Comienzo diciendo que, al momento, el trabajo fotográfico de
Ivonne Venegas me parece curioso, lo que quiere decir que no tengo un postura
definitiva ante él, no sé, ni puedo decir, si es bueno o malo por lo que espero
estas líneas me (nos) ayuden a aclarar o definir un juicio sobre su quehacer
(es obvio que entre lo visto en esta exhibición y otras oportunidades hay
piezas que me gustan más que otras, así como algunas que me parecen
terriblemente malas. El balance entre unas y otras, la suma de lo que le conozco,
debería, idealmente, definir o dar por resultado una sola apreciación, cosa que
aún no consigo. Otro aspecto a considerar: con la intervención de los
curadores, es difícil saber de quién es el gusto, las preferencias, la
selección que ves, pues quizás lejos está de ser lo que el autor hubiera
presentado bajo otras circunstancias. Así, al decir que el trabajo de la
Venegas es bueno o malo, posiblemente lo que esté diciendo es que sus
curadores, con la muestra que presentan, son los buenos o malos).
Nunca será más joven que este día, es el
título bajo el cual a partir del 7 del presente, Ivonne Venegas exhibe seis de
sus proyectos fotográficos en la Fototeca de Nuevo León: Las
novias más hermosas de Baja California, Retratos desde Tijuana, El tiempo que pasamos juntas, Inédito, Ma. Elvia de Hank, y Gestus,
entre todos cubren un panorama de trabajo de más menos 15 años.
Todos los interesados o no en el
retrato, pero sí en la fotografía hemos leído a Pierre Bourdieu, por lo que me saltaré la teoría sociológica del acuerdo entre quien fotografía y el fotografiado así como los rituales de identidad y pertenencia a los que nos sometemos unos y otros por medio de la fotografía. Sólo anoto una anécdota. Antes de entrar a la Fototeca, en los jardines del Parque
Fundidora, veo que están fotografiando a unos novios ante el
regocijo de amistades y familiares,
lo mismo con que me toparé en el
trabajo de Venegas. Luego entonces
sí que hay códigos a través de los cuales nos adscribimos a una u otra
clase social y para hacerlo la
fotografía presta un servicio
insuperable; pero también significa que ésta, la fotografía, ha logrado transformar a tal grado nuestra
conducta individual y social, que lo que antes era atípico hoy día es común, lo
que resta fuerza a algunos de los
proyectos de Venegas, pues descubren lo que ya todos conocemos.
Quizás uno de
los aspectos más interesante de su trabajo esté contenido en una observación de
Alfonso Morales al decir que ha
encontrado su singularidad en los
tiempos muertos, en las miradas
oblicuas, en el lapso y las
actividades que se dan entre toma y toma. Como ese tiempo ya no es el
tiempo de la pose, del modelado, entonces la imagen aparece como descuidada, o
mejor dicho, como espontánea, no está centrada, no es la mejor composición, no
es la más evidente, y sin embargo hay algo en ella que deja entrever lo que no
se muestra ni en ellas ni en las fotos “oficiales”, lo que ni el retratado ni
el fotógrafo sabe qué aparecerá al final. Estas imágenes están llenas de
tensión, de nervio, son como evasivas, al vuelo, casi temerosas de haber sido
tomadas.
Me parece que Ivonne Venegas
reconoce esta lección y por ello pone en marcha el último de sus proyectos, Gestus. Por lo mostrado y el
procedimiento que explica para la obtención de estos retratos, la idea es
producirlos bajo esos puntos de fuga —como los llama Morales— a fin de hacer
uso de esa fricción que surge entre lo espontáneo, lo natural y lo posado, lo
actuado.
Por lo
general, al hablar del retrato se dice que la práctica entera pude resumirse en
un intento por hacer de la realidad una ficción, la que se sueña vivir. A mí me
parece que es al revés, no sólo el retrato sino la fotografía construida en
general es un intento por volver una ficción realidad, la realidad que podemos
observar única y exclusivamente en el retrato tomado, montado y mostrado en
la sala de la casa o en un apartado
de la cartera.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario