domingo, 15 de noviembre de 2009

Juanito

Me había propuesto no volver a tratar este tema por tres razones, la primera de ellas, quizás la más importante, es que no vale la pena; la segunda por no crear la falsa impresión de que tengo algo personal en contra del llamado taxista fotógrafo; y, tercera, porque tampoco quiero que se piense que es mi postura oponerme sistematicamente a lo que desde la Fototeca del estado se hace o se propone.
No obstante, este sábado pasado (nov.14, 09) Marco Granados escribió en su columna "Lado B" que aparece en el periódico El Norte, sobre la más reciente exposición de esta persona que lleva por título, precisamente, La mirada del taxista y se expone en el Centro de las Artes I del Parque fundidora.
Por lo general coincido con los juicios de Granados aunque, como es lógico, diferimos en muchas cosas y difícilmente me atrevería a citarlo en otra u otras ocasiones. Si ahora lo hago es porque, quizás como muchos otros que estén de acuerdo conmigo, la opinión que externa sobre este "fotógrafo taxista" es similar a la que yo he externado en otras ocasiones, por lo que pareciera que no soy el único en tener reparos ante sutrabajo, el único que cree que se le ha impuesto un rol y una personalidad que no son las suyas. Para mayore señas aquí la liga al artículo de Granados y ahora si, sobre este tema, colorín colorado este cuento se ha acabado.
http://busquedas.gruporeforma.com/elnorte/Documentos/DocumentoImpresa.aspx?ValoresForma=898098-325,lado+b

martes, 10 de noviembre de 2009

IX BIENAL MONTERREY-FEMSA

La IX edición de la Bienal Monterrey-FEMSA será inaugurada el próximo día 12, teniendo como sede las salas del Centro de las Artes I y II en el Parque Fundidora.



Este año, la Bienal presenta una serie de innovaciones de las cuales menciono dos, las que a mi juicio tendrán más consecuencias positivas para el evento. La primera de ellas, que debe ser entendida como un primer paso en un largo camino que está por construirse, se refiere a tener artistas invitados al lado de los que siguen el procedimiento normal de la Bienal. En esta ocasión se han invitado a cinco productores nacionales e igual número de brasileños. La obra de estos diez creadores fue curada por Oswaldo Sánchez y Agnaldo Farias, respectivamente.


La segunda novedad es la de hacer “oficial” la invitación a alumnos de las universidades locales (UDEM, UANL, Arte, A.C., CEDIM) a que participen en las labores propias del montaje de una muestra como esta: desde el desembalaje de las piezas que se vayan recibiendo, hasta el servir de edecanes para los visitantes la noche de la inauguración. Este tipo de acciones no sólo subrayan la vinculación de la Bienal con su comunidad, sino que trabajan para el futuro, es decir, preparan a quienes el día de mañana serán los responsables de la operación de estas tareas.


El resultado de estos cambios, desde este momento, no podría ser más alentador. Como nunca antes en su historia, este año se recibió un número récord de obras, 3,605, de 1,314 productores; de las cuales quedaron seleccionadas 95 de 81 autores. Además, también por primera vez, se tienen la representación de todos los estados de la república.


Si estas cifras son importantes y hablan de la aceptación y poder de convocatoria que tiene la Bienal Monterrey-FEMSA, más aún lo será que el tiempo que dure su exhibición en las salas del Centro de las Artes I y II se vean colmadas de visitantes.
Preparado originalmente para la Agenda Cultural del CONARTE No. de Novembre

Pintura abstracta

Hace ya casi un mes, el 15 de octubre para ser precisos, se abrió al público la exposición denominada Abstracto 02, en la Galería CONARTE, ubicada, como se sabe, en los bajos del antiguo palacio federal. La muestra se compone de una treintena de piezas de la Colección ING, que ya en otras ocasiones, con otros temas, se ha podido apreciar en este mismo espacio. Como su nombre lo indica, en esta ocasión (que es una segunda parte), se presentan trabajos que ejemplifican la transición del arte nacionalista que imperó por décadas en nuestro país, hacia la abstracción, que terminó, también, convirtiéndose en arte oficial.



