He estado imaginando por qué una exposición reciente de
fotografía local no se presenta en la fototeca; aunque viéndolo bien este es el
menor de sus problemas, es más ni siquiera puede que lo sea y hasta podría
volverse una ventaja competitiva. Hablo de la recién inaugurada (1 de
noviembre) muestra Nuevo León a través de
la lente, 2012. Templos e iglesias de Nuevo León, su iconografía y su
arquitectura, montada en la Casa de la Cultura de Nuevo León.
Se trata, como exposición,
de un trabajo sencillo, limpio, discreto, hasta diría que de buen gusto y sin
otra pretensión que exhibir las 44 piezas de los 26 fotógrafos que fueron
seleccionados en esta anualidad (la participación total, según se lee en una de
las cédulas de sala, fue de 36 participantes con 70 piezas). Hasta aquí todo
perfecto, qué bueno que se empleen los diversos espacios de que dispone el
estado para promover este tipo de actividad, qué bueno que existan otras
opciones para ver fotografía y no sólo en la Fototeca, lo cual redunda en la
formación de más y nuevos públicos. Pero, efectivamente, hasta aquí llega todo el encanto que pudiera tener la exhibición. Podría empezar por preguntar dónde
están los fotógrafos de Nuevo León que realmente
se dedican a la fotografía de arquitectura, pero sería mucho y no creo que en eso consista la problemática que sí viven la convocatoria
y sus resultados.
De los 26
productores seleccionados, a mi juicio, únicamente tres puede decirse que
trabajaron pensando en lo que estaban haciendo más allá de accionar el
obturador para ver qué pasa. Me refiero a Hugo Adrián Tadeo Gallegos, que ganó
el primer lugar con la Cúpula del templo
de Nuestra Señora de los Dolores, 2012, las tres imágenes de Nora Isabel
Gómez Leal, que convirtió a los templos locales en ultramodernas casitas de Loreto,
y quizás una más de José Clemente Almaguer P.
Algo que resulta evidente es que a quienes
decidieron participar se les olvidó, por flojera o ignorancia, que Nuevo León
es todo el estado no su zona conurbada. ¿Dónde están los templos de Agualeguas,
García, General Terán, Villaldama, Bustamante? Supongamos que la inseguridad
tuvo algo que ver, ¿no hay más templos en la ciudad que los tres o cuatro que
se repiten en las 44 piezas seleccionadas?, ¿no hay otras maneras de verlos; no
hay nada en ellos qué explorar; nada de su iconografía?
Aplaudo que haya
30 interesados en participar en estas convocatorias, ojalá hubiera más y en ese
sentido qué bueno que no participaron los que ya sabemos qué tipo de trabajo
hacen. Pero a estos 30 y muchos otros, a todos los interesados en emplear la
fotografía no sólo como un medio para asegurar su ingreso en los medios
electrónicos y las redes sociales, habría que decirles, mostrarles, enseñarles,
qué es lo que convierte una simple imagen en una buena fotografía. No se trata
del aparato (aunque sí es importante), no se trata del color o el B&N
(aunque también esa es una decisión importante), tampoco es cuestión de su
presentación (aunque sí influye en su lectura, y mucho), hacer una buena
fotografía tiene que ver con todo eso y mucho más, es mostrar a otros cómo ves
el mundo tu, y estoy seguro que cada uno de quienes participaron es esta
muestra poseen una visión de las cosas más profunda y rica que lo simple,
repetitivo, falto de interés y anodino, que resulta la mayoría de los trabajos
aquí expuestos.
No es posible que
un evento de esta naturaleza se pierda en medio de la mediocridad y que no haya
manera de presentar estos mismos temas bajo esquemas y conceptos más
actualizados.
Hubo un tiempo,
hace 10 años, que estos eventos resultaban ser un éxito, quizás ya es hora de
cambiar su formato y revisar qué otras maneras de motivar puede haber más allá
de lo económico. Registrar por medio de la imagen la vida material, económica,
social y cultural del estado sin duda es una tarea que debe ser estimulada,
busquemos cuál es la mejor manera de lograrlo.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario