Voceador, c. 1912
A diferencia del ejemplo empleado al inicio de esta serie, el del Adamson & Hill, en el que hicimos mención a que su intención nunca fue producir un documento social que reflejara la situación de una clase, el maltrato o abuso de los trabajadores, Lewis W. Hine (1874-1940) sí que puso su cámara al servicio de aquellos que en su momento, eran prácticamente invisibles para el resto de la sociedad: mineros, inmigrantes, trabajadoras de la industria textil y del vestido, pero prinipalmente niños y niñas, cientos de ellos realizando las más rudas, monotonas y riesgosas labores, fueron los blancos a los que diriguió sus objetivos. Gracias a la extensa documentación que logró reunir, en la que quedó expuesta de manera elocuente y objetiva la condición de vida y trabajo a la que eran sometidos los pequeños, se logró ir modificando las leyes laborales que terminaron por prohibir el trabajo infantil. El trabajo de Hine, sin duda, es un ejemplo claro, evidente, de los poderes de la imagen cuando estos están a favor de su sociedad.
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