De entrada hay que mencionar que es una exposición que no se puede dejar de ver, tanto por la calidad de algunas de las piezas que la componen (por ejemplo los Mérida, Pedro Coronel, o Fernando García Ponce) y que son una extraordinaria oportunidad para ver diferentes tratamientos de la superficie pictórica, cuando aún este aspecto era importante hasta para los pintores abstractos, como por representar la posibilidad de conocer físicamente las tendencias que hicieron que el arte en México fuera girando hacia lo que en ese momento (a partir de los años 50) se consideraba el arte más moderno. Posibilidad que dicho sea de paso, no tenemos en ninguno museo de la ciudad, por lo que bien vale la pena, sólo por conocer la historia, ir y contemplar estas obras.


De hecho, extendiendo el comentario, yo subrayaría que vale la pena darse la vuelta por esta galería del CONARTE, pues en las salas frente a esta que ocupa la colección ING hay una muestra de fotografía producto del concurso sobre el Patrimonio Cultural de Nuevo León y una más de René Almanza de gráfica y pintura. Quizás el espacio no sea tan glamoroso como otros, quizás lo que aquí se exhibe no sea tan publicitado como lo que se presenta en otros espacios y aún así, nada quita que la visita al vestíbulo convertido en sala de exposiciones, colme cualquier expectativa.


Ahora bien, quisiera dedicar el resto de estas líneas y de cara a esta exposición, a cuestionar la vigencia de la pintura abstracta. Quiero decir, sé que existe una explicación más que plausible, más que estudiada, reflexionada y difundida sobre el cómo y el por qué la pintura y el arte occidental en general fueron, digamos, haciéndose abstractos, de dicha historia pues, no hay nada que cuestionar, más bien me refiero a cómo se ve esta tendencia, estilo, escuela o práctica hoy en día, a la luz, del trabajo que se lleva a cabo en este momento al derredor del mundo. Dos preguntas más ¿se podría alentar a alguien e ser un artista abstracto?, ¿cómo entender una obra abstracta hoy día?


Cuando pregunto cómo se ve el arte abstracto hoy día, no estoy preguntando cómo se ven las obras históricas —como las que están en esta muestra—, sino las que se producen hoy día, las que, por ejemplo, acaban de descubrir que en lugar de plantear un tema y un contenido pueden simplemente dejar que el pigmento y su medio actúen sobre una superficie. En el panorama internacional se habla de una nueva abstracción o neoabstraccionismo, obras trabajadas bajo la óptica de lo no figurativo u objetual que se suman y conviven con las muchas otras tendencias que caracterizan a la producción artística en tiempos de la globalización.


Y quizás sea esto último lo que distingue este regreso a la abstracción; esto es, la de hoy no deja de ser una más de entre otras tantas maneras a través de las cuales se asumen el hecho artístico, y su valor depende de lo que ella misma, obra a obra, sea capaz de realizar, en tanto que lo que hemos llamado la abstracción histórica se imponía por hegemónica, por ser la representante de las corrientes internacionales, por ser la que presumía del aprecio de los conocedores, la que se difundía desde los centros de poder.


Hoy día vemos a la abstracción histórica, en unos casos, como una renovación, en otros como una evolución consecuente, y en otros como imposición. A la abstracción actual como un recuerdo incómodo, como un revisionismo casi ocioso, como la repetición de viejas fórmulas, como una, de muchas otras formas que puede tomar la producción artística contemporánea.
Publicado originalmente por Milenio diario

martes, 3 de noviembre de 2009

¿MAL INICIO?

Según el dicho mal inicia la semana para quien ahorcan en lunes y esta pudiera ser la tónica para el CONARTE de acuerdo a las últimas noticias.


A mediados de la semana anterior se supo que la institución daría por terminada su relación contractual con 40 de sus trabajadores. Se explicó que esta acción era motivada por los ajustes presupuestales que el nuevo gobierno estatal está llevando a cabo de cara a la crisis económica que vive el país. El fin de semana apareció otra notica relacionada con el mismo tema. Ahora fue Romeo Flores Caballero presidente del Consejo, quien explicó de nueva cuenta las razones del despido de estos 40 trabajadores, a la vez que agregó que el ajuste presupuestal —en realidad un recorte de facto— afectaría también planes y programas que ya se encontraban en curso. Anunció la cancelación de proyectos como la base de datos sobre el teatro local, el rescate de archivos municipales, y el de la producción cinematográfica, entre otros, así como la suspensión de exposiciones de artes visuales y otro tipo de espectáculos. Y para culminar con el desmantelamiento del aparato estatal dedicado a las actividades artísticas, recién se supo de la desaparición del Consejo Editorial de Nuevo León, quizás la única de las instituciones del anterior gobierno que puede darse el lujo de decir que atravesó el pantano sin mácula.


Así las cosas todo indica que se repite la ejecución de la nefasta regla según la cual, en tiempos de crisis, la primer área que hay que cancelar es la relativa a las actividades culturales, pues, como se sabe, para los administradores el dinero que se les da a éstas, es capital, ya no digamos mal invertido, sino desperdiciado, como quien lo arroja al retrete. La no renovación del contrato de los 40 trabajadores del CONARTE, es una consecuencia, de entre otras muchas, de la aplicación de esta norma, con un añadido: no sólo se actúa sobre los laboralmente más desprotegidos —los que no tenían planta—, sino que quizás se afecte al elemento humano con el que, gracias a su concurso, las actividades del día a día de la institución eran posibles. Sin ellos, es difícil imaginar que se pueda mantener, como mínimo, el mismo nivel en que venía desempeñándose (acepto, por supuesto, que entre estos 40 despidos pudo haber muchos de los que sólo pasan a recibir su salario cada quincena, vulgo aviadores que en verdad son los que engrosan la nómina). Desaparecer el Fondo Editorial de Nuevo León posiblemente se convierta en la más grave de todas las decisiones que se tomen, pues el resultado de su gestión está a la vista y muy pocos se atreverían a cuestionarlo.


Pero veamos un poco más de cerca la situación. Detengámonos un momento y tomemos en cuenta lo siguiente: Sin duda es duro saber del despido de estas 40 personas. Como lamentable es que se esté anunciando la cancelación de una serie de actividades que forman parte del hacer, de la vocación del CONARTE, la institución creada entre todos para hacerse cargo de la política cultural del estado. Con una reducción significativa de su presupuesto que le impida continuar, mal que bien, con su quehacer, poco o ningún sentido tiene seguir sosteniéndola. Igualmente triste es que se suspenda la actividad del Fondo Editorial, pues, insisto, su función y objetivos están más que justificados.


No obstante, creo que antes que acabemos de condenar estas “iniciativas del ahorro”, conviene —para no quemar la pólvora en infiernitos— saber bien a bien qué han decidido los jerarcas estatales sobre el futuro del CONARTE, y después conocer a cuánto ascenderá el presupuesto que el Congreso —no el gobernador— le asigne (si es que le asigna algo). De la misma manera es necesario sabes si al Fondo lo substituirá otra institución, departamento o dirección, que tenga funciones similares y esté lejos de las tentaciones gobiernistas.


Mientras no tengamos toda esta información, no quede claro cuál es el futuro que se perfila para la práctica artística en el estado, no podremos condenar o apoyar lo que se esté haciendo o dejando de hacer en esta área, aunque como también reza el dicho: cuando el río suena…
(Publicado originalmente en Milenio Diario)

viernes, 30 de octubre de 2009

Las víctimas

Por la mañana de este día, leí, debo confesar que con cierto apuro y pena, que el CONARTE había tomado la decisión se suspender su relación laboral con 40 de los que hasta la fecha de ayer habían sido sus empleados. Mi reacción, además de ser provocada por una pésima administración federal los últimos 12 o 18 años, la puedo concretar en los siguientes tres puntos:
1. Me sorprende, me ofende, la poca atención que el nuevo gobierno ha puesto al sector de la cultura. No es sólo la dilación para definir su status y/o nuevo rumbo de acuerdo a las políticas públicas que se quieran aplicar en él, sino que se le ponga a la cabeza de los reajustes, confirmando, una vez más, que la Cultura no es un sector, ya no digamos prioritario, sino simplemente importante para este o cualquier otro gobierno. Y, lo peor, cuando parece que se le prestará especial atención, como en la caso del gobierno anterior, es sólo para favorecer, por quién sabe qué méritos, a los amigos, los compadres, los compromisos adquiridos, etc.
2. La situación económica en la que se encuentra el país y que es atribuible en un gran porcentaje a los malos manejos de gobiernos federales, estatales y municipales, deja sin protección alguna a los compañeros que han sido despedidos, mientras que diputados (locales y federales), partidos políticos, sindicatos, siguen sirviéndose con la cuchara grande. Con esta crisis a cuestas, ¿quién empleará a los que pasan a engrosar el número de desempleados?, ¿quién se preocupó por su futuro, quién se preocupará por ellos?
3. Dudo mucho que para lograr una mayor eficiencia en las acciones de gobierno se tenga que liquidar a parte de la planta laboral. Y lo dudo porque, por lo menos en el caso del CONARTE, quienes se han visto afectados por esta decisión, eran los que precisamente sacaban adelante la chamba, los que hacían la talacha del día a día, los que están detrás de los reflectores pero sin cuyo concurso las cosas no marchan, o no marchan como debiera. Todos sabemos de los muchos aviadores que medran del presupuesto estatal y del que puedan hincarle el diente, esos son los que debieran ser tachados de las nóminas, nos los trabajadores víctimas de una crisis en la que nada tienen que ver; sin embargo, como sabemos, los vividores del gobierno, son, para la politiquería que impera en el país, pieza clave para seguir aprovechándose del poder.
Si difíciles fueron los últimos dos años del CONARTE, principalmente por el robo que sufrieron de su presupuesto, si con el personal completo fueron cuestionadas sus acciones y alcances, si con el ojo del gobernador sobre su hombro se vieron obligados a cumplir caprichos, ¿qué será ahora de ellos -de nuestra institución encargada de la política cultural del estado- que ni el saludo reciben?
Con acciones como estas no sólo se victima a 40 personas, sino a toda la comunidad.

martes, 27 de octubre de 2009

TICS DE LA FOTOGRAFÍA

Como ya es tradicional en Arte, A.C. una vez que da por concluida su exposición colectiva de fotografía, la hace seguir de una individual; este año tocó a Eduardo González ser quien, a parir del día 15 de este mes, ocupara las salas de esta institución con una muestra intitulada lacónicamente Fotografía.



La exhibición la componen 40 trabajos en Blanco y Negro provenientes de distintas series: Domingos de baile, Santa Lucía, Macroplaza, Calle Morelos, etc., obtenidos, si no me equivoco, entre el 2007 y este mismo año. Como lo denuncia el nombre de cada serie, las fotografías que presenta González son paseos, excursiones, por estos lugares a fin de hallar en ellos los motivos que, a su juicio, sean lo suficientemente interesantes o importantes al grado de merecer una fotografía, o sea, de ser destacados, separados, del continuo espacio temporal en que vivimos, y así ser, no sólo mostrados, sino también preservados casi eternamente.


Al describir de esta manera el trabajo de González, me surgen dos preocupaciones. Una se refiere al grado de libertad con que actúa, o si se prefiere, al control que tiene —y la consciencia de ese control— sobre la selección de sus motivos. La segunda se refiere, igualmente, a qué tan consciente está de que al oprimir el obturador y luego imprimir el resultado de esa acción, estará preservando una imagen que quizás ni siquiera cuestionó su importancia o relevancia. En otras palabras, me preocupa saber qué tan consciente está Eduardo González de la responsabilidad que tiene como fotógrafo de estas escenas o de este género (y no solamente él, sino cualquier fotógrafo que realice trabajos semejantes).


