A lo largo de estas últimas entregas hemos tratado de ilustrar el tema dual de la locura y la muerte con una serie de obras que muestran el interés de productores de distintas épocas, por estos temas. Del siglo XVII al XIX hemos visto como, ya sea lo muerto o las concepciones diversas de la locura, han llamado la atención de pintores y fotógrafos, que con intenciones diversas -de lo anecdótico a la denuncia- ponen al centro de su obra estos motivos. Hemos visto también como al hacerlo han contribuido a difundir las ideas que en su momento han prevalecido sobre qué es lo muerto y qué es la locura. Parece que no hay mejor imagen que ilustre la actual preocupación sobre estos temas que la obra de Peter-Joel Witkin. Sólo que en este caso no se trata de sus barrocos trabajos con cadáveres y cuerpos deformes, su Ecclisia Pederastes del 2004, es lo suficientemente elocuente como para hacernos entender que la locura y la muerte no sólo se encuentra en las morgues y los sanatorios de salud mental. La locura y la muerte en la sociedad contemporanea sienta sus reales ahí donde en aparencia está su condena y rechazo.
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