miércoles, 9 de junio de 2010

Para la contemplación


Ante una imagen tan bella lo mejor es guardar silencio y admirarla. Me resisto por tanto a escribir algo más que no sea el crédito de su autor, el japonés Toshio Enomoto (1947) y el título de la pieza Cerezos en el parque Yoyogi después de una tormenta de primavera. Tokyo, 1994.

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