Aunque todo el mundo habla de respetarlo, de ser el centro de su preocupació, de deberse a él, lo cierto es que nunca se acabará de valorar el papel de los aficionados en el futbol. Son ellos, no sólo los que abarrotan semana a semana los estadios sino todos los que en verdad llevan en su pecho los colores de su equipo estén en donde estén, los que le dan vida y sentido al deporte y sobretodo al espectáculo y todo ¿para qué? Para ganar un campeonato que se traduce en un tarde de borrachera y ya; regresar al trabajo el lunes y esperar que inicie de nuevo la temporada, comprar, si se puede, el abono y empezar a sufrir y gozar con este el deporte más popular de todos.
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