martes, 11 de enero de 2011

Gran historia (un ejemplo del mismo tema)

Vivian Maier. Autorretrato. s/f


De los millones de historias que han de circular por el Internet, sólo unas cuantas resultan de interés para quien anda a la caza de temas específicos. Como se ha dicho, tener acceso a la red no garantiza que se obtendrá la información, los datos, las cifras, la ubicación de lo que se desea, sólo el que sabe buscar, aquí o el cualquier otro medio, encuentra, tal y como lo dijera Picasso.
Esta inconmensurable cantidad de información que es la base misma del Internet, ha dado lugar a que de vez en vez se produzcan “hallazgos” que deslumbran por ser “garbanzos de a libra”, verdadera joyas enterradas en el más vil de los estercoleros; así hemos conocido barítonos que sólo se dan el lujo de cantar en la ducha; sopranos que tararean en la cocina de algún tugurio, genios de la música que han perdido la memoria, coleccionistas que guardan obras inéditas y hasta locutores de tersa voz que reciben una segunda oportunidad.
Si reunimos ambos aspectos, la búsqueda adecuada de temas a través de la red y los descubrimientos maravillosos, no tendría por qué sorprendernos que en una de esas cyber-exploraciones aparecieran pintores, escultores, dibujantes, o como es el caso del tema de estas líneas, fotógrafos. En efecto, sólo un ávido internauta como Oscar Estrada de la Rosa pudo haber dado con la historia de Vivian Maier (1926-2008), quien a su vez es producto de otro descubrimiento, el que llevó a cabo John Maloof, historiador local de Chicago, Ill, al adquirir, sin saberlo a ciencia cierta, los archivos de esta mujer que está llamada, a no dudarlo, a ser una de las grandes fotógrafas norteamericanas de mediados del siglo XX. No replicaré aquí la historia y méritos de la Maier, que ciertamente, tiene tras de sí una gran historia y como tal llena de misterio, incógnitas y sorpresas que se irán despejando conforme se siga investigando su obra y vida. Quienes estén interesados en ella puede consultar en http://oscarestrada.info para acceder al video de la PBS en que se da a conocer la historia.
De los muchos ángulos de interés que tiene esta historia, ― ¿quién fue Vivian Maier; por qué nunca mostró su obra; dónde y con quién aprendió fotografía o fue autodidacta; por qué no donó sus archivos, o por el contrario, por qué no los desechó; etc.?―, uno de los que más llama mi atención es el de la investigación; por un lado el trabajo de Maloof quien se topó con la Maier gracias a que estaba realizando un trabajo de investigación, de investigación local; por otro, la tarea que tiene ahora ante sí, investigar sobre este enigmático personaje, ubicar, clasificar y difundir su obra; y por último, las decisiones que tendrá que tomar a fin de preservar y conservar para la historia el material que práctica e involuntariamente le legó Vivian Maier.
Ahora que la fototeca de Nuevo León, ha dicho que una de sus tareas inmediatas es la de la investigación qué mejor que tomaran en cuenta este y otros ejemplos semejantes. Es decir, más que andar descubriendo talentos contemporáneos para luego convertirlos en monstros insaciables, habría que favorecer la indagación cauta, respetuosa, diligente y constante, en sus archivos, en la búsqueda de otros acervos, en la recopilación de ciertos autores, en su clasificación, en su difusión e incorporación a una selecta colección de fotógrafos de esta tierra.
El valor de la historia de Vivian Maier radica en que surge a partir de lo que en el oficio se llama la pequeña historia, la que Don Luis González y González llamó la historia matria, pero es su confección, su lenta y trabajosa elaboración hecha con retazos de historia oral, recortes de periódicos, fotografías, cartas y grabaciones de audio, que termina por convertirse en la piedra angular de la gran historia. No olvidarlo equivale a ponernos a trabajar desde ya, antes que se nos vayan entre las manos materiales tan valiosos como los que hoy nos cuentan la historia de esta gran fotógrafa.
Publicado originalmente por Milenio Diario

No hay comentarios:

Publicar un comentario