jueves, 18 de julio de 2013
La foto es la foto
Entre otras muchas anécdotas y dichos, Héctor García, el padre el fotoperiodismo en México, siempre será recordado por su sentencia favorita: "La foto es la foto". Sobre ella se abre un sinfín de interpretaciones, tanto como de usos y aplicaciones diversas, según sea el momento y la situación en que se quiera sacar a colación. Yo la recuerdo y cito ahora, porque me parece que en su primitivo sincretismo encierra la verdad del acto fotográfico: Una foto es simplemente una foto. Una vez concretado el acto (como al hacer el amor) vienen todas las demás calificaciones y comentarios, si es de prensa o un paisaje, si está bien compuesta o no y de acuerdo a qué reglas, color o B&N, digital o analógica, en este o aquel soporte, vintage o copia, y un infinito etcétera que no acaba de dar cuenta de lo que es la fotografía. Al observar las fotografías de los niños, y si son de zonas suburbanos o rurales, mucho mejor, me doy cuenta que no tienen ningún prejuicio al hacer una foto, para ellos es simplemente eso, una foto. Si comparo esta actitud, más fresca y natural, con la que se les impone para dibujar o pintar, me aparece claramente la diferencia entre estos medios. Hoy todo mundo, gracias a los teléfonos móviles, hace fotografías; millones de ellas inundan a diario el cyberespacio y nadie se detiene porque esté fea o mal tomada y no lo hacen porque simplemente es una foto, lo que no ocurriría con un dibujo o pintura, a donde lo primero que priva son las consideraciones estéticas o artísticas, el bien hacer, que lejos de ayudar en la expresión de los niños o las personas sin más, la esteriliza y la vuelve inoperante.
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