Si a partir de la segunda mitad del siglo XIX los temas religiosos empiezan a menguar en la producción regular de las artes visuales (entre las artes, las únicas excepciones serían la arquitectura, la orfebrería, quizás la música y algo de escultura), en la fotografía es más extraño encontrarlos, salvo el caso, como decíamos ayer, de productores asociados a ideas estéticas que ven en la cuestión simbólica un medio para expresar toda clase de preocupaciones. Ligada a una de estas tendencias encontramos a Julia Margaret Cameron y su Día de primavera, una referencia más que clara y directa al tema de la temporada, la Navidad. No deja de ser interesante, además de las cualidades propias que como fotografía pueda tener este trabajo, las implicaciones ideológicas y artísticas que pudo y puede tener la producción de estos temas y sus contenidos, dependiendo del momento y las circunstancias en que se llevan a cabo.
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