viernes, 28 de junio de 2013
El tercer elemento
Dicho de manera sintética, se requiere de tres elementos para que se de, para que se geste el hecho artístico: el productor, la obra y los espectadores, audiencia o público. Sabemos más o menos acerca de los productores -más hoy día que se han convertido en celebridades para los medios-, quizás un poco más sobre las obras, ya sea tanto en sentido material como formal y conceptual, pero sobre el tercer elemento o sobre la tercera variable de esta ecuación aún sabemos muy poco, aunque sólo un necio podría, en este momento, negar su valor e importancia. Es más, yo iría incluso más lejos y me atrevería a decir que sin público no hay hecho artístico. Y por más que es nos haya enseñado que el productor o artista ha de trabajar por una necesidad interna o un motivo superior, lo cierto es que trabaja, consciente o incosncientemente, para un público. El éxito o fracaso de un músico, un director de cine, de un escritor, depende, por supuesto, de la calidad de su obra, pero igualmente, de que ésta sea reconocida por el público; así entre más personas reconozcan el valor de esta o aquella pieza, mayor será el éxito de su autor. Hay que advertir, finalmente, que el público nunca es el mismo, ni es el de ayer, ni será el de mañana, de ahí que muy pocas obras logren romper esta barrera, de ahi también que buena parte del llamado arte contemporáneo se conforme con el aplauso presente,quizás presienta que será feímero, el aplauso y el valor que se le concede.
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