Nuestra convivencia cotidiana con lo irracional, por desgracia ha dado lugar a su explotación con fines de control. Quiero decir, si los miedos y temores, que son parte de lo irracional, definen, determinan una parte de nuestra vida anímica, la tentación de manipularlos es grande ya que por su intermedio se controla a la persona. Eso es exactamente lo que han hecho todas las religiones y demás creencias, valerse de lo irracional, de los miedos y temores, exacerbarlos, y dominar, controlar a la persona, no sólo infundiéndole temor, sino mejor aún ofreciéndole el alivio, la cura contra quello que tanto teme. Un buen ejemplo de cómo no se necesita estar en el mundo contemporáneo para saber, reconocer y padecer lo irracional.
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