A diferencia de la imagen que presenté ayer, Vientre de concreto, la que dije no tenía ni tiempo ni lugar, este famoso retrato de David Alfaro Siqueiros remite inmediatamente a un tiempo y a un lugar, el tristemente célebre Palacio Negro sobrenombre con que se conocía a la cárcel preventiva de Lecumberri (hoy Archivo General de la Nación) y a los años 60's cuando el régimen mexicano aún condenaba a sus disidentes a la cárcel por el inaudito crimen de Sedición. Siqueiros fue encarcelado a la edad de 63 años y no fue sino hasta cinco después que lo dejaron en libertad no sin antes asegurarse de haber acabado con el espíritu rebelde del pintor. Este que vemos, pertenece a una serie de retratos que le hiciera Héctor García al muralista mientras era entrevistado por la Poniatowska; en él no pueden dejarse de ver las referencias que tiene con El coronelazo, uno de los extraordinarios autorretratos que se hizo Siqueiros. Por otra parte es bien conocido el uso que el chihuahuense hizo de la fotografía para la realización de una buena parte de su obra. Marxista convencido no podía dejar pasar de largo las innovaciones tecnológicas que el mundo moderno ponía a su alcance.
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