El diccionario de la Real Academia de la Lengua define tic, como una contracción muscular involuntaria y repetitiva. Creo yo que podemos descubrir en muchos fotógrafos trabajos realizados por un tic. Quiero decir, no que opriman el obturador sin poder detenerse, sino que ante ciertas escenas, como por reflejo o por un tic, tienen la convicción de estar frente a un motivo que vale la pena ser fotografiado y, sin más dilación hacen la foto. Este tic que efectivamente debe ser involuntario, es provocado, entre otras cosas, por haber hecho suya la creencia en que la finalidad de la fotografía es salir a la calle y captar esos momentos que son irrepetibles, insólitos, fuera de lo común, irónicos o de plano graciosos y que si no fuera por la “magia” de la fotografía y el bien entrenado ojo del fotógrafo, el resto de los mortales nos perderíamos de estos “regalos”, de estas “sorpresas” que la vida esconde a la visión común (esta idea no sólo campea entre los fotógrafos sino que igual hace de las suyas entre el público espectador).


A mí, como creo que a muchas otras personas, me parece un buen fotógrafo Eduardo González, tiene trabajos realmente destacables, algunas de sus escenas de la Macroplaza son verdaderas revelaciones de este espacio. Sus jóvenes de la calle Morelos son un buen ensayo tipológico de un subgrupo que por lo general preferimos pasar por alto o de plano no queremos tener presente, dígase lo mismo de los adultos mayores que domingo a domingo van a divertirse bailando en los bajos del palacio municipal de Monterrey.


No obstante, creo que para acabar de consolidarse, es necesario que se quite el tic del momento decisivo, único e irrepetible, no porque éste no exista o no aporte imágenes verdaderamente importantes, sino, precisamente porque existe, no es posible que se banalice con, por ejemplo, la fotografía de un niño con los dedos en las narices o con la que retrata a un pobre charro o algunas otras que también están presentes en esta muestra.


Cuando expreso mi preocupación por saber si hay consciencia sobre la responsabilidad que implica fotografiar dentro de éste como de cualquier otro género fotográfico, lo que quiero saber es hasta qué punto están dispuestos los fotógrafos de sacudirse de esas ideas preconcebidas para empezar a trabajar sobre intereses concretos que tengan que ver más con su manera particular de ver y comunicar el mundo, que, en última instancia, debería ser esta una de las preocupaciones centrales de la fotografía.

(Publicado originalmente por MILENIO DIARIO el 27 de octubre del 2009)

miércoles, 6 de febrero de 2008

Arte y fotografía

Como nunca antes en la historia, las obras de arte, las grandes obras de la pintura universal, de la escultura, la arquitectura o la gráfica, están al alcance de prácticamente cualquier persona que tenga acceso al Internet. Hoy, en los medios urbanos principalmente, no se puede argumentar ingnorancia respecto a estas obras, o dicho de otra manera, muy pocos son los que pueden afirmar sin estar mintiendo, que desconocen, por ejemplo, qué es la Gioconda o decir que nunca la han visto.
No obstante lo anterior, lo que hay que advertir es que aquello a lo que tenemos acceso no es a las obras en sí sino más bien a sus imágenes o mejor dicho a las imágenes fotográficas de tales pinturas o esculturas. ¿Qué es entonces lo que conocemos: a la Mona Lisa o una o cientos de fotografías que se han hecho de este lienzo? ¿Hay alguna diferencia entre ver, conocer, la pieza pintada por Da Vinci y la fotografía que la más lujosas de las ediciones reproduce de ella?
-As never before in history, works of art, great works of universal painting , sculpture, architecture or graphics, are available to virtually anyone with access to the Internet. Today, mainly in urban areas, no one can argue ingnorance on these works, or in other words, very few are those who can say without lying, unaware that, for example, what is the Mona Lisa or say than ever have seen.
Notwithstanding the foregoing, what should be noted is that what we have is not access to the works themselves, but rather to their images or rather the photographic images of such paintings or sculptures. What then is what we know, the Mona Lisa or one or hundreds of photos that have been made this canvas? Is there any difference between seeing, knowing, the piece painted by Da Vinci and the photography of the most luxurious editions reproduced it?