No sé de otro proyecto que haya durado tanto tiempo, que siempre haya contado con la complicidad de los sujetos retratos, y que resulte tan encantador cada vez que se expone de nuevo. Como ya sabrán me refiero al extraordinario trabajo de Nicholas Nixon, Las hermanas Brown, aquí en la versión del 2011. Varios aspectos resultan interesantes y el paso del tiempo quizás sea el menor de ellos. Antes que el transitar de una edad a otra, está la fotografía misma y los cambios que ha sufrido, el retrato que se convierte en otra cosa cuando fotografía a estas 4 mujeres que cuando hizo lo mismo en 1975 al inicio del proyecto. Quizás eso sea lo asombroso, la visión que tuvo Nixon de haber dado con un filón casi inagotable y que si sabia cuidarlo, cultivarlo, le daría para muchos, muchos años. Aun sin quererlo hoy día las hermanas Brown son parte de la historia de la fotografía, como la fotografía es parte de su propia historia.
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