Si en ocasiones se torna complicado entender, razonar y explicar las diferencias que existen entre las pinturas y por qué unas sí son Arte y otras no, el tema se enrarece más en el caso de la fotografía. Muchas de las imágenes fotográficas que han sido consagradas al "templo del Arte" originalmente fueron concebidas para un público, una función, una circulación, una comunicación que nada tiene que ver con los que se supone son los fines y principios del Arte. Tomemos por ejemplo la imagen que aquí vemos del fotógrafo norteamericano Richard Avedon, destinada originalmente a aparecer en las revistas más caras y sofisticadas de moda y actualidad para mujeres, y que, sin embargo, hoy día admiramos como parte de su larga, fructífera y exitosa carrera. Como si se tratara de un juego de espejos aquí las preguntas se multiplican pues primero habría que establecer la diferencia entre imágenes de este tipo y las que jamás pasaran de las páginas del magazine; entre estas imágenes y las de Cartier-Bresson por ejemplo; y entre ellas y el Arte en general. Así las cosas, la última pregunta podría ser ¿cualquier fotografía puede convertirse en una fotografía artística?
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