Advierto que a pesar de estas líneas no me interesa entrar
en polémicas, ni discusiones estériles, mucho menos en dimes y diretes que
tienen más la finta de chismes de vecindad, que de análisis más o menos serios
que valga la pena considerar.
El pasado
cinco de julio se abrió al público la ahora llamada Reseña en la Casa de la Cultura de Nuevo León. Aún antes de
inaugurarse, la muestra fue duramente criticada por presentar únicamente once
trabajos de un total de 185 que fueron recibidos. La crítica arreció porque
entre los escogidos no hay pintura, grabado o escultura (dibujo sí y bueno por
cierto), por lo que se llegó a pedir se anulara el fallo del jurado, se
repitiera el proceso incluyendo las prácticas ahora desaparecidas, y poner la
lupa sobre las intenciones, intereses y procesos seguidos no sólo por el jurado
convocado para esta ocasión, sino en cualquier otro que participe en eventos
similares, a través de un supra organismo visor y garante de su honestidad y justicia
en sus fallos.
Creo que es un
error cuestionar a este u otro jurado sólo por no seleccionar a nuestros
favoritos; acusarlos de parciales y de seguir sus propios gustos e intereses
(¿qué jurado en qué parte del mundo no lo hace?), y pedir que en la
constitución de cualquier salón haya cuotas, es decir tantas pinturas, tantas
esculturas, tantos grabados, para ser considerado transparente, objetivo e
imparcial (¿por qué no pedir también que tenga una parte proporcional de
mujeres, minorías raciales y sexuales, de amateurs, estudiantes, enfermos,
etc.?)
Creo también
que el verdadero problema no es esta exhibición en particular, me parece, más
bien, que todo inicia con una falla en la concepción del evento. Los problemas
planteados y muchos más, no se van a resolver por cuestiones nominales, es
decir, cambiar el nombre del evento no allana los obstáculos, según mi opinión,
los complica, entre otras cosas, al romper la secuencia de un evento que es
parte de la historia de las artes plásticas en el estado. Aun así, si se le quiere
enterrar, que se haga, pero que se publique su defunción y no sólo se tape
porque a los tres días el muerto apesta.
Cuando se
avisó que se definiría o redefiniría la vocación de los espacios que dependen
del CONARTE, sonaba a que los concursos que patrocina o copatrocina, sufrirían
igual destino, incluida esta Reseña; por cierto ¿cómo es que un evento de este
tipo se transforma en concurso con premios?,¿es entonces una competición o una
muestra de lo que se produce en el estado? Por qué no se arman de valor y
declaran que la reseña, el resumen, o como quieran llamarle, será un concurso
de pintura (en todas sus modalidades), en vez de sacarle la vuelta inventando
teorías y explicaciones post-apocalípticas en las que la pintura ya no existe,
toda vez que hay un salón de la fotografía, otro de arte emergente, de nuevos
medios, etc.
Lo que además no
encuentro por ningún lado es alguna consideración crítica sobre las piezas que
sí fueron seleccionadas. En lugar de pretender ser políticamente correctos y
declarar que no se tiene nada en contra de estos nueve productores, ¿por qué no
centrar la discusión en sus trabajos, en lo expuesto que, finalmente, es lo
único cierto que conocemos del proceder del jurado y sus apreciaciones? Si no
hay pintura es porque estos once trabajos, en esta entrega, la desplazaron, ¿por
qué no, entonces, cuestionar lo entregado, estos trabajos o tal desplazamiento,
y dar a conocer las razones, los argumentos que apoyen tal crítica? Sólo cuando
lleguemos a este nivel de discusión, creo, estaría más que justificado poner en
duda la decisión de un jurado (que obviamente se puede equivocar o estar mal
informado).
Por mi parte,
creo que son muchas las piezas expuestas, con seis hubiera sido más que
suficiente; por ejemplo, no habría seleccionado dos piezas de Alejandrina
Herrera y de Leo Marz, dadas las circunstancias, con una basta y sobra.
Mucho trabajo
le aguarda a la Casa de la Cultura, al CONARTE y su nuevo Consejo, para evitar
que el próximo año asistamos de nuevo a este mismo y decrepito espectáculo.
Publicado originalmente por Milenio Diario
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
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