La sucursal Valle de la Alianza Francesa de Monterrey, inauguró el pasado día 18, la exposición Periodistas sin voz, resultado de una convocatoria lanzada especialmente a fotorreporteros bajo el tema de la Libertad de Prensa. Ahora hablaremos de la exposición y sus componentes, pero antes vale la pena señalar que sin desestimar otras opciones, otros medios, la galería de esta institución parece irse especializando en la presentación de trabajos fotográficos, lo cual se le aplaude y agradece, pues para hacer crecer una cultura de la imagen fotográfica en la ciudad no sólo necesitamos de las muestras súper especializadas y exclusivas que exhiben otras galerías o de las que promueve el estado según sus intereses, sino también de estas otras, más sencillas, sin tantas pretensiones y que sin embargo forman, quizás, el grueso del contingente de imágenes con que nos topamos a diario.
Junto al retrato y la fotografía de calle, el llamado fotoreportaje, fue uno de los primeros géneros en definirse. Podemos considerar las imágenes de la guerra de Crimea (1853-1856) tanto como las primeras fotografías de un conflicto bélico, como las primeras en emplearse para darlo a conocer a la opinión pública. Gracias al desarrollo de la imprenta, en 1880 el Daily Telegraph de Nueva York, publica la primera fotografía real en prensa y con ello queda, finalmente, definido el género.
En nuestro país son proverbiales los ejemplos de fotoperiodismo, empezando por su patriarca, Agustín Víctor Casasola (1874-1938), cabeza de una dinastía de fotógrafos y representante de varios de ellos agrupados bajo su nombre y que dan lugar al famoso Archivo Casasola, pie de la Fototeca Nacional; y terminando con el más famoso de todos, Héctor García (1927). Entre ellos y muchos más han mantenido el prestigio de la fotografía de prensa en México, que por cierto, durante años se consideró sino como el único género, sí el más digno y apreciable de todos.
La muestra de la Alianza Francesa está formada por los trabajos de 10 fotógrafos mexicanos, sus temas van de los sanatorios para enfermos mentales a la vida siempre azarosa de los migrantes. No son las imágenes del World Press Photo, pero sí cumplen con su propósito.
De entre las que se exhiben hay una que llama poderosamente mi atención. Se trata de un Sin título de Alberto Milares fechada en el 2009. Es la escena de una de las tantas manifestaciones que se dan cada 2 de octubre en nuestro país. En la imagen vemos, hacia la izquierda, al cuerpo de granaderos cubiertos con cascos y escudos, a la derecha los que protestan y arremeten contra ellos, nada que no se haya visto, lo que me sorprende es que en la parte de atrás, hacia el fondo, hay tres, cuatro, cinco filas de fotorreporteros accionando sus cámaras, cubriendo, como quien dice, la acción y es de imaginar que del otro lado, el del espectador, hay otros tantos haciendo lo mismo. De hecho la escena se vuelve irreal pues pareciera que es una puesta en escena para ser fotografiada, una coreografía cuidadosamente ensayada para proyectar, a través de las fotografías que se publiquen en la prensa, un mensaje, una nota, la interpretación de un suceso.
A la luz de esta imagen y de los miles de imágenes similares que circulan por todo el mundo, me pregunto sobre el poder de los medios. Es verdad que imágenes de este tipo han servido para detener actos aberrantes, que por su intermedio han terminado impunidades y se ha castigado a los causantes de agresiones y abusos, pero ¿hasta qué punto, a través de esas mismas imágenes, no hemos convertido a la realidad en un espectáculo que incluso, como tal, puede ser simulado, puede ser representado para satisfacer nuestra hambre de imágenes? ¿Cómo hacer para que el fotoreportaje vuelva a ser lo que era, o mejor dicho, cómo hacer que las imágenes con que convivimos vuelvan a informarnos de lo que suceden en la realidad?
Publicado originalmente por Milenio Diario.
Ver también: www.artes2010.wordpress.com
: Recibe Yamil “Micrófono de Oro” por
ResponderEliminarsu prometedora carrera en la música
Premian también personalidades de comunicación y actores
SAN ANDRES CHOLULA, PUEBLA.- Por su prometedora carrera, así como divulgar las tradiciones, costumbres e historia de México más allá de nuestras fronteras, el cantante Yamil recibió el “Micrófono de Oro”, por parte de la Asociación Nacional de Locutores, al que se sumaron reconocidos comunicadores y personalidades de la música y la actuación.
En su estado natal, Yamil “el orgullo de México”, compartió el galardón con los actores César Bono, Arlette Pacheco y Sandra Montoya, lo mismo que con las agrupaciones musicales Rayito Colombiano y Sonora Dinamita.
Al recibir el premio por parte del presidente municipal, Jesús Romero Toxqui, Yamil agradeció la distinción y manifestó que se siente honrado de contribuir para que en el mundo se conozca más de las buenas cosas que suceden aquí, principalmente en ciudades de la Unión Americana donde tiene un amplio cartel
La Asociación Nacional de Locutores, al presentar el perfil del galardonado, precisó su incursión desde temprana edad en producciones musicales y de actuación en televisión, situaciones que le abrieron las puertas en Estados Unidos donde lleva con éxito y con orgullo la música mexicana.
Tras recibir el reconocimiento, Yamil agradeció también a la gente que asistió a la plaza principal de este municipio por recibirlo con muestras de afecto y encendió los ánimos con su interpretación de “Se me olvidó que te olvidé, posteriormente “Tatuajes” y remató con “De qué manera te olvido”, canciones que eran acompañadas por el público presente.
Al hablar de sus planes, Yamil comentó con reporteros que piensa seguir con su preparación musical para ofrecer a la gente un trabajo que deje en claro el respeto que se debe tener por los seguidores
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Tras recibir el reconocimiento, Yamil agradeció también a la gente que asistió a la plaza principal de este municipio por recibirlo con muestras de afecto y encendió los ánimos con su interpretación de “Se me olvidó que te olvidé, posteriormente “Tatuajes” y remató con “De qué manera te olvido”, canciones que eran acompañadas por el público presente.
Al hablar de sus planes, Yamil comentó con reporteros que piensa seguir con su preparación musical para ofrecer a la gente un trabajo que deje en claro el respeto que se debe tener por los seguidores