Aquí una feliz imagen de Rodrigo Moya; en el orden acostumbrado, o sea de izquierda a derecha, José Luis Cuevas, un poco más atrás, al centro, Carlos Fuentes, y a la derecha, en primer plano, Gabriel Figueroa, los reune la filmación, en 1965, de la película Las dos Elenas. Aunque parece de 20, Cuevas para este momento ya contaba con 31 años de edad y era lo suficientemente conocido y apreciado entre la intelectualidad más liberal del momento, como para invitarlo a participar en proyectos de este calibre. No fue esta la primera ni la última vez que en el cine nacional se intentó integrar a miembros de la plástica, pienso en este momento en Patsy mi amor de Manuel Michel si no me equivoco, con Felipe Ehrenberg, o en los Caifanes en la que participa no un pintor sino el escritor Carlos Monsivais. Sin duda fueron tiempos de cambio y de gran efervescencia creativa, tiempos que prepararon, sin saberlo o quererlo, el arribo de los que ahora vivimos.
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