Stephen Stimson Associates, Landscape Architects. Massashusetts.
Hasta ahora hemos hablado de la arquitectura en fotografía digamos que de una manera positiva, pero el género presenta una serie de problemas de lo más serio y complicado tanto para la arquitectura como para la propia fotografía. Buena parte de la popularidad de la arquitectura -y no hablo de cualquier construcción- se debe a la fotografía y más concretamente a la fotografía impresa en libros y revistas especializadas, a través de ella nos hemos familiarizado tanto con los estilos arquitectónicos históricos, como con los avances más espectaculares de nuestros días, con la manera cómo se ve un interior decorado de una determinada manera, o de cómo lucen los exteriores cuando se les combina con su medio natural tal y como lo vemos en esta imagen. Esta amplia difusión de la arquitectura por medio de la fotografía, nos ha llevado a olvidar o a no reparar en la característica más importante del arte de la construcción, el arreglo del espacio, el espacio que es el medio en que nos movemos y que se distingue por su cualidad tridimensional y temporal. Este espacio sólo es posible comprenderlo por medio de la experiencia real, es decir, viviéndolo, sintíéndolo, estando en él. La fotografía de la arquitectura, como se comprenderá, es la negación de esta cualidad, las construcciones, casas, edificios, palacios, iglesias, cabañas, cuarteles, kioskos, auditorios, estadios, etc., se convierte, gracias a la fotografía, en imágenes bidimensionales, fachadas y detalles planos, sin profundidad, sin despliegue espacial ni temporal. Hermosas las edificaciones cuyas imágenes contemplamos pero cuya espacialidad desconocemos; sabremos de apariencias pero nunca de arquitectura si nos fiamos de la fotografía.
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