martes, 11 de septiembre de 2012

De papel


Parte de la labor que realizan las aproximaciones más contemporáneas al fenómeno de la producción artística, es el desterrar las ideas confusas, ambiguas, interesadas y hasta falsas con que se fue rodeando al arte moderno. Una de ellas, por ejemplo, es la calidad inferior de la obra sobre papel, no importa si se trata de originales, piezas estampadas o incluso fotografías, por el simple hecho de haberse realizado sobre esta superficie se consideran de calidad secundaria, importancia relativa, e incluso de menor valor. En realidad tal concepción es falsa, basta con señalar que hay pliegos de papel más caros que un lienzo del lino más fino, y que si de duración se trata hay ejemplares de libros chinos que hacen palidecer la antigüedad y resistencia de cualquier pintura sobre tela u otras superficies.
La existencia de estas ideas y su persistencia en el ánimo de las personas se ancla en otras ideas igualmente cuestionables y luego en otras, una especie de rosario que arranca de una concepción interesada de lo que debe ser la obra de arte. En este caso, esta idea que se tiene sobre la inferioridad de la obra en papel depende, a su vez, de la que dice que se puede apreciar de igual manera una pintura que un original sobre papel, un mural que una fotografía o una obra gráfica, cuando más sensato sería enseñar a reconocer primero y luego a apreciar cada obra de acuerdo a su naturaleza y bajo sus propias reglas.
Valga esta larga introducción para señalar la importancia que tienen exposiciones como Soporte papel, inaugurada el pasado día 22 de agosto en las galerías de Arte, A.C. Por el valor que le concedo es que me aventuro a hacer el siguiente par de observaciones.
Siendo la única muestra en la ciudad que está destinada a la exhibición de la obra en/sobre/con papel, debería tener muy claro qué tipo de trabajo es el que le interesa mostrar y promover pues no es lo mismo decir Soporte que Superficie, que En, diferencias que pueden ser definitivas en la convocatoria y a la hora de premiar. Es por ello que un seguimiento y una selección más acuciosa de a quiénes invitar o con quiénes formar el Salón y con qué tipo de obra, permitiría entender de manera clara y explícita, cuáles son los objetivos y límites del evento, máxime tratándose de uno en el que está en juego una premiación.
Sobre el otorgamiento del premio, bastaría con entregar el que lleva el nombre de Bernardo Elosúa Farías, que además es el que generosamente lo patrocina, y bastaría, por una parte, por el reducido número de participantes, dar segundos y terceros, y además menciones honoríficas lo único que provoca es que todo mundo alcance aparecer en la nota de prensa, y por otra, no aporta nada al evento el que tenga tantos ganadores. El premio es uno y con eso basta y sobra, y quien lo gana no tendría que estarlo compartiendo con nadie más.
Un reto importante tiene Arte, A.C. con esta muestra, igual que lo tienen todas las demás instituciones con sus eventos, organizarla no es únicamente convocar, montar, inaugurar y premiar, hay también una suerte de responsabilidad con el espectador. Debe ser la institución la primera en reconocer la importancia que tiene, en este caso, el papel como elemento constitutivo de la obra y en función de tal reconocimiento llevar a cabo el evento. Insistimos en que una convocatoria o invitación más rigurosa a aquellos que se sabe trabajan si no en exclusiva sí preferentemente en/con papel (incluso se podría alternar cada año una modalidad diferente de trabajo), así como una premiación más exigente,  ayudarían en mucho a que el público que los visite vaya aprendido a ver, a entender, a  apreciar esta clase de  trabajos. Una obra  en/sobre/con papel no es lo  mismo que una pintura, que una  escultura o cualquier otro  objeto. Si se lograra que todo aquel aficionado al arte aceptara y reconociera este simple hecho, mucho se habrá hecho en la erradicación de prejuicios.

Publicado originalmente por Milenio Diario

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