Tenía curiosidad por ver la exposición
Yuxx
de Ismael Merla, inaugurada el pasado 30 de enero en Arte, A.C. Merla
junto con Mario García-Torres, Fernando Villalvazo, Manuel Mathar, Gerardo
Monsiváis, Roberto Arcaute, aunque no son de la misma generación sí forman un
grupo compacto que empezó a formarse en torno a la extinta galería BF 15, y que
con suerte diversa, han seguido produciendo y presentándose principalmente en
la capital del país o el extranjero.
La meteórica carrera de estos
jóvenes, empezada en la última década del siglo pasado cuando muchos apenas
llegaban a los 20 años, tuvo distintos efectos sobre ellos, en el caso de
Ismael Merla lo llevó a un profundo
cuestionamiento respecto a su papel, función y ubicación dentro del campo del
arte, lo mismo que con sus relaciones con los demás agentes del campo:
galerías, curadores, críticos, coleccionistas, museos, etc. Así, quien para
entonces ya había presentado su quehacer en ferias internacionales y ser invitado
obligado en cuanta muestra sobre arte contemporáneo hubiera aquí, allá y/o
acullá, decidió, en torno al 2007 si no retirarse sí abrir un amplio espacio
entre su producción y los sistemas de circulación de su trabajo, como quien
pone pausa en una grabación ya sea para
preparar lo que sigue, reflexionar sobre
lo hecho, o simplemente para descansar y
tomar aire fresco antes de continuar.
Como se entenderá, la ausencia de Ismael Merla del circuito de las
exposiciones, no significó que dejara de
trabajar o verse involucrado en diferentes proyectos, antes al contrario, siguió desarrollándose ya como productor o como agente de otras iniciativas, siempre con espíritu punzante y cuestionador del papel del productor y de las diversas instancia que intervienen en el campo cultural.
Así pues, la exhibición que abrió
Arte, A.C., representa la primer muestra individual de Merla desde hace seis o
siete años, y lo menos que podríamos decir es que no ha trabajado. De más de
200 piezas, Juan Alberto Mancilla, quien actuó como curador, seleccionó junto con
Merla, un total de 31 conjuntos (distribuidos de la siguiente manera: 21 de
ellos contienen 3 piezas; dos llevan 4; y hay ocho enmarcados individuales) que
son los que se exhiben en la muestra.
Se trata de piezas de pequeño
formato (unos 15x25 cms. aprox.) trabajadas como collages y decollages, que se
presentan dentro de “marcos contenedores” ya sea individualmente, en tríos o,
como ya se dijo, en grupo de 4. El resultado es una muestra homogénea, limpia,
congruente, y si no se puede decir que elegante, sí que resulta lo
suficientemente atractiva como para no perdérsela.
Collage y decollage más que ser
técnicas contrapuestas se complementan, en una agregas en la otra quitas pero
en ambos casos lo que se pretende es crear un nuevo ordenamiento, otra manera
de presentar, de clasificar, de encontrar, y en el proceso dar, casi al azar,
con formas inéditas que revelan contenidos ocultos por las maneras
tradicionales en que ordenamos o clasificamos la información; el ejemplo típico
es el diccionario o la enciclopedia, subvertir ese orden sería una de las
finalidades de estas, más que técnicas, estrategias al alcance de los
productores. Así ha procedido Merla en estas obras, a cientos de imágenes
obtenidas de revistas de todo tipo, comics, diagramas y láminas de
enciclopedia, les ha dado un nuevo orden antes de desecharlas, esta y no otra,
será la imagen que prevalecerá de todo el material que estuvo acumulando quizás
por años.
Más me parece que el principal
mérito de estos trabajos es que se trata de obras honestas, producto de la
reflexión y una postura personal sobre su propio quehacer, evolución y asociación
con los demás. Si su retiro voluntario fue muestra de su madurez como
productor, esta exposición es el aviso de que ya se encuentra listo para
regresar al circuito de las exposiciones, y qué bueno que así sea pues se necesitan más productores
de este tipo.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
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