Andrés Serrano. La morgue (Pneumonía por ahogamiento). 1992
Como en todo, acerca del retrato tenemos también una serie de prejuicios que nos llevan a obscurecer o enturbiar el juicio que pudiéramos tener acerca de ellos. Por ejemplo, se dice que un buen retrato es aquel que nos muestra, tal cual, la personalidad del retratado, pero qué pasa, entonces, cuando el sujeto que aparece en la fotografía ha perdido hasta la personalidad, es decir, está ya muerto ¿ya no hay retrato o mejor dicho ya no se trata de un buen retrato? Este ejemplo es uno más que plantea la ambigüedad propia de la fotografía, y es que nunca se repetirá suficientemente el que una fotografía no informa de nada sino que simplemente muestra y lo que muestra es lo que tiene frente a sí, con o sin personalidad, vivo o muerto, lo demás va por nuestra cuenta.
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