Decíamos ayer que muy probablemente uno de los mayores contribuyentes a la formación de la cultura visual en la que nos encontramos inmersos y es característica central de este momento, lo fue la Kodak, no sólo por haber hecho posible que una gran parte de la población tuviera una cámara fotográfica en sus manos, sino porque también hizo importantes esfuerzos para que el cine, al menos en formatos pequeños, también fuera un recurso al que tuvieran acceso las familias. En la imagen una cámara Kodak de 16 mm. de 1923 que se ofrecía de la misma manera que las cámaras fotográficas. Posiblemente por las dificultades inherentes al medio, la necesidad de un aparato igualmente especializado para ver lo que habías filamado, los costos necesariamente más altos, impidieron que hubiera una mayor penetración de este medio, por lo menos hasta que salieron los formatos aún más pequeños de 8 y súper 8 mm., y aún estos no llegaron a ser todo lo popular que se hubiera deseado para su rápido éxito comercial. Esto también explicaría porque fue más fácil substituir estas películas por la novedad del video que la fotografía análoga que subsiste aún hasta nuestros días.
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