martes, 17 de enero de 2012

Renovarse o morir.

Frederick Church. George Eastman abordo del S.S. Galia. 1890

Creo poder decir sin temor a equivocarme, que lo único permanente que he llegado a conocer es el cambio, y que, quizás, se trate de una ley de la vida pues todo lo que nos rodea está en permanente cambio; lo que nos desconcierta de esta situación es que no todo cambia en la misma dirección ni al mismo tiempo, por lo que resulta imposible predecir al 100% en qué sentido se darán los cambios. Digo que casi es una ley de la vida, primero porque sé que desde los griegos existe esta polémica (Heráclito vs. Parménides); segundo, porque mi experiencia es limitada por lo que no puedo asegurar que siempre sea así; y tercero, porque es a los filósofos y científicos a quienes les corresponde dar respuesta a estos temas, y no soy ni lo uno ni lo otro. Si inicio estas líneas con esta afirmación es porque creo en ella y se presta para explicar el tema de esta semana, un tema en el que todo pareciera o hacia suponer sería para siempre. Me refiero al triste caso de la Eastman Kodak Company, o, si se prefiere, simplemente de la Kodak.
            Fundada hace 131 años la compañía de George Eastman hoy se encuentra acogida a las leyes de la bancarrota de Los Estados Unidos, con muy pocas posibilidades de éxito aún y cuando pretenda subastar las más de 1,100 patentes que aún posee. De hecho fueron esas patentes las que la llevaron a ser una de las compañías multinacionales más importantes con muy poca competencia en el mercado. En 1888 dieron a conocer el carrete con película de papel y la cámara Kodak 100 Vista con 100 fotografías en formato redondo, que fue, precisamente la que dio origen a la famosa frase de “Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto”. Diez años después introdujeron la película de acetato y en 1900 la célebre cámara Brownie que da pasa a las cámaras portátiles de uso popular, es decir la Kodak como ningún otro producto en ese entonces, hizo posible que la fotografía se convirtiera en un artículo de consumo popular.
            Esta lista podría seguirse indefinidamente pues a partir de 1886, Eastman fue el primer empresario estadounidense en contratar de tiempo completo científicos que desarrollaran los productos con que la fotografía se convertía en una práctica masiva, accesible para una gran mayoría de la población. Así hasta llegar a 1975, año en que sus científicos crearon la cámara digital pero cuyos directores no quisieron sacar al mercado por no mermar las ganancias que obtenían con la venta de sus productos para el procesamiento de imágenes analógicas.
            El crecimiento exponencial de la electrónica y el de su principal rival en el terreno fotográfico, la Fuji, demostraron lo equivoco de su estrategia y las funestas consecuencias que tuvo, al grado de ya no poder reponerse y ser competitiva en el campo de las cámaras y productos digitales.
            El caso Kodak es una gran enseñanza paras las escuelas de negocios, pero también lo es para el público en general y para todos aquellos que llegamos a emplear sus productos. Lo que hay que aprender es que por más sólido y permanente que parezcas, tal y como llegamos a considerar a la Kodak, si no ves lo que sucede a tu derredor y si no estás dispuesto modificar, a introducir, nuevos conocimientos, nuevas experiencias, si no te abres, tarde o temprano serás rebasado.
            El mundo de la fotografía dejó de ser el mismo, yo diría que hace ya unos 20 o 25 años, en este tiempo lo que Kodak inició, la industria electrónica lo ha confirmado: la producción indistinta de imágenes es un asunto popular. No obstante, hay una gran diferencia, en la época Kodak contabas con 20 o 36 exposiciones que no llegas a conocer sino hasta horas después en el mejor de los casos, por tanto esas imágenes tenían otro valor, otro significado, otra trascendencia, hoy día al tener posibilidades casi ilimitadas para generar imágenes, estas se han vuelto prescindibles, sin valor o significado, fácilmente remplazables, cambiantes como la vida misma.

Publicado originalmente por Milenio Diario.
(Imagen: www.geh.org)

No hay comentarios:

Publicar un comentario