Como si de satélites naturales se tratara, las grandes ciudades que nos deslumbran con su dinámica e innovaciones, tienen un lado obscuro que muchas veces no sólo ignoran sino que tratan de ocultar. Me refiero, claro está, a los cinturones de miseria que se van creando y creciendo en sus faldas. Se trata de asentamientos irregulares sí pero sobretodo de el único espacio que les es accesible a muchos que atraidos por las luces de la ciudad se diriguen hacia ella sólo para encontrar que las pocas oportunidades con que cuentan para incorporarse a la vida urbana, es sobrevivr en estos espacios. Lugares sin solución, sin atractivo, sin esperanza, sin interés para ningún tipo de arquitectura.
(Imagen://laarquitectura.blogspot.com)
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