miércoles, 3 de julio de 2013

Martín...Martincito

He hablado del Síndrome de van Gogh al referirme a la tendencia, necedad, o vicio de tratar de encontrar, descubrir, talentos en las artes visuales (no sé si suceda lo mismo en otras manifestaciones) antes de que estos se malogren o de plano pasen a mejor vida. Esta búsqueda desaforada -por la fortuna (simbólica y monetaria) que implica- tiene una especial simpatía por dar con los genios incomprendidos y/o despreciados entre aquellos que ya de por sí son out-siders, desequilibrados emocionales, enfermos mentales, enfermos terminales, alcohólicos, yonkies, etc.
A pesar de lo atractivo y hasta emocionante, según cuentan algunos, que pueda ser convertirse en cazador de talentos, no siempre resulta la ecuación y muchas veces termina la aventura en un total fracaso. Recuerdo, en ese sentido, que hace años, nada más ni nada menos que Dn. Octavio Paz, gloria de la literatura y la cultura nacional pre-apertura democrática, aliado a la siempre poderosa Televisa, se lanzó a la aventura no sólo de hacer visible sino hasta de promocionar a un pobre espalda mojada paisano nuestro cuyo único pecado fue perder toda forma de comunicación salvo la pintura y el dibujo. Gran exposición tuvieron los trabajos que hacía Martín (Ramírez, 1895-1963) en el extinto Centro cultural arte contemporáneo de Televisa, con tremendo catálogo con ensayo magistral de Paz y otros tantos de médicos y psiquiatras de renombre mundial, y no obstante, a pesar de todo el esfuerzo puesto en redimir al naive Martín....¿alguno de ustedes se acuerda de él?

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