domingo, 23 de septiembre de 2012

Día libre V


Debería dar por concluida esta serie el día de hoy. El domingo es el día libre por excelencia, hasta Dios se lo tomó para descansar y contemplar su magna obra. El domingo se aprovecha para salir de casa, para visitar la familia o a los amigos, buscar descanso lejos de la ciudad, o iniciar el viaje para amanecer en la ciudad en la que tienes que presentarte a trabajar mañana lunes. Los domingos soleados y perezosos son los mejores, invitan a no hacer nada o a no hacer otra cosa que dejar pasar el tiempo sin hacer nada en específico. Como alegoría del domingo me gusta este puente del alemán Andy Leborne (n. 1965), pero es mucho más que eso, no en balde la ha intitulado Die Brucke, ese tramo que une dos partes, ese movimiento con que se buscó entrar al nuevo siglo, con el que fueron modernos, con el que se dejó atrás al siglo XIX, pero también con el que advirtieron de la primera gran y terrible guerra mundial.

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