Elevación vectorial. Durante la Olimpiada cultural en la ciudad de Vancuver, Canadá. 2010
Una primera aproximación al entendimiento de la nueva práctica de la escultura, consiste en la necesidad de olvidar o de dejar a un lado la antigua concepción que teníamos de este medio. El trabajo escultórico que por años se consideró era producto del añadido, del desvastado o del armado, hoy en día no conoce límites en cuanto a los materiales de los que se vale, pero si estos pueden ser tan etéreos y fugaces como un haz de luz -tal y como aquí se muestra en este trabajo de Rafael Lozano-Hemmer- más importante es la manera en que se les entiende hoy día. Nada, en fecto, tienen que ver con los viejos objetos tridmensionales que por siglos ocuparon el quehacer de nuestros escultores y aunque en éste tienen su origen, su rápida evolución y asimilación a la arquitectura o el paisajismo, como lo veíamos ayer, ha terminado por hacer más importante al campo expandido que a la propia escultura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario