viernes, 7 de septiembre de 2012

De Monterrey III


Cuando uno piensa en tiempos pasados no es sólo por nostalgia o melancolía, sino porque hay cosas que parece se han perdido para siempre aún y cuando deberíamos haber hecho hasta lo imposible por conservarlas. Tomemos por ejemplo el retrato que don Alberto Flores Varela le hiciera a Anastacio Sánchez, Comandante de policía del municipio de Vallecillo, N.L en 1951 tal y como reza en la misma imagen. ¿No sería bueno que aún contáramos con policías que estuvieran orgullosos de serlo, que no escondieran su oficio; que tuvieran aún aura de respeto, y se vieran como gente honrada? Y ni qué decir del propio fotógrafo que también se tomaba muy en serio su profesión y buscaba ofrecer la mejor imagen de su retratado aunque fuera en un escenario que le da a toda la escena un aire surreal que, a decir verdad, sólo en México se logra de esta manera.

(Imagen: www2.sacurrent.com)

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