajo, primer plano, fondo,
etc.), son las claves que van haciendo recordar, a quien las emplea para ello,
la historia que desea comunicar.
El
procedimiento no es extraño (usar objetos para recordar) y desde la antigüedad
se conocen y emplean, una variante de ellos es el llamado Ars Memoriae que ha llegado a nosotros a través de la obra de los
oradores latinos Cicerón, Quintiliano y el texto Ad Herennium de autor desconocido (para más información consultar El arte de la memoria de F. A. Yates).
Dos elementos son clave en el proceder recomendado por ellos, los llamados loci, o lugares, y las imagines, las imágenes. Así pues, para
recordar con precisión el orden de los argumentos o preceptos que tenía que
manejar un orador, este iniciaba, como mnemotécnica, por inventar lugares que
pudiera reconocer fácilmente e inmediatamente formar las imágenes de aquellas cosas que quisiera recordar
y ubicarlas en tales lugares. Reconocer un lugar y ver las imágenes que lo
pueblan es recordar las cosas a las que están ligados ambos, es decir los loci y las imagines.
Así es como funcionan las “cajas”
de Ballester, cada una de ellas es un lugar que contiene sus propias imágenes,
recorrerlo es ir recordando la historia de la que dependen. Sin embargo, esta –la
historia— siempre es nueva, porque siempre es diferente el que recorre los
lugares y contempla sus imágenes. Por eso son pre-históricos, porque sus
contenidos no están escritos en ningún lado, no son letras, son imágenes, y
cada vez que alguien las contempla empieza de nuevo la historia que cuentan.
La fotografía,
por otra parte, es en sí el loci de
los oradores, hablo del objeto que contemplamos y que en sí mismo y por sí
mismo es un espacio que contiene imágenes que al observarlas nos traen de la
memoria historias que contar, es decir la fotografía como objeto es también un
dispositivo mnemotécnico. Pero resulta, como en el caso de las impresiones
hechas por Ballester sobre el naufragio y posterior rescate patagónico, que la
imagen de la fotografía por sí sola no ofrece más información, o mejor dicho,
esas imágenes no poseen una información única, objetiva, reconocible por todos,
por el contrario, esas imágenes —y en eso radica las fascinación que ejercen
sobre nosotros— son renovadas con cada observador, cada uno de nosotros las
empleará para contar su propia historia tal y como lo ha hecho Carlos Ballester
en este caso (por eso es que no las presenta únicamente como fotografías
rescatadas), lo mismo sucede con cada fotografía que vemos.
La imagen
fotográfica en realidad es muda por lo que hay que asociarla a aquellos eventos
que deseamos recordar. Una vez pasado el evento o cambiando de público, son
como tablillas de arcilla sobre las cuales se puede volver a inscribir
cualquier otra historia.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